Algunas de las Vespas que se reunieron ayer en Sant Antoni y de los grupos de pilotos que se desplazaron a la isla. | MARCELO SASTRE

Rojas, blancas, negras, verdes, azules, de los años 60, los 70, los 80 y hasta la actualidad. Sant Antoni se convirtió durante la mañana de ayer en un museo de la Vespa. Más de un centenar de motos de este tipo aparcaron en el Passeig de ses Fonts para dar el pistoletazo de salida a la tercera edición del Sargantanas Vespa Meeting, una cita en la que los amantes de este modelo de motocicleta se reúnen para dar una vuelta por la isla y disfrutar de sus carreteras y paisajes.

Desde la organización, el portavoz de los Ibiza Vespúnics, Juanjo Torrent, se mostró encantado por celebrar una nueva edición: «Este año tenemos representación de 27 clubes, seis de ellos italianos y un francés, el resto vienen de diferentes puntos de España. En total hay 127 vespas y alrededor de 170 inscritos. La idea es pasar un fin de semana recorriendo la isla, se harán unos 250 kilómetros repartidos en tres rutas, la más larga de 110. Queremos que la gente se vaya de la isla conociendo más cosas que las playas y las discotecas».

Torrent reconoció que este encuentro se convierte, prácticamente, en un museo rodante: «Pues sí, hay Vespas muy antiguas, algunas incluso con remolque. En un vistazo ves que hay modelos de los años 60, los 80 y también automáticas. Prácticamente si las ponemos por modelos tendríamos muchos de los que existen, sobre todo de la Vespa española».

Entre los muchos clubes que se acercaron a la isla, está el Girona Scooter Club donde algunos de sus miembros no se han perdido ninguna de las ediciones. Es el caso de su vicepresidente Xavier Cebrià que destacó: «Nos gusta venir para disfrutar de las Vespas y del ambiente festivo de este encuentro. Está muy bien organizado y la gente nos acoge muy bien». Cebrià señaló, además, que lo de la Vespa es poco menos que un estilo de vida: «Una vez que coges el puntillo, esto engancha».