Vista de la avenida de la Pau mirando hacia la rotonda de Can Misses.

La reforma del primer cinturón de ronda de Vila vuelve a ser tema de discusión, pero parece que todavía quedan años para su ejecución. El rechazo por parte del Ayuntamiento de Eivissa de la ejecución del proyecto en concepto de capitalidad ha llevado al Consell d’Eivissa a reconsiderar su ejecución.

Durante la primera reunión en septiembre, entre el presidente del Consell, Vicent Marí y el alcalde de Vila, Rafael Ruiz, se acordó la construcción del un aparcamiento en Sa Joveria e impulsar la remodelación del primer cinturón de ronda (E-10) de la ciudad de Ibiza. Los dos proyectos se pusieron sobre la mesa en concepto de capitalidad. Sólo el aparcamiento ha sido aceptado.

Vila dice que el de la E-10 es un proyecto que ya estaba en marcha y que entra dentro de las competencias en carreteras del Consell d’Eivissa, por los que no cumple con el «espíritu» de las inversiones por capitalidad. La institución insular considera, por su parte, que la reconversión de este tramo de carretera en un bulevar excede sus competencias en Carreteras.

Más de 15 años

El anteproyecto de urbanización del primer cinturón de ronda de Vila salía a la luz en el año 2003. Un gran proyecto de reconversión de este tramo vial, desde el desvío a Jesús hasta la rotonda de incorporación a la carretera del aeropuerto y el desvío a Sant Josep. Sin embargo de ese proyecto en cuatro fases todavía no se ha iniciado ni la primera.

En el año 2009, bajo la presidencia de Xico Tarrés (PSOE-Pacte) en el Consell d’Eivissa, se puso en marcha la redacción del proyecto de reforma de la avenida de la Pau entre la rotonda de ses Figueretes y la de Can Misses. En octubre de ese año, el Consell Executiu autorizaba licitar la redacción del proyecto que se aprobó en su fase inicial en 2011 y que estimaba el coste de las obras en 6,1 millones de euros que más adelante pasaría a ser de 7 millones de euros.

Un paseo con placas solares

Aquel proyecto inicial preveía la reconversión de ese tramo en un bulevar con un único carril en cada sentido y una zona amplia de paseo en el centro. Ese paseo tendría incorporado un carril bici de medio kilómentro, zonas ajardinadas y 342 paneles solares que cubrirían el gasto de iluminación de las nuevas luminarias instaladas. Además, se construían zonas de aparcamiento junto a cada uno de los carriles para 130 vehículos y la instalación de puntos de recarga eléctrica.

La reforma de este tramo de una longitud aproximada de un kilómetro iba viento en popa y el conseller de Mobilitat i Medi Ambient de aquella época, Albert Prats, estimaba que las obras empezarían en 2012.

Parada y nuevo impulso

Con la entrada en el gobierno del Consell d’Eivissa de Vicent Serra (PP), en el año 2011, la institución insular recibe los informes pertinentes. Sin embargo, las obras no salen a licitación. En el pleno del Ayuntamiento de Eivissa de 26 de septiembre de 2013, el grupo PSOE-Pacte presenta una propuesta de acuerdo para instar a que el Consell a que retome el proyecto. El Grupo PP vota a favor del acuerdo y reprende al PSOE por solicitar que se retome un proyecto que «nunca se ha detenido».

La instancia del Consistorio debió caer en saco roto porque el proyecto cae en el olvido hasta que en el año 2016 el Consell y el Ayuntamiento firman el convenio de colaboración para la puesta en funcionamiento de la estación intermodal Cetis. En ese documento se insta al Consell a que incorpore en la primera fase de reforma de la E-10 una segunda entrada al Cetis. Este documento obliga al Consell d’Eivissa a modificar el proyecto de 2011, de modo que no se puede ejecutar en 2017 como había previsto el gobierno de Vicent Torres (PSOE-Podem). La redacción del proyecto salió a licitación al final de la anterior legislatura, en abril de este año.

Tras el cambio de gobierno de la institución insular, el actual conseller de Infraestructures, Mariano Juan, manifestaba en agosto que la intención del nuevo gobierno era trabajar conjuntamente «en las líneas que marque Vila» para la redacción del nuevo proyecto para la E-10.

En aquel momento ya apuntaba que, al tratarse de una vía de competencia insular, el Consell sería el encargado de redactar el proyecto pero, «como también es un tramo que municipalmente pertenece al Ayuntamiento» es el deber de ambas instituciones «trabajar conjuntamente para sacar las obras adelante».

La redacción del proyecto se adjudicó en el mes de octubre por el Consell Executiu a la empresa Vielca Ingenieros por 76.787 euros (IVA incluido) y actualmente está en fase de redacción en un plazo de nueve meses. Su ejecución ya es otro cantar.