Florencia, Ana, Elisa y Lorena dicen haber acertado con su elección para formarse como médicas de familia. | DANIEL ESPINOSA

El Área de Salud de Ibiza y Formentera formará, este año, a 10 nuevos profesionales, ocho MIR (Médico Interno Residente) y dos EIR (Enfermera Interna Residente) en la especialidad de matrona. La nueva promoción incorporada este año tiene una presencia, mayoritariamente, femenina con nueve mujeres y un hombre.

De los o MIR incorporados, siete se formarán en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria y uno en la de Medicina Interna. Estos se suman a los 21 MIR que ya se encuentran en periodo de formación, de los que 18 corresponden a Medicina de Familia y cuatro a Medicina Interna. En cuanto a la especialidad de matrona, con estas nuevas incorporaciones, suma cuatro residentes.

En total, hay 33 residentes en el Área de Salud con 29 médicos (25 de Medicina Familiar y Comunitaria y cuatro de Medicina Interna) y cuatro matronas, después de que cuatro MIR y dos EIR hayan finalizado su formación; cuatro de ellos serán contratados en el Área de Salud, formando uno de ellos parte del Servicio de Urgencias de Can Misses, otro irá al Servicio de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) de Vila y las matronas serán destinadas a Atención Primaria y al Paritorio de Can Misses. Los dos MIR restantes han decidido optar por otras localizaciones.

Asimismo, el Área de Salud de las Pitiusas ha conseguido la acreditación como unidad docente multiprofesional en la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria. Esta acreditación supone ampliar la formación que se ofrece también al personal de Enfermería, además de ampliar de cuatro a siete el número de centros docentes.

Hasta ahora, contaba con la acreditación para formar MIR de Medicina Familiar y Comunitaria, Psiquiatría y Medicina Interna; y para formar a EIR como matronas. A partir del próximo ejercicio, también formará a EIR de la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, además de un residente de la especialidad de Farmacia Hospitalaria.

Esta es la novedad de cara al próximo año. Y es que, el Hospital Can Misses, ha obtenido acreditación para contar con residente en la especialidad de Farmacia Hospitalaria. Según informaron desde el centro, también se sigue trabajando, conjuntamente desde el Servei de Salut y el Área de Salud, para que las especialidades de Pediatría y Ginecología y Obstreticia puedan formar próximamente a nuevos facultativos.
«Es un doble orgullo recibir a una nueva promoción de residentes y, también, conseguir

fidelizar al 66 % de los profesionales que ha recibido nuestra formación durante años y que ha decidido quedarse en el Área de Salud de Ibiza y Formentera», agregó Carmen Santos, directora gerente.

Hasta el mes de agosto, el Área de Salud tenía cuatro centros de salud acreditados (CS Can Misses, CS Es Viver, CS Sant Antoni y CS Vila) para la formación médica especializada de médicos de Medicina Familiar y Comunitaria. Ahora se ha ampliado a tres centros más (CS Santa Eulària, CS Sant Jordi y CS Sant Josep) para la formación de médicos y enfermeros de familia. Eso sí, todos ellos tienen como centro hospitalario de referencia el Hospital Can Misses.

Es preciso recordad que, hasta el momento, la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria estaba acreditada para una capacidad de 10 MIR; a partir de este mes, se puede acoger hasta 15 y, como novedad, a ocho EIR. En este sentido, este año se han incorporado siete MIR de familia y uno de Medicina Interna, además de dos matronas.

Experiencia de los residentes
Ana Vidal ha llegado apenas hace tres meses a Ibiza en lo que está siendo su primer año de residencia (R1). Aunque estudió en Valencia e hizo allí las prácticas, fueron varias las amigas que le recomendaron venir a la isla para formarse. «Fue una decisión precipitada, pero estoy contenta porque tanto los compañeros como los adjuntos te apoyan mucho», explica.

Se declara una amante de las Urgencias, más que de Atención Primaria, porque lo que dice que Ibiza es el destino indicado para aprender: «Lo haces por obligación, no te queda otra, y aprendes muchísimo», añade.

Por su parte, Lorena Martos ya está en su segundo año (R2) y, aunque estudió en la Universidad de Sevilla, tiene familiares que trabajan en Sanidad en la isla. «Además, hay una tradición en mi pueblo, La Puebla de Cazalla, en la que la gente se viene a Ibiza a trabajar», se ríe. Así que ella no iba a ser la excepción.

De momento, no se ha planteado si se quedará cuando finalice el cuarto año de residencia, pero se muestra agradecida por todo lo que está viviendo aquí. «Cuando llegas en mayo, que casi no sabes nada y es plena temporada, te choca un poco. Después, empiezas en las guardias y te cuidan mucho, siempre están pendientes de ti para no dejarte solo», indica.
Lo que más le gusta de su trabajo es el contacto directo con el paciente y el sentir que lo que hace, ayuda a que la gente se sienta mejor y mejore su calidad de vida. «Las guardias son lo más difícil, por el cansancio y por la responsabilidad que suponen», dice.

Algo en lo que está de acuerdo Elisa Herranz (R3), quien dice que ni el café ayuda en esas eternas 24 horas. Esta residente de tercer año es ibicenca y, aunque estudió en la Península, tenía ganas de volver a casa. «Me gusta que sea un hospital pequeño porque venía del Vall d’Hebron, que es grande, y a la hora de hacer las prácticas ya éramos demasiados», cuenta; hecho que le motivó a hacer las prácticas de 6º curso en la Pitiusa Mayor.

Herranz cuenta, desde su experiencia, que el mayor cambio se vive al pasar de R2 a R3 porque «ya entras en una zona donde se atiende a pacientes que están en estado más grave». Según explica, todos los residentes empiezan en Atención Primaria, donde se asigna a un tutor para los cuatro próximos años.

«Al principio haces cuatro guardias al mes, tres en el hospital y una en el centro de salud en la parte de Urgencias. Cuando se acaba la rotación en Atención Primaria te vas a otros servicios durante un mes, excepto Medicina Interna que son dos meses», subraya.

Florencia di Bernardo ya está en su cuarto y último año (R4). Estudió en la Universidad de Lleida, pero apostó por hacer la residencia de familia en Ibiza porque «es un sitio pequeño donde no hay residentes de otras especialidades, lo que hace que, al rotar, tengamos accesibilidad para hacer la mayoría de técnicas», señala.

Di Bernardo reconoce que el primer contacto en un centro hospitalario ibicenco es un «shock» por la avalancha de pacientes. «Se nota mucho cambio de invierno a verano, tanto a nivel de volumen de pacientes como de la patología que presentan».

A escasos meses de dejar de ser alumna para ser médica especializada, esta joven tiene la «duda» de si sabrá afrontar las diferentes situaciones. «Me cuesta mucho despegarme de los pacientes y ponerme en un papel de profesional porque eres persona y lo sientes», dice, al tiempo que recuerda que «a veces sales llorando de la consulta por la carga emocional que tiene tu puesto de trabajo».