De izquierda a derecha, Antoni Villalonga, el profesor Nadal Marc, Jaume Comas y Esther Hernández. | DANIEL ESPINOSA

Ayer por la mañana, el hall de l’Escola d’Arts d’Eivissa acogió la inauguración de la exposición Forjant el futur: Tècniques i arrels, compuesta por espectaculares piezas creadas por los estudiantes del Ciclo formativo de grado medio de Forja Artística. Una muestra que hasta el próximo 28 de febrero servirá además para poner de relieve una profesión milenaria que, en el caso de la escuela, parece que tiene poco tirón.

Actualmente sólo hay tres inscritos, Antoni, Esther y Jaume, todos en segundo y ninguno en primero, lo que obligó a cancelar el curso. Incluso, durante un tiempo, hubo temor a que se dejara de impartir este ciclo formativo, aunque finalmente la conselleria de Educació i Universitat del Govern balear confirmó que se seguirá ofreciendo durante los próximos años.

Esta falta de alumnos es algo que no acaba de entender el profesor de forja artística en l’Escola d’Arts, Nadal Marc. Ayer por lamañana aseguró a Periódico de Ibiza y Formentera que es una profesión que «tiene muchas salidas laborales como demuestra que los talleres siempre andan pidiendo estudiantes en prácticas para trabajar con ellos y acabar formando parte de sus plantillas».

Entre estas salidas profesionales está fundamentalmente el sector de la construcción. Nadal Marc aseguró que «hay muchos talleres metalúrgicos, de soldadura y de forja que buscan trabajadores cualificados para hacer unas labores que en la mayoría de los casos no puede hacer una máquina». Una situación que, además, según el profesor, se ve incentivada por «el alto poder adquisitivo que hay en la isla de Ibiza, con mucha gente pidiendo trabajos artesanales y de calidad, muy bien pagados, para sus viviendas o fincas».

«Un trabajo precioso»

Nadal Marc es un veterano experto en el mundo de la forja. Empezó a trabajar con 17 años y ahora tiene 53. Sabe de lo que habla ya que hasta 2005 estuvo en el sector privado. Luego, lo compatibilizó con la educación y desde 2010 se ha especializado en la formación de alumnos. Asegura que se trata de «una profesión preciosa y muy gratificante porque, a pesar de que se trabaja intensamente, siempre los resultados finales merecen la pena».

Tal vez por ello se trata de un ciclo formativo que es muy práctico. De hecho, según el profesor, es de los pocos estudios en los que las horas de trabajo a la semana son casi más que las teóricas. Se imparte de lunes a viernes y una vez que se está en segundo se incluye prácticas en empresas mediante un módulo de más de 100 horas «que facilita en gran medida la inserción en el mundo laboral».