El tribunal escuchó las peticiones del Ministerio Fiscal y de las partes ante la ausencia del acusado, el pasado 17 de enero. | DANIEL ESPINOSA

El juzgado de lo Penal número 2 de León ha absuelto de los delitos de amenazas y coacciones a Christian C.M., expareja de Sara Calleja, la mujer que fue víctima de violencia de género y que en el verano de 2015 se quitó la vida en Ibiza.

Según informaba ayer el Diario de León, la titular del juzgado considera que el escrito de acusación hablaba de amenazas en su teléfono fijo, un extremo que no ha podido ser probado.

En el auto se indica que las pruebas presentadas no son motivo suficiente para condenar a Christian C.M. por la muerte voluntaria de Sara Calleja. Tampoco acredita los testimonios de los hijos de la fallecida, al ser familiares directos. «No gozan de la objetividad necesaria como para suponer una prueba por sí mismos», indica el auto.

Respecto a los correos electrónicos con amenazas que habría recibido Sara por parte de su expareja, el auto refleja que no fueron ratificados en el juicio.

Huido en Bélgica

La vista se celebró en ausencia del acusado, que se encuentra en Bélgica, país al que marchó tras dictarse una euroorden contra él.

La magistrada considera que las pruebas presentadas en la vista no desvirtúan la presunción de inocencia del investigado.

«Celebrado el juicio en ausencia, no pudo siquiera leerse la declaración del acusado», recoge el auto judicial, que cita también el hecho de que los correos electrónicos con las amenazas «no fueron ratificados en el juicio», por lo que no pueden ser considerados prueba de cargo. «Por todo ello, esta juzgadora llega a la conclusión de que no existe prueba suficiente para desvirtuar la presunción de inocencia del acusado», circunstancia que deparó una sentencia absolutoria.

Sara Calleja, de 51 años y natural de León, se quitó la vida el 11 de julio de 2015 en Vila, después de un calvario de maltratos, con cerca de un veintena de denuncias contra el acusado, órdenes de alejamiento y tres juicios. Christian Joachim ya había sido condenado en León por amenazas en el ámbito familiar, una pena de nueve meses que quebrantó.