El ataque del perro se produjo en la calle Pablo Picasso, en Platja d’en Bossa.

«Fueron momentos de muchísima tensión. Todo eran gritos y los presentes no sabíamos cómo reaccionar por la violencia que mostraba el perro. Los vecinos estaban en estado de shock porque el animal arremetía contra todos. Estuvo a punto de coger a otro perrito que se escapó gracias a que desde un balcón tiraron agua al peligroso. Al pequeño lo cogió su dueño en brazos, pero el otro estaba tan cegado que saltaba tratando de alcanzarlo y mordió al hombre. Fueron más de 20 minutos de mucha tensión». Así relata Montse, vecina de la calle Pablo Picasso, el violento episodio protagonizado la tarde del sábado por un perro de raza American Staffordshire, un animal que mató a mordiscos a un Yorkshire e hirió de diversa consideración a tres vecinos de la zona.

48 horas después del violento episodio, los vecinos de la zona piden más control sobre los perros potencialmente peligrosos (PPP) y medidas contra sus dueños. «Esta mañana me toca meter a la perrita en el coche y llevármela a pasear a otra zona porque tenemos mucho miedo», apuntó a media mañana de ayer Montse, quien recordó que a finales de verano ya se produjeron unos hechos similares en esta calle de Platja d’en Bossa. «La verdad es que no puedes bajar tranquilo con tu perro porque hay otros sueltos y suelen ser peligrosos», añadió.

Los hechos ocurrieron en torno a las 18.30 horas del sábado y hasta el lugar se movilizaron varias patrullas de la Policía Local de Vila, Policía Nacional y ambulancias del 061.
Perros peligrosos en sa Coma
El Ayuntamiento de Ibiza informó ayer que la Policía Local ha interpuesto este año un total de 13 denuncias relacionadas con PPP. Asimismo, indicó que actualmente tiene un total de 28 perros potencialmente peligrosos en las instalaciones de sa Coma. Trece de estos animales permanecen en las instalaciones después de que sus propietarios renunciasen a su tutela y los quince restantes fueron trasladados a sa Coma después de ser encontrados abandonados.

En el caso del sábado, el animal pudo ser controlado finalmente por su dueño hasta la llegada del lacero municipal.
La Policía Local de Ibiza interpuso cuatro denuncias contra el dueño del perro agresor porque el animal estaba suelto, se encontraba sin bozal y no pudo acreditar que contase con el seguro obligatorio y las vacunas preceptivas.
48 horas después, la Policía Nacional no tenía ninguna denuncia por parte de los afectados.