Neus Mateu hace la introducción en la reunión que mantuvieron ayer con los afectados por el tornado. | Toni Planells

Los afectados por el cap de fibló del pasado mes de octubre acudieron ayer a la reunión convocada por el Ayuntamiento de Sant Antoni para informarse de las ayudas que podrían solicitar como compensación y los requisitos que se necesitan para ellas.

La parte de los asistentes del Salón de Plenos del Consistorio quedó repleta por las decenas de vecinos allí congregados, que se mantenían a la espera de las explicaciones que dieron la técnica forestal de la Conselleria de Medioambiente, Inés Landa, y la concejala de Gobernación y Medioambiente de Sant Antoni, Neus Mateu.

300 hectáreas afectadas
«Después del cap de fibló se hizo un reconocimiento vía satélite de toda la zona afectada, por el movimiento de copas de los árboles y su desplazamiento, superficie que se pasó al catastro. El resultado fue de unas 200 o 300 hectáreas afectadas y eso, traspuesto a al parcelario catastral daba unas 260 parcelas catastrales, de las cuales la mayor parte era suelo rústico», explicó Landa.

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Como remarcó la técnica, esta línea de ayudas va enfocada a «propietarios y personas de parcelas forestales» y algunos de los requisitos que se requieren es que los demandantes sean «propietarios de suelo o parcela rústica, que esté en un nivel alto o muy alto de riesgo de incendios o tener un plan de aprovechamiento forestal de la autoridad competente».

Mateu confirmó que el Ayuntamiento está estudiando si abrirá una línea de ayudas porque consideran que la otorgada por Medioambiente a través del Fogaiba es «interesante» (1,7 millones de euros), pero a la que «no podrán acceder todos los afectados». «Otra solución es esperar a la resolución de las ayudas que se pidieron a Ministerio de Interior y ver si el Gobierno tramita un Real Decreto con esta línea de ayudas, pero si no llega es cuando el Ayuntamiento podría sacar una subvención porque les hace falta a los ciudadanos», sentenció la edil.

Uno de los afectados que acudió a la cita fue Toni Tur, que tiene una parcela de más de 30m² en Santa Agnès. «Allí tenía algarrobos, olivos y almendros, que sembrarían mis padres o abuelos. El tornado también tumbó la línea de la luz y afortunadamente en la casa no sucedió nada», comentó.

Una de las dudas que se le plantea es el método de tasación: «¿Cómo se valora un árbol? Una pared se coge a un constructor y te hace un presupuesto. ¿Pero quién hace el presupuesto de un almendro?».