Alejandro Cardell, durante la entrevista en la sede de Periódico de Ibiza y Formentera. | MARCELO SASTRE

Alejandro Cardell (Ibiza, 9 de octubre de 1968) está a la espera de las próximas reuniones entre ayuntamientos, taxistas y Consell para tratar de sacar adelante algunas de las medidas que reclama el sector. Debe informar a sus 125 asociados. En Vila hay 146 taxis y en toda la isla, alrededor de 400, aunque, con los estacionales, llegan a ser 800 en verano. La suya es la asociación mayoritaria.

¿Cómo describiría la situación del taxi?
Puf, la pregunta del millón. Vivimos momentos de cambio. En esta nueva legislatura se han afrontado diferentes fórmulas de entender el taxi por parte del Ayuntamiento d'Eivissa que encorsetan más su formato, ya que le privan de libertad. Hay momentos en los que hay mucho trabajo y momentos donde no hay trabajo para 24 horas. Se han incrementado las licencias en toda la isla. Ya no es como hace diez o quince años, cuando había una demanda de taxi muy fuerte.

¿Por qué es difícil llegar a un acuerdo?
Por eso: por encorsetar esa libertad que había dentro del taxi. Y no se entienda la libertad por hacer lo que te dé la gana, sino que a veces hay que concentrar los esfuerzos en unas horas determinadas y luego entran los descansos. El taxi tiene esa imagen de libertad de horarios.

¿Qué le parece la decisión del concejal de Movilidad del Ayuntamiento d'Eivissa, Aitor Morrás, respecto a los horarios precisamente?
Bien. La cuestión es que volvemos a lo mismo: a encorsetar la situación del taxi. Nosotros no nos negamos aunque creemos que es una realidad que se ha impuesto por parte del Ayuntamiento d'Eivissa y no viene del sector. Ha querido intervenir y nosotros le hemos recordado que los asalariados que allí estaban no representaban a la totalidad del sector. Es evidente que nosotros respetamos sus descansos y sus horarios y hay momentos más intensos otros menos.

¿Debería extrapolarse esta decisión al resto de la isla?
Yo no tengo por qué pedir lo que no quiero para mí. Quien lo tendrá que pedir es el Ayuntamiento d'Eivissa, pero parece que se está insistiendo en que tenemos que ser los taxistas quienes pidamos a nuestros compañeros o a las otras administraciones de la isla que hagan lo mismo. Lo que no me gusta a mí no se lo quiero hacer a los demás, pero está claro que es una desventaja. Unos están más encorsetados y otros, menos.

¿Cree que la orden de carga y descarga saldrá adelante antes de verano?
Desde que el Ayuntamiento d'Eivissa ha introducido la prohibición de dar carga a los taxistas de otros municipios, está irrumpiendo en la fórmula de la orden de carga y descarga. Un servicio de taxi no diferencia entre GPS, a pie o en parada. Son servicios y la orden de carga que tenemos no discierne uno de otro; sólo habla de servicios. Como la orden de carga y descarga no refleja los servicios de GPS, dice que es ilegal. Nosotros no creemos que lo sea. No deja de ser un servicio más que tiene su prioridad, respeta a los locales y posteriormente se abre al resto de la isla.

¿Qué pasa con ella entonces?
Queremos que salga, porque hemos pedido una subida de tarifas también. Quiero pensar que saldrá adelante antes de verano. Si no, vamos a tener una situación un poco anómala en el sector.

¿Se va a hacer el GPS único?
?Es evidente que no va a ser pronto. El Ayuntamiento d'Eivissa quiere encorsetar más el taxi y controlar lo que pensamos que no puede controlar, pero ha insistido en que quiere certificar que los días libres se cumplen. Esto serán palos en la rueda para poder tener un GPS único y el área de prestación conjunta, que está claro que deberá ser un GPS. Con dos tampoco. Creo que hablan de una forma muy alegre de que puede haber uno, dos, tres y cuatro, y eso no debería ser así. Esto debería funcionar con un solo sistema, que es la mejor manera y la más práctica y proporciona la mayor igualdad a todos.

¿No sería más fácil que el Consell, si tuviera competencias, estableciera las mismas condiciones para todos los ayuntamientos de la isla?
Esa es la gran cuestión. Somos una isla para algunos suficientemente grande y, para otros, en la movilidad no es muy grande en sí. El municipio de Ibiza tiene 11 kilómetros cuadrados y las competencias del taxi son de los ayuntamientos. En diez minutos sales de tu municipio. A uno le cabe pensar si el Consell podría regular todo eso. El problema es que la movilidad urbana es de los ayuntamientos y, como hay mucho recorrido urbano? en el interurbano es donde el Consell puede meter baza. Por eso, a la hora de hacer esta área, como se considera área interurbana todo, existe el interés de que los cinco municipios primero aprueben lo que quieren y luego lo trasladen al Consell para que este, a su vez, lo traslade al Govern.

Cuál es el mayor obstáculo que se están encontrando?
Obstáculos hay muchos. Vivimos en una inestabilidad, empezando por los taxis piratas, las VTCs deslocalizadas por la falta de inspectores; la Policía que nos remarca cada año que no hay suficientes agentes? los problemas son muchos y también lo son internos del taxi. Es evidente que quien tiene una licencia intenta producir lo máximo para que el servicio sea mejor, y a la vez está la lucha de cada año, de cada verano. Parece que siempre estamos en conflicto, pero al que atacan primero es al propietario, que no puede defenderse ante todo lo que le viene. Podemos decir que quizá hay demasiados taxis y no ocurre nada. Sabemos que hay una fuerte demanda y muy estacional. También es verdad que hay falta de chóferes. No sólo es un problema; hay muchos y no son sólo del taxi, sino del transporte de la isla, porque se apoya mucho en el turista y, por el formato de turismo que tenemos, la decisión más práctica y cómoda es el taxi. Por eso hay mucha conflictividad alrededor.

¿Qué le parece la convocatoria de 12 nuevas plazas de taxis para finales de marzo?
Esto viene acompañado de un informe del Ayuntamiento d'Eivissa. Este informe, que es muy discutible, dice que hacían falta 36. Se dieron 12 y ahora parece ser que se está iniciando otro trámite para dar otras 12 más. Vamos a ver dónde se para esto. Todo lo que se dé repercute en un mejor servicio en verano, pero en una precarización del taxi en invierno. Existe una figura del taxi estacional que cubre eso. No vemos la necesidad de que se den más taxis cuando está la figura del taxi estacional. Potenciemos esa figura, que sirve para ese momento puntual. Con más licencias, lo que pensamos es que los ayuntamientos tratan de hacer caja. Esa polémica les va bien.

¿Confía en la colaboración de las instituciones?
Tengo que pensar que sí. No puedo decir otra cosa. Quiero pensar que tanto Ayuntamiento d'Eivissa como Consell están por proteger el servicio público. Nos parece extraño que desde el sector tengamos que recordar que el servicio público tiene las dos vertientes. Es servicio público como nosotros estamos dispuestos a dar, pero las instituciones también tienen que velar por la rentabilidad para quien da ese servicio y parece que últimamente se olvida bastante.

¿Por qué se olvida este aspecto?
Todo el mundo ve el verano, pero nadie observa el invierno. El año tiene 12 meses y esto no es un bar, que, si lo cierras, no hay gastos. Aquí damos el servicio y salimos a la calle para cubrir las horas y los servicios que haya, que en invierno son muchos menos que lo que la gente se puede imaginar. En verano, como hay tantos taxis estacionales y llegamos a ser más de 800 en la isla, somos demasiados. Las discotecas tienen sus momentos, pero una vez que ha pasado ese momento, ¿qué hay? Aquí rico no hay ni uno; somos todos currantes. Ya hay más estacionales que fijos.

¿A qué se debe esto?
Porque somos uno de los puntos de toda España donde la estacionalidad se dispara y cae más rápidamente.

¿Es necesario tener tantos taxis estacionales en verano?
Hay trabajo para todos, pero en detrimento de rendimiento. Si hay 800 taxis, hay un mejor servicio, pero es evidente que la facturación de esos taxis cae y antes era mayor. No nos quejamos de que no se pueda vivir, sino de que la facturación ha bajado. Hay que ponderar las dos cosas.

¿Cuál sería el número ideal de taxis?
Unos años viene más gente, otros años viene menos. Ahora hay rumores de que quieren incrementar el número de taxis. Vamos a ponerle freno a esto, ¿no? Estamos en unas cifras bastante elevadas. No vayamos más allá, que en muchas capitales de España ya se han dado esos taxis de una forma muy alegre y ha tenido que haber una regulación propia por parte de los ayuntamientos o una asimilación por parte de las asociaciones. Pido que no cometamos errores y luego nos tengamos que lamentar.

¿Y las VTCs?
Conocemos las VTCs tradicionales y nunca hemos tenido conflicto. Es lo nuevo que viene, que viene con otro formato de negocio. Hubo una sentencia hace poco tiempo que dijo que esos vehículos no pueden estar patrullando la calle. Ni aparcar, ni circular. Tienen que estar en sus sedes y resulta que hoy en día esas empresas no tienen sede en la isla.

¿Qué van a hacer entonces?
Lo de las VTCs es como un colesterol, que no se ve, pero está ahí. El día que lleguen de verdad veremos el problema real. Además, parece que no son el número del que se habla, que estaría en torno al centenar. Es que después vienen otras 400 más. No es poco lo que llega de golpe y hay que estar muy encima y, especialmente, pedir a las instituciones públicas que vigilen que se cumpla todo esto.