Una de las imágenes que forman parte de ‘Then I Meet Uncle Sal’.

El conocido fotógrafo ibicenco Joan F. Ribas acaba de publicar un libro de fotografías dedicado íntegramente al grupo Uncle Sal. Lleva por nombre Then I meet Uncle Sal, está compuesto por 106 imágenes y en él también han colaborado Sara Lagunas y Xescu Prats.

Según explicó ayer el autor del libro a Periódico de Ibiza y Formentera las fotografías han sido seleccionadas de entre unas 10.000 que ha tomado durante estos últimos cuatro años al cuarteto compuesto por Artimus Gabe, R’n’R Banker, Francis Fastfingers y Soulman Sal. La primera intención era hacer un homenaje al grupo, «para que lo tuvieran a modo de recuerdo», pero ahora viendo el éxito que está teniendo y la demanda existente entre la gente de la isla ya se puede comprar en www.blurb.es.

Joan F. Ribas y Uncle Sal tienen una relación muy especial. Desde que coincidieron en un concierto en Can Jordi Blues Station entre ellos se ha establecido algo más que una relación profesional y ahora parece imposible imaginarse a uno sin el otro. Tanto que el ibicenco ha inmortalizado con su máquina de fotos 43 conciertos y también ha colaborado en el apartado gráfico en los dos últimos discos del grupo, The american dream y You Ain’t No Bluesman. «Para mí son mucho más que una banda de música, son casi como de mi familia porque más allá de que me encante su estilo y su forma de moverse en directo, he descubierto durante estos años que como personas son increíbles».

«Que el concierto se escuche con las fotos»
Ribas poco a poco se ha ido haciendo un hueco dentro del ámbito de las fotografías de conciertos en la isla. Es muy común verle cámara en mano prácticamente en todas las actuaciones que se hacen en Can Jordi Blues Station al igual que en otros lugares de Ibiza. Además, ha conseguido un estilo propio y sus fotografías son muy reconocibles para el gran público.

Algo que se debe, según explicó a este periódico, a dos motivos: Uno que le encanta la música y otro que siente pasión por la fotografía. Algo que hace que, casi sin darse cuenta, acaba acercándose mucho a los músicos, «captando la esencia de cada canción y cada momento» para luego intentar «que las fotografías hablen del concierto o que se pueda escuchar el concierto a través de las imágenes».