El presidente del CES, Carles Manera, presentó este jueves la memoria ante la sociedad de las Islas. | Pilar Pellicer

La riqueza de los ciudadanos de Baleares podría situarse en 2019, por primera vez en la historia, por debajo de la media estatal. Así lo indicó este jueves el presidente del Consell Econòmic i Social de las Islas (CES), Carles Manera, en la presentación de la memoria de la entidad de 2018. Manera advirtió de que «se trata solo de una previsión» y que «la pregunta del millón» es conocer las medidas a aplicar para revertir esta situación.

Uno de los indicadores que según algunos estudios apuntan a esta posibilidad es la pérdida de posiciones de la renta per cápita de Baleares desde el año 2000. Si en el 2000 las Islas ocupaban el segundo puesto del ránking estatal, en 2018 se situaban en el número siete, justo por delante de la media estatal. El pasado año la renta per cápita de Baleares fue de 26.764 euros, un 3,5 % más que los 25.854 euros de la media española. El informe revela que la evolución de la renta per cápita de las Islas respecto al resto de territorios en el periodo 2000-2018 ha sido «la más regresiva» de todo el Estado, al pasar de la segunda posición a la séptima.

La economía balear en su conjunto creció un 2,7 % en 2018, un incremento «importante», en palabras de Manera, aunque por debajo del registrado en 2017. De ahí, que apuntara que si en 2019 el Producto Interior Bruto (PIB) ralentiza su crecimiento, puede repercutir en la renta per cápita. Como ya indicó en la presentación de la memoria de 2017, el presidente del CES detalló que el crecimiento de la economía «está contrarrestado por la gran cantidad de población llegada a las Islas». En este sentido, indicó que el crecimiento económico «debe repartirse entre mayor número de personas», de ahí que la renta per cápita no se incremente al mismo nivel.

Asimismo, la memoria pone de manifiesto que la relación entre el PIB y otros componentes del bienestar «no es directa ni automática». Así, pese a que la economía de Baleares sigue creciendo, también lo hacen las desigualdades y los problemas de los ciudadanos para llegar a final de mes. Según la memoria, uno de cada tres ciudadanos de Baleares, la tercera parte de la población, asegura que en 2018 llegó a fin de mes con dificultad o mucha dificultad.

Esta dicotomía no es única de Baleares, sino que se da en otras geografías del mundo, según Manera. Además, apuntó que no se puede obviar que generar más riqueza con más recursos supone disparar la emisiones, algo nocivo para el medio ambiente.

Contaminación

La memoria del CES de 2018 hace especial hincapié en los indicadores medioambientales dado el reto que supone la lucha contra el cambio climático en la sociedad actual. Sin embargo, los datos que se desprenden de Baleares no son nada alentadores. En 2017, último año con datos disponibles, la emisión de gases con efecto invernadero aumentaron 6 % en relación al ejercicio anterior, a un ritmo prácticamente el doble de lo que lo hace el producto Interior Bruto. De ahí, que Manera hablara de «repensar las pautas de crecimiento». Además, en 2017 la demanda de energía creció un 5,6 % impulsada por la coyuntura económica. Ese mismo año la dependencia de los combustibles fósiles fue «absoluta»: el 59 % del consumo total correspondió a productos petrolíferos, el 11,7 % a gas natural y el 22 % al carbón, frente a un «prácticamente irrelevante» uso del 4 % de renovables.