Vicent Marí, minutos antes de la entrevista con Periódico de Ibiza y Formentera. | Toni P.

Vicent Marí (Santa Eulària, 1965) cuenta que entró en política «empujado» por un amigo que le convenció de que «no era mucho trabajo». Dijo que no en 1999 porque «los niños eran pequeños». En 2007, aceptó el reto de sustituir a Vicent Guasch, quien fue alcalde de su pueblo 28 años, y con el que había colaborado estrechamente. Verbo fácil y formas suaves aderezadas con una sonrisa en el rostro, nos recibe en su despacho a las 17.00 horas de un lunes. Lleva en la sede desde las 07.30. Ha comido allí como otros tantos días y después de dos horas de conversación con nosotros aún le quedan algunas cosas que hacer. Le engañaron o se dejó engañar cuando le dijeron que «no era mucho trabajo» esto de la política. Sarna con gusto no pica. «No soy el único, usted también trabaja muchas horas», dice.

—Casi medio año como presidente del Consell d’Eivissa. ¿Alguna sorpresa?
—Ya hemos superado el lógico periodo de adaptación a la nueva institución, a su manera de trabajar y a las personas. Superado el aterrizaje, ya estamos volcados en las cuestiones complejas y dificultosas que estaban paralizadas.

—¿Cómo definiría la institución que se ha encontrado?
—Una institución con muchas competencias, mucha responsabilidad y muchos departamentos a la que hacía falta orden en el funcionamiento. He notado falta de dirección, quizá haya influido que el último año ha habido varias elecciones y en periodo electoral las instituciones se paralizan. Podría ser crítico, muy crítico, pero no me gusta mirar hacia atrás. No me gustan los políticos que abusan del retrovisor.

—¿Debajo de las alfombras solo han encontrado los gastos de Marta Díaz y la deuda de Amadiba?
—No hemos perdido el tiempo en hacer revisionismo. Lo hecho, hecho está. Confío en la honestidad y en la profesionalidad de los trabajadores y tengo certeza de que todo el mundo ha trabajado dentro del marco de la legalidad. Que puede haber alguien que haya abusado puntualmente de su cargo… Son cuestiones puntuales, independientemente de que las decisiones políticas fueran más acertadas o menos. El que toma una decisión siempre lo hace pensado que era la mejor, aunque luego el tiempo demuestre que no es así. Tengo mi opinión de determinadas cuestiones que tratamos de rectificar en la medida de lo posible y arreglarlas.

—¿A qué se refiere?
—Concretamente a los proyectos comprometidos con el Govern balear de determinadas inversiones. Nadie cuestiona la Escuela de Hostelería, al igual que la depuradora de Portinatx, la Escuela de Idiomas, la necesidad de viviendas… Lo que se cuestiona es la financiación de estas infraestructuras por parte del Consell. Hay que sentarse y buscar fórmulas financieras que sean buenas tanto para el Govern como para el Consell. Quizás el Consell puede endeudarse para avanzar el dinero de determinadas infraestructuras que el Govern balear va devolviendo con el tiempo. Creo que el anterior equipo de gobierno no era consciente de cuál era la situación económica del Consell Insular: no había planificación de inversiones plurianuales, no había un cuadro con los gastos comprometidos, no había un cuadro con los ingresos futuros, no se sabía cuál era la situación económica…

Foto: Toni P.

—¿Tiene capacidad el Consell de ayudar al Govern con 80 millones de presupuesto frente a casi 6.000 de la CAIB?
—Si el Govern balear necesita la colaboración del Consell, la encontrará, pero con un compromiso de que se devolverán estos fondos. No me importa adelantar el dinero. Como alcalde he financiado un instituto y una escuela, cuando no son competencia del Ayuntamiento, pero la escuela y el instituto ya están funcionando y quizá si lo llega a tener que hacer el Govern en solitario, aún estaría sin hacer.

—¿De quién es la competencia de la Escuela de Hostelería?
—Educación y Trabajo son competencias del Govern balear. Si el Consell compromete fondos propios para financiar esta infraestructura a fondo perdido, quizá no podremos invertir en recursos sociales, en el centro de menores que necesitamos, en el hospital de cas Serres, en la red de carreteras que hemos de mantener, en ayudar a los ayuntamientos, que es fundamental… En Ibiza, tenemos una carencia de infraestructuras crónica y si el Consell ha de ponerse al lado del Govern, asumir una deuda que será devuelta en un futuro, lo haremos. Nuestra obligación es reclamar al Govern y al Gobierno que cumpla sus obligaciones. Los políticos ibicencos, sean del color político que seamos, hemos de ser reivindicativos delante de Mallorca. No entendería que PSOE y Podemos no lo fueran. Me gustaría contar con su colaboración. A mí, me gustaría ir junto a la oposición a reivindicar al Govern aquellas cuestiones que todos sabemos que son necesarias y que nadie cuestiona que hacen falta para Ibiza. Algunos confunden reivindicación con oposición política y esto es un error. Los ciudadanos no lo perdonan.

—¿Usted le ha pedido ayuda a los grupos de la oposición?
—Después de las reuniones con la presidenta y con varios consellers, me sentaré con la oposición para plantearles cuál es el posicionamiento del Govern y de las consellerias. Hemos de hacer fuerza todos juntos, no creo que lo tenga que hacer el gobierno solo. Estos proyectos van más allá de una legislatura, quizá lo empieza una corporación y lo acaba otra.

—¿Ha sido un chollo para el Govern el Consell d’Eivissa?
—(Se lo piensa)… ¿Un chollo? Los proyectos han sido un chollo para el Consell porque se han impulsado y hacían faltan, pero el Consell sale mal parado de estos convenios. La financiación comprometida es un chollo para el Govern balear.

—¿Por qué el Consell d’Eivissa financia proyectos autonómicos y los otros consells no?
—Es difícil de entender. Es impensable que un consell insular de otra isla cofinancie competencias del Govern a fondo perdido. Yo planteo algo intermedio. Con el plazo que quieran.

—Si no se llega a un acuerdo, al Consell no le tocará más remedio que pagar…
—No contemplo este escenario. Asumir que hemos de pagar las competencias del Govern de entrada es una derrota e ir de perdedores. Yo no tiro la toalla y estoy seguro de que la oposición acabará colaborando porque no se entendería que por intereses partidistas salgan en defensa solo del partido. No defender que el Govern pague las infraestructuras que le corresponden es difícil de explicar. Yo no lo sabría explicar. Quizá soy ingenuo, y finalmente acabe como no queremos. Entonces, será un maltrato a los ibicencos, no al gobierno. No es una guerra política; es reclamar lo que nos corresponde y punto. Es así de sencillo.

—¿Espera que sea más fácil entenderse con Josep Marí Ribas al frente del PSOE?
—Yo espero que así sea. Confío en que los intereses de los ibicencos estén por encima de los intereses del partido. Si no es así, me llevaré una decepción. Todos estamos aquí para luchar por esta tierra.

—Los ibicencos tienen fama de ser buenos negociantes. ¿Es una fama inmerecida?
—No hemos de perder nunca esta fama. Podemos tropezar, pero lo que hay que hacer es levantarse de nuevo y si se ha negociado de forma poco ambiciosa, aún estamos a tiempo de demostrar esta fama de negociadores que tenemos y conseguir los objetivos que perseguimos todos. Lo conseguiremos.

Foto: Toni P.

—¿Cómo empieza el día un presidente del Consell d’Eivissa cuando a las 7 de la mañana lee en la portada de Periódico de Ibiza y Formentera noticias como que el 30 % del agua potable se pierde por fugas en las redes, lo que equivale a la capacidad de producción de la desaladora de Santa Eulària de un año?
—Es muy triste. Es un recurso que nos parecía ilimitado, pero no lo es. No podemos tirar al mar el agua depurada y tampoco podemos tener esas fugas de agua potable. Ibiza tiene un déficit de inversiones hidráulicas muy importante. Tenemos tres desaladoras…

—¿Hacen faltan más?
—Yo creo que una cuarta no es necesaria. Quizá podríamos ampliar alguna línea en las existentes porque todavía hay gente que no tiene agua de calidad. Si reducimos fugas e incrementamos capacidad productiva, daremos agua de una calidad aceptable a todos. Hemos de invertir una millonada en este tema. Ayuntamientos y, aunque no tenga competencias directas, el Consell también a través del plan de obras y servicios y de las inversiones financieramente sostenibles. Con el Govern balear hablamos en la última conferencia de presidentes del pacto por el agua que no se puede quedar en un titular y en fotos. Ha de haber un plan muy ambicioso, con inversiones en depuración, en distribución, en reducir fugas, en reutilización de agua depurada para riegos, en acabar con los vertidos. El problema más grave que tenemos en la costa son los constantes vertidos de aguas fecales al mar. Tienen consecuencias medioambientales graves sobre la posidonia, sobre nuestra imagen y genera problemas sanitarios.

—¿Se imagina una situación parecida en Mallorca?
—Los ibicencos siempre hemos creído que Mallorca siempre se ha llevado la mejor parte por aquello de ‘quien parte y reparte, se queda la mejor parte’. Ibiza no ha estado dentro de la cabeza de los que mandan en el Govern balear. Los ibicencos si queremos algo, hemos de levantar la voz una y otra vez, porque si no, nadie se acuerda de nosotros. Me imagino que pasa lo mismo en el resto de las otras islas pequeñas. La voz de las islas pequeñas tiene que sonar más alto de lo normal porque si no, no te escuchan. Hay que hacer ruido para que te tengan en cuenta, porque si no, te ignoran.

—¿Puede hacer más el Consell en materia de agua que quejarse en una entrevista?
—Ibiza ha de asumir progresivamente las competencias de la gestión integral del ciclo del agua. Todos los partidos llevábamos en nuestros programas la creación de una agencia ibicenca del agua. Queremos gestionar las depuradoras, las desaladoras, la distribución de agua en alta, todo el ciclo del agua ha de estar en manos de los ibicencos. Lo que se recauda de canon (de saneamiento) ha de revertir en Ibiza, al igual que debería pasar con el impuesto de turismo sostenible. Los torrentes también están abandonados. Hay que ser valientes, ir de la mano todos los partidos y ser insistentes delante del Govern. Si no, tengo la impresión de que habrá muchas excusas para no transferirnos estas competencias porque el Govern no tendrá ningún interés. Si no ve una voz unánime, no lo conseguiremos.

—No veo ni al Govern ni a su partido por la labor.
—Esta reivindicación solo se puede hacer desde Ibiza. En Mallorca no tienen ningún interés en cederla. Quieren seguir controlando toda la recaudación del canon, toda la distribución y toda la política en recursos hídricos. Esto no nos favorece, como demuestra la situación en la que estamos.

—¿Tienen una estimación de cuál sería la inversión necesaria para evitar que dicha competencia llegue mal dotada, como todas las que se han transferido hasta ahora?
—Con un plan de inversiones realista y que ponga fin al déficit histórico y el canon que se recauda en Ibiza, sería suficiente...

—¿Es viable un traspaso esta legislatura?
—Se pueden dar pasos para que alguna competencia pueda llegar a Ibiza.

—¿En cuál piensa?
—Siempre que haya fondos, se podría empezar por la gestión de las depuradoras, para llegar a las desaladoras y, finalmente, a todo el ciclo. El mantenimiento y la limpieza de los torrentes también se podrían asumir ya. Hemos de hacerlo de forma escalonada, pero hacerlo.

—Está el desarrollo de Ibiza en manos de la Comisión Balear de Medio Ambiente (CBMA), organismo que está utilizando la falta de agua para condicionar el crecimiento de Ibiza y, por lo tanto, su futuro, como ha pasado con el Plan General de Vila y la modificación de las Normas Subsidiarias de Santa Eulària, que se ha tenido que aprobar de forma parcial.
—La Comisión Balear de Medio Ambiente ha abierto una vía que considera que en Ibiza no puede haber ningún tipo de crecimiento porque no están garantizados los recursos hídricos. Si es así, lo comparto. Si no hay agua, no puede haber crecimiento. Pero nos deberían explicar qué tipo de estudios han hecho para determinar que no hay agua. No se entiende que no se den permisos para modificar planeamientos antiguos y obsoletos para aprobar nuevos que suponen una rebaja en el techo de población anterior. Es un contrasentido que la Conselleria de Medio Ambiente, la que tiene que garantizar el suministro del agua, ponga pegas a planes que reducen el techo de población porque no hay agua.

—¿Hace política la CBMA?
—[Silencio]. Se adoptan medidas que perjudican a los ibicencos sin explicarnos quién ha tomado estas decisiones. Decir que no hay agua y que nos enteremos en un informe para adaptar el PGOU de Vila no deja de sorprenderme. ¿De repente han visto que no hay agua? ¿Cuándo pensaban decirlo? ¿Cómo es posible? No se entiende. No tenemos la información.

—¿Usted no se cree que en Ibiza no haya agua como dice la CBMA?
—No me lo creo. Agua hay, no hay problemas de restricción. Que se pierde es un hecho. Reduciendo las fugas y optimizando los recursos, no estamos en una situación de desabastecimiento como nos quieren hacer ver. Se está creando una alarma infundada. Si hay mucha más sequía muchos años, podría ser que tuviéramos problemas, pero ahora no es así. Para tener la información de primera mano, también queremos controlar el agua, para que no nos vengan a decir de fuera, sin más, que tenemos un problema.

—¿Es absurdo que la competencia en Ordenación del Territorio sea del Consell y luego la CBMA condicione dicha competencia?
—Claro que lo es. Tenemos poca autonomía y la autonomía de Ibiza en ordenación del territorio nunca será completa, si no tenemos el control de los recursos hídricos. Ibiza ha de controlar sus recursos, los ibicencos gestionaremos mejor que nadie un recurso que es escaso y que es nuestro.

Foto: Toni P.

—Antes me ha hablado de la ecotasa. Ibiza no recibe todo lo que recauda, luego Ibiza está financiando inversiones en las otras islas y el Consell tiene una capacidad de decisión residual sobre el destino de las inversiones.
—La voz del Consell y los ayuntamientos debería pesar mucho más para decidir el destino de toda la recaudación de Ibiza. No se entiende que sea el Govern el que decida unas inversiones de forma unilateral porque quien conoce las necesidades somos nosotros, ayuntamientos y consell. Es un impuesto finalista para financiar acciones medioambientales en la isla donde se recauda, sin perjuicio de que haya un fondo de compensación que vaya a cuestiones comunes.

—¿Cuál es la arquitectura ideal de esta comunidad que le pediría a sus Majestades?
—Cada isla ha de tener la máxima autonomía.

—¿Qué significa máxima autonomía?
—Que no tengas que llamar a Mallorca porque tienes un vertido de una depuradora o una fuga en la red en alta. Que en Ibiza tengamos recursos y capacidad de decisión inmediata. Un viernes por la tarde no encuentras a nadie.

—¿Qué competencias no tiene sentido que asuma el Consell d’Eivissa?
—Salvo educación y sanidad, creo que todas las demás deberían ser asumidas al 100 % por el Consell. El Estado y las comunidades autónomas ya tienen una realidad muy consolidada. La gran revolución que falta es traspasar a los consells y ayuntamientos todo lo que nos falta porque la proximidad es más ágil y eficiente. El centralismo no es bueno, sea de Mallorca o sea de Madrid.

—Hay debate para que Educación y Sanidad vuelvan al Estado.
—Creo que no. Hemos demostrado que tenemos capacidad para gestionar estas competencias desde la Comunidad y hemos avanzado mucho en este aspecto.
—En el transporte aéreo sanitario, en lugar de avanzar dimos un paso atrás…
—Afortunadamente se ha resuelto gracias a la presión de sindicatos. Se estaba prestando un servicio sin cumplir el contrato de adjudicación y se ponía en riesgo la vida del personal y de los pacientes. Era muy grave. Repito desde Ibiza hay que levantar mucho la voz para que nos escuchen. Este es otro ejemplo.

—¿Ha hecho algo en estos seis meses de Presidencia para avanzar en el autogobierno de Ibiza o el día a día no le deja?
—La agencia del agua y un instituto de asuntos sociales para gestionar todas las residencias son cuestiones que van en esta línea.

—¿Se ha de actualizar la Ley de Financiación de los Consells?
—Es relativamente reciente. Creo que la parte de inversiones merece una reflexión. En gasto corriente me parece que está bien resuelto.

—¿El Govern trata de forma diferente por ser del PP al Consell d’Eivissa y a los ayuntamientos del PP?
—Yo no me miro como presidente del Consell las cuestiones desde un punto de vista partidista…

—No le estoy preguntado cómo lo hace usted, le estoy preguntado si tiene la sensación de que Armengol sí lo hace.
—Quiero pensar que no. Si lo hace, no lo debería hacer.

—Respuesta gallega. A lo Rajoy.
—No puedes poner los intereses del partido por delante de los intereses de los ciudadanos, eso es un error. Hay que defender la tierra donde uno ha nacido y los intereses del pueblo y de la isla han de estar por encima del partido.

—¿Le gustarán estas respuestas al presidente del PP de Baleares, Gabriel Company?
—Compartirá estas reflexiones. Yo soy del PP y defiendo el PP, pero siempre defenderé Ibiza por delante del PP. También era muy crítico con el Consell cuando era alcalde y ahora tengo la oportunidad de cambiarlo. Quiero un Consell municipalista, quiero ir de la mano de los alcaldes. Les dije ‘aprovechaos de mí, soy uno de los vuestros. Soy un alcalde más en la isla de Ibiza’. Tengo buena relación con todos y no creo que nadie pueda decir que tengo preferencias por un municipio u otro.

—El gran cambio en promoción turística ha sido recuperar el ocio nocturno.
—Ibiza tiene muchos productos y no hemos de esconder ninguno: familiar, congreso, cultura, gastronómico, salud, y ocio. Tenemos la gran suerte de que tenemos una oferta muy variada. Nuestro eslogan fruto del plan de marketing es all islands in one y es la gran ventaja que tenemos.

—Si es así, ¿por qué se dejó de hacer?
—No me lo explico. A veces hay decisiones políticas incomprensibles. Ocio bien entendido no es perjudicial, sino todo lo contrario. Mucha gente viene a Ibiza por esta oferta de diversión. Bienvenidos sean, siempre que sean respetuosos con nuestra tierra. Tenemos la mejor oferta de ocio del mundo, somos una referencia mundial, somos vanguardistas... ¿De qué nos tenemos que esconder? Si quieren venir a descansar, encontrarán el mejor sitio del mundo y si quieren ir de fiesta, también tendrán la mejor oferta del mundo. ¿Dónde está el problema? Es lo más natural del mundo poner en valor toda la oferta en su amplitud. También promocionaremos la agricultura. Creé la Conselleria de Turismo y Agricultura porque creo que el sector turístico ha de apoyar al sector primario. Hemos de promocionar nuestra agricultura, ganadería y pesca. El sector primario en Ibiza no solo puede aportar calidad de producto a la oferta de restauración y hostelería, a través de productos de kilómetro cero, sino que también tiene efectos multiplicadores sobre el paisaje muy importantes. Queremos que todos los restaurantes y todos los hoteles tengan en su carta vinos de Ibiza, aceite de Ibiza, hierbas ibicencas, postres ibicencos, hortalizas ibicencas, cabrito ibicenco, pollo ibicenco, pescado de aquí…

—Me temo que es imposible, por producción, que todos los restaurantes incorporen estos productos a sus cartas.
—Obviamente, no tenemos capacidad de autoabastecernos. Pero entre autoabastecernos y el 3 % actual hay mucho recorrido. Nuestro objetivo a medio plazo es aumentar nuestra cuota de producción y consumo en Ibiza porque tendría unos beneficiosos sobre el territorio y el paisaje espectaculares.

—No ha enumerado entre los productos a promocionar la moda Adlib.
—La moda Adlib tiene que ser una promoción más. Hay que potenciarlo y poner en valor que en las tiendas de aquí se puede encontrar una moda única y propia. Diferente es que hagamos de la moda un escaparate de... [silencio] No sabría cómo definirlo, que...

—A ver si le ayudo. ¿Cree que fue exagerada la promoción de la moda Adlib por un interés personal de lucimiento de la consellera Marta Díaz?
—No se justificaba la inversión que se hacía en moda Adlib por la dimensión del sector. Se puede y se debe hacer una buena promoción sin destinar tantos recursos.

—Le recuerdo que le estoy grabando.
—Sí, sí, lo sé, pero es que es así. Piense que en algunos momentos se dedicaba casi tanto a la promoción de la moda como a la promoción turística. Era exagerado y no era necesario. Haremos una promoción igual de efectiva y más barata.

—¿Es lógico que el PTI esté en permanente revisión?
—No. Uno de los problemas graves que tenemos en Ibiza es la política pendular en materia de territorio, lo que genera inseguridad jurídica con avalanchas de solicitudes por el efecto llamada. Es necesaria una legislación estable. No se puede usar el territorio para hacer política en contra de aquellas personas que han cuidado y preservado este territorio a lo largo de muchas generaciones. Hay que combatir la especulación, pero no hay que limitar los derechos de los propietarios de fincas que no pueden segregar la finca para que sus hijos puedan construirse una casa. Esto forma parte de la historia de Ibiza y de la idiosincrasia de los ibicencos. Los ibicencos hemos vivido siempre de una manera aislada, no concentrados en grandes núcleos, como pasa en otras islas. Esta idiosincrasia se ha de mantener...

—¿De forma ilimitada?
—No, evidentemente. Hay unos límites. No se puede segregar indefinidamente. El PTI ya lo fijó.

—¿Cuál es el tamaño mínimo razonable de una parcela segregada?
—15.000 metros para una primera segregación… Es muy injusto que se hayan eliminado unos derechos históricos, una costumbre, a través de modificaciones del PTI y de la Ley Agraria. Y encima por decreto ley. Hemos de buscar consenso político y social, con asociaciones de propietarios, arquitectos, aparejadores… Unos mínimos que no se pueden tocar por unanimidad es lo deseable. Que no peligre tu derecho, lo ejercerás o no lo ejercerás, pero ha de estar garantizado. El problema es que cambia el gobierno y te prohiben que tu hijo pueda construirse una casa por una decisión política.

—Usted puede anunciar aquí y ahora algún compromiso sobre el PTI.
—Me comprometo a poner sobre la mesa una modificación durante esta legislatura y que sea aprobada con el máximo consenso. Me gustaría que fuéramos capaces de diseñar una política territorial que todo el mundo la sintiera como propia, un marco estable, que no se pueda tocar. Luego habrá cuestiones hídricas, medioambientales, energéticas y otras que obviamente han de poder ser adaptadas al momento, pero la política territorial ha de estar blindada, no puede ser un péndulo que va de un lado a otro en función del grupo político que gobierna. Es un ejercicio de responsabilidad que hemos de hacer todos. Y luego el que se quiera desmarcar, que se desmarque.

—Para el Partido Popular, ¿qué sería irrenunciable?
—En materia de herencias hemos de recuperar los derechos que teníamos. Que un padre dé en herencia una finca a sus dos hijos, o los que tenga, y éstos se puedan construir una casa si cumplen los requisitos de superficie es de sentido común, se ha hecho siempre.

—¿Una vivienda libre?
—Que luego pongamos limitaciones para una reventa o cosas de este tipo son detalles que se pueden negociar, pero el derecho a que un padre pueda dar a su hijo un trozo de la finca y se pueda construir una casa para vivir ha de ser un derecho incuestionable porque forma parte del ADN de Ibiza. No es una casa hecha para especular. Es tan obvio que no creo que haya problemas para aceptarlo por todos, ni que cree polémica. Habrá otros detalles a negociar y también hay que evitar la especulación.