Decenas de religiosos y seglares devotos arroparon al obispo en su despedida ante los medios de comunicación. | MARCELO SASTRE

El obispo de Ibiza y Formentera, Vicente Juan Segura, confirmó ayer, en rueda de prensa, que el próximo día 2 de febrero dejará su cargo en la Diócesis después de que el Papa Francisco le comunicara hace unos días su traslado a Valencia, donde ejercerá de obispo auxiliar, al mismo tiempo que será el titular en Armentia (Álava).

Juan, quien habrá ejercido su misión en las islas durante 15 años una vez que se haya marchado, dijo despedirse con un estupendo sabor de boca debido a la gran cantidad de «cosas buenas» que le han sucedido en este tiempo. En este sentido, después de dar las gracias a Dios y a todas las personas que forman parte de la Diócesis -tanto religiosos como laicos- que lo han ayudado a «hacer tanto aquí», se deshizo en halagos hacia las Pitiusas. Según dijo, las gentes de las islas son «muy buenas», así como los turistas que cada año vienen. «Sólo se pueden decir cosas buenas de estas islas y sólo puedo hablar bien de ellas», remarcó Juan, quien deseó que su nueva andadura sea tan feliz y fructífera como la que ha vivido aquí. «Ha sido una alegría haber estado aquí y una ayuda para seguir mejorando», expresó el obispo, quien aprovechó la oportunidad para agradecer también al arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, que lo lleve de vuelta a su lugar de nacimiento.

Y, después, ¿qué?

Juan adelantó que se celebrará una misa de despedida en su honor el próximo día 30 en Santa Cruz, donde se espera que acuda gran cantidad de gente a despedirlo quince años después.

Asimismo, explicó que, después de su marcha de las islas y vuelta a casa, el día 2 de febrero, una comisión de la Diócesis designará a un sacerdote que se encargará de «gobernar» la Diócesis hasta que el Papa elija a un nuevo obispo. Tal proceso puede demorarse un año, según los cálculos efectuados por la Diócesis.

Cabe recordar que el actual obispo, nacido en Tabernes de Valldigna (Valencia) en el año 1955 y que ejerce como sacerdote desde 1981, fue nombrado obispo de Ibiza y Formentera el 22 de enero de 2005. «Os pido que recéis por mí, para que pueda desempeñar este nuevo servicio que se me ha encomendado», solicitó Juan a modo de despedida.