Gloria Santiago, en el despacho de Podemos, con el móvil que utiliza para difundir sus comentarios. | Jaume Morey

Más de 18.000 personas siguen su cuenta de Twitter, en la que difunde vídeos con comentarios sobre la actualidad política. En el último antes de la entrevista – el día de la salida de Franco del Valle de los Caídos–, simula revisar un paquete que le ha enviado Pedro Sánchez y que incluye una foto del dictador que, ella, arroja a un contenedor de basura. Diputada de Podemos por Ibiza y vicepresidenta del Parlament, Gloria Santiago (Córdoba, 1987), afirma que las redes le sirven para responder a «las barbaridades que dicen los políticos».

¿Cómo le dio por contar su visión de la realidad en las redes?
— Las utilizaba para mis comunicaciones personales pero un día quise responder a una barbaridad que dijo Casado sobre las mujeres; algo así como que si terminaríamos pidiendo escoltas para salir a la calle. Lo comente, tuvo mucho eco y me di cuenta de que eran un instrumento muy útil para comunicarme.

¿Se siente cómoda en ese campo?
— Sí. Soy de una generación que ha nacido con las redes sociales. Me manejo en varias. Son un instrumento de comunicación y no hay que desaprovecharlas. Permiten llegar a mucha gente. Las redes están aquí y han venido para quedarse.

¿Cómo se metió en política?
— Como otra mucha gente de mi generación marcada por el movimiento del 15-M, me di cuenta de que el bipartidismo no era la solución y que había que cambiar el modo de hacer política. Por eso me metí en Podemos.

¿Y aún no le ha desencantado?
— No, todo lo contrario. Y espero que eso se vea en las elecciones. Podemos es el único partido que no se vende a los bancos ni se arrodilla ante los poderosos. Es la única opción política que da respuesta a los problemas de la gente.

Las encuestas no le favorecen.
— Las encuestas siempre nos han tratado muy mal pero nos crecemos en las elecciones.

«He aprendido mucho y al Parlament le quiero un montón», me dijo Baltasar Picornell al dejar la presencia de la Cámara.
— Yo le tengo aprecio al Parlament por lo que representa: la voz de la ciudadanía expresada en unas elecciones. Hay que tenerle respeto, es una institución muy solemne.

Y del rey Felipe VI, dijo tras una audiencia, que era «una persona como cualquier otra» y que tuvo una conversación amena con él.
— Me parece bien. Yo no he tenido ocasión de ir a una audiencia ni de poder hablarle.

Pero sí fue a la recepción de La Almudaina y luego colgó un vídeo diciendo: «Ya me he quitado el disfraz de súbdita». ¿Por qué razón fue?
— Fui como vicepresidenta del Parlament, donde representó a republicanos y monárquicos.

«Hola Felipe, ¿a ti quién te ha elegido?» le pregunta en otro de sus vídeos. ¿Usted es republicana?
— Felipe estaba por Mallorca. Fue un vídeo más y su amplia repercusión demuestra que existe un debate monarquía-república que aunque ahora mismo no sea prioritario habrá que abordarlo en profundidad. Sí, soy republicana pero tengo claro que ahora tenemos otras prioridades. Necesitamos un gobierno progresista que aborde cuestiones como el derecho a la vivienda, la emergencia climática, la precariedad laboral o la igualdad real de las mujeres.

¿Catalunya tiene que ser república?
— Catalunya está viviendo un conflicto que se tiene que resolver desde la política. Sus reclamaciones tienen que ser escuchadas y se la negado el derecho a votar.

¿Qué tal se lleva con el presidente del Parlament, el socialista Thomàs?, ¿le ha pedido que no se pase con sus vídeos?
— No, claro que no me ha dicho nada de que difunda mis opiniones. Vicenç Thomàs es un señor que lleva desde hace tiempo en política y del que puedo aprender mucho trabajando desde la coordinación.

Es crítica con el PSOE y aquí Podemos gobierna con los socialistas.
— Es que el problema es Pedro Sánchez, que es incapaz de descolgar el teléfono cuando le llaman. Fue el que dijo que con Podemos en el Gobierno no podría dormir tranquilo. Pues que mire lo que pasa en Balears. Somos leales y vamos a cumplir con los Acords de Bellver, que son para cuatro años. Aquí tenemos un conseller [se refiere a Yllanes] que ya ha declarado la emergencia climática.

¿Cómo entiende su papel en el Parlament del que es vicepresidenta?
— Tiene que escuchar a la sociedad civil. Eso es fundamental. Escuchando a la gente es como se hace política. No hay que bajar la guardia y no se puede hacer política a puerta cerrada.

¿Le quedan todavía muchos vídeos por colgar en las redes?
— Sí, los políticos me lo ponen muy fácil.

Lo dice como si usted no lo fuera.
— Yo también estoy en política, claro. Y soy diputada. Combino mi trabajo parlamentario con las redes. Cuando digo ‘los políticos’, me refiero a los del bipartidismo.

También están ahí Vox y Ciudadanos, aparte PP y PSOE.
— Por eso es tan importante un partido como Podemos. Permite avanzar en las políticas progresistas y evita que las derechas consigan sus propósitos. Es cierto que Vox está ya en las instituciones. Pero mientras dependa de Podemos, estará muy lejos de decidir en educación, sanidad o mujeres.

¿Está usted de paso en política o aspira a más?
— Ahora mismo soy diputada y vicepresidenta del Parlament. De momento no me planteo nada más allá. He trabajado en una tienda y he sido directora de Transparència en Eivissa. Ya se verá.