El Ejecutivo balear reconoce que le preocupa las fugas porque son un «obstáculo» para el correcto abastecimiento de agua. | D.E.

El hecho de que la isla de Ibiza desperdicie más de 5.000 millones de litros de agua por fugas en la red de abastecimiento es una situación que «preocupa» al Govern balear. Así lo expresó ayer la Conselleria de Medi Ambient i Territori al considerar que «es un obstáculo para el correcto abastecimiento de agua para la ciudadanía».

Aún así, desde el departamento tiraron balones fuera y descargaron la responsabilidad en las administraciones municipales ya que, según matizaron, «llevamos años instando a los ayuntamientos a que faciliten la información necesaria para conocer la situación real de esta problemática y a que hagan las inversiones necesarias para solucionarla».

En este sentido, desde la Conselleria recordaron que, en la pasada Conferencia de Presidentes que tuvo lugar en Menorca, se acordó, por unanimidad, un Pacto por el Agua –coordinado por el Govern– en el cual uno de sus puntos era el de pedir a los ayuntamientos que, en el marco de la corresponsabilidad de todas las administraciones, «prioricen las inversiones para solucionar el problema de las fugas, de competencia municipal».

En el marco de esta reunión, Vicent Marí, presidente del Consell d’Eivissa, pidió que sean los consells insulares quienes reciban, a lo largo de esta legislatura, las competencias en la gestión del ciclo integral del agua «para poder hacer una gestión más cercana que permita crear una cultura de que el agua es un bien escaso y necesario».

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Asimismo, tanto el Ejecutivo balear como los cuatro consells se comprometieron a ejecutar inversiones que mejoren las fugas, por lo que «se tiene que hacer partícipe a los ayuntamientos», recalcó Marí; una afirmación que dejó claro que, hasta el momento, las decisiones no eran municipales.

Priorizar

Por su parte, la Conselleria de Medi Ambient reiteró que el conseller Miquel Mir instó, en dicha reunión, a que la prioridad de inversión a tal efecto pueda surgir de las ayudas del Plan de Obras y Servicios que donan los consells insulares a los ayuntamientos o bien de las inversiones financieramente sostenibles.

Estas últimas las pueden llevar a cabo aquellas entidades locales que tengan superávit en sus cuentas de tesorería y que no superen el máximo de deuda permitido.
«El ciclo del agua es un proceso complejo donde varias administraciones tienen competencias», reconocieron fuentes del Ejecutivo balear. «Dentro del marco normativo actual, el abastecimiento de agua en baja es competencia exclusiva de las entidades locales», añadieron.