Barreras de contención en el puerto de Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

La historia se vuelve a repetir en el puerto de Ibiza. Con la llegada del mal tiempo y las lluvias, el espejo de aguas de la fachada marítima, en el puerto viejo de Ibiza, saca a relucir restos fecales y otros desperdicios. Esta es la situación que se puede observar desde el pasado domingo en la zona cuando se produjo la llegada de la borrasca ‘Gloria’ con fuertes lluvias a las Pitiusas. Desde la Autoritat Portuària de Balears (APB) explicaron ayer que no activaron el Plan Interior Marítimo (PIM) por vertidos, aunque mantienen desplegadas las barreras a modo preventivo.

A la espera del tanque de tormentas

Unos metros más allá, continúan las labores de puesta en marcha del tanque de tormentas que construye el Ministerio de Transición Ecológica y cuyo principal cometido es separar pluviales de fecales y así evitar los vertidos en esta zona portuaria. Esta infraestructura está en fase de pruebas desde hace finales de 2019 y se espera que empiece a funcionar a finales de este mes de enero tras sufrir varios retrasos. Desde el Ministerio de Transición Ecológica no han confirmado a este rotativo que se vaya a cumplir este último plazo. Una Unión Temporal de Empresas (UTE) entre Aquambiente y Sogeosa ha desarrollado las obras, que empezaron en 2017 con un plazo de ejecución inicial de 16 meses y ya alcanzan los 26 meses de obra. En total, el presupuesto que se destinó, también inicialmente, era de 6,5 millones de euros (cofinanciado por el Ministerio y los fondos europeos Feder), pero el retraso en la finalización de las obras ha generado sobrecostes que asumirá la UTE. El tanque tiene una capacidad de 1.800 m³ y las bombas emplean una potencia de más de 600 kW, lo que serviría para abastecer a 220 viviendas durante alrededor de 10 meses. El propio tanque tiene un sistema de autolimpieza, que absorbe y expulsa el agua a presión para retirar la suciedad.