A la espera de ayudas, los particulares deberán hacerse cargo de los desperfectos en sus propiedades. | DANIEL ESPINOSA

«El paso del tornado fue cuestión de segundos, pero la huella de devastación llevará meses o quizás años en cicatrizar. Arreglar todo esto costará bastante». La reflexión hecha por Víctor, un vecino de Can Germà, es un sentimiento extendido entre muchos de los damnificados por el tornado que el mediodía del pasado 22 de octubre barrió una franja de siete kilómetros de Sant Antoni, desde Cala Gració hasta Corona, causando estragos y tumbando más de 100.000 árboles.

72 horas después y a instancias del Consell, el Govern aprobó trasladar al Consejo de Ministros que se declare a Sant Antoni como «zona afectada gravemente por una emergencia».

Paralelamente, la presidenta balear, Francina Armengol, anunciaba durante su visita al escenario del desastre que el Govern habilitará una línea de ayudas similares a las activadas para los damnificados por el cap de fibló que hace un año golpeó a buena parte de la isla de Menorca. Para este caso se activaron cuatro líneas de ayudas. Un año después, la vía destinada a desperfectos en viviendas -dotada con 200.000 euros- todavía no se ha hecho efectiva.

Zona de emergencia
Durante las 48 horas posteriores al paso del devastador tornado, un dispositivo de más de medio centenar de efectivos trabajó intensamente en la zona para tratar de recuperar cierta normalidad, retirando árboles y otros daños, reabriendo carreteras y caminos que quedaron impracticables, o recuperando los tendidos del suministro eléctrico y de telefonía.

El Ayuntamiento de Sant Antoni trasladó el lunes a la Delegación del Gobierno un recuento provisional de los daños y la documentación necesaria para solicitar la declaración del municipio como «zona afectada gravemente por una emergencia de Protección Civil», recogida en la Ley 17/2015, de 9 de julio. El Consistorio confiaba en que la petición fuera abordada en el Consejo de Ministros celebrado el jueves, pero no fue así.

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Entre las actuaciones prioritarias, recuperar el maltrecho polideportivo de Can Coix. El Consell estimó que la cuantía de la reparación rondaría los 600.000 euros. Durante estos diez días la empresa contratada ha ido retirando las planchas de la cubierta que fueron arrancadas por el paso del tornado. El jueves, el Consell Executiu, aprobó declarar la tramitación de emergencia de la contratación para sustituir la cubierta del pabellón deportivo de sa Pedrera de Can Coix.

Pero más allá de estas actuaciones, el Consell advierte «no tener constancia de que se haya activado ninguna línea de ayudas económicas específicas para los afectados de la DANA en Sant Antoni, ni por parte del Govern balear, ni tampoco del Gobierno central».

No obstante, la Delegación del Gobierno sí ha informado sobre las ayudas habituales por daños personales y materiales, competencia del Ministerio del Interior y que están recogidas en el Real Decreto 307/2005 de 18 de marzo. Estas ayudas -ver gráfica que acompaña esta información- llegan hasta los 2.580 euros en el caso de daños en enseres o que no afectan a la estructura de la vivienda y pueden alcanzar los 15.120 euros por destrucción total de vivienda.

Una semana después muchos vecinos todavía esperan el paso de los peritos por sus propiedades. Sant Antoni habilitó un correo y un teléfono para atender las «muchas dudas» que se plantean los afectados.

Paralelamente, los miles de árboles que yacen en la trayectoria recorrida por el tornado requieren una solución sin demora. La retirada de los árboles se entiende urgente ya que su presencia eleva exponencialmente los riesgos de incendio y de plagas.