Las camareras del bar Los Amigos aseguran que echarán mucho de menos los momentos vividos en ese lugar en compañía de unos clientes «maravillosos». | Toni Planells

El bar Los Amigos pondrá fin a algo más de 30 años de vida en la ciudad de Eivissa el próximo martes, coincidiendo con la celebración de la Nochebuena.

Según explicó la gerente del bar, Neus Lajoba, el motivo de que lo abandonen es que se acaba el contrato de alquiler y el dueño no quiere prorrogarlo.

La encargada explicó que el bar lleva abierto desde el año 1988 y que la clientela es bastante fija, en el sentido de que casi siempre vienen las mismas personas. «Los conozco prácticamente a todos», dijo con orgullo Lajoba.

Según argumentó, un bar de barrio supone «algo más» que el bar en sí mismo, un emplazamiento que «no es solamente para venir a tomar un café o una caña, sino para otras muchas cosas más».

Por este motivo, cree ella que los clientes «no se han tomado muy bien» que cierre el establecimiento, pero, anotó, son «cosas que pasan en la vida».

Además, añadió que no solamente los clientes van a extrañar el lugar, sino también lo harán quienes allí trabajan, pues, recordó Lajoba, en ese bar han disfrutado de unos «muy buenos momentos al lado de unos clientes maravillosos».

De hecho, aseguró que lo que personalmente «más» iba a echar de menos era a su clientela habitual, y ello a pesar de que también los trabajadores del bar han pasado por «malos momentos», en el sentido de que son «pocos para dar servicio a tantísima gente».

Recuerdos

Lajoda incidió en que toda la gente siempre los «ha tratado de una manera increíble». «Al final, si me falta un cliente tres días, yo lo llamo, porque puede ser gente mayor a la que le haya pasado algo malo», aseguró como prueba de la complicidad que se ha creado entre trabajadores y quienes han visitado con asiduidad el local con el paso de los años. Por ello, la encargada no dudó en reiterar que echará de menos «esos momentos buenos» en la barra entre los compañeros, con risas incluidas. «Pero, sobre todo, vamos a echar de menos a la clientela. Muchísimo», incidió.

Entre las especialidades de la casa, Lajoba citó como «lo más típico» del bar, aparte de un bocadillo llamado Bomba –está hecho de lomo, queso y tocino, y, según Lajoba, «pesa una tonelada»–, el pulpo, el frito de cerdo o la carne asada. En su opinión, «estas tapas son básicas».

Preguntada acerca de sus planes de futuro, la encargada del bar Los Amigos respondió que le tocaba descansar un poco y cogerse algo de vacaciones, para después ponerse a buscar trabajo. «Como hace todo el mundo», apuntó.

Tristeza entre los clientes

Entre los clientes la decepción también era patente, pues van a tener que abandonar la que ha sido su casa durante tanto tiempo.

Por ejemplo, uno de ellos, llamado Juan y que cuenta con 83 años de edad, afirmó que «claro» que va a echar en falta el bar, ya que acude a él todos los días sin excepción. «Llevo viniendo desde que abrieron y para mí ha sido muy agradable pasar mi tiempo aquí, pero ahora estoy triste porque se marchan y no sé qué sucederá con este sitio», se lamentó este cliente.

No se sabe aún adónde se trasladarán los parroquianos de ese local tradicional y mítico de la ciudad. A buen seguro, adonde quiera que acudan a partir de ahora siempre llevarán en su corazón el recuerdo de lo que significó el bar Los Amigos en sus vidas, y, como se suele decir, nada desaparece mientras sigue alojado en ese abstracto rincón llamado memoria.