Imagen de la reunión entre el conseller de Transportes, Innovación, Participación y Transparencia del Consell d’Eivissa, Javier Torres, y los taxistas. | DANIEL ESPINOSA

El Consell d’Eivissa trabaja en una nueva propuesta a los taxistas que no varía demasiado respecto al acuerdo alcanzado con los ayuntamientos. Se trata de un ajuste fino gracias a las aportaciones recogidas de los taxistas durante el encuentro de ayer. Por ejemplo, el porcentaje de taxis de guardia en el municipio baja del 15 por ciento al 14,28 por ciento y en la orden de carga cualquier taxis podrá estacionar en paradas fuera de su municipio cuando no haya gente ni otros taxis. Se trata de pequeños ajustes en todo caso, según informaron fuentes del Consell.

Los taxistas, por su parte, continúan divididos en varios aspectos, tales como el porcentaje de guardia en el municipio o que el taxímetro deje de contar cuando la velocidad supere los 100 kilómetros por hora.

Sobre la velocidad
Así, el presidente de la Asociación de Empresarios Taxistas de Sant Josep, Antonio Rivas, afirmó que, si en la Península el límite de velocidad son 120 kilómetros por hora en las autopistas, aquí debería ser igual, aunque, si lo ponen, tendrán que cumplirlo «como es lógico». Por su parte, el presidente de Élite Corsaris Eivissa, Serafín Costa, dijo que los taxistas asumirían su culpa si eran multados, pero que le parece «feo» negar a un pasajero ir más rápido pese a que este pueda perder el barco o el avión. Para Toni Palerm, al frente de la asociación de taxis de Sant Antoni, también ese límite es «un poco justo». Desde la asociación de Santa Eulària, uno de sus vocales, Toni Roig, sí se postuló a favor, ya que «hay que cumplir lo que dice la DGT». Igualmente, para el vicepresidente de la Asociación de Taxistas Profesionales de Vila, Joan Marí, no hay duda. «¿De qué estamos discutiendo si no se puede pasar de 100 kilómetros por hora en las carreteras de Ibiza?», se preguntó.

Sobre la cuestión del 15 por ciento de guardias municipales, Rivas se mostró escéptico sobre que la medida vaya a servir para cumplir los servicios pendientes a no ser que se establezcan unas sanciones de tiempo mediante el GPS a quien no cumpla con lo establecido. En su opinión, si los taxis no iban antes, sigue sin haber razón para que vayan ahora. Mientras tanto, Costa aceptó la medida «porque la han pedido los ayuntamientos y contra eso no se puede hacer nada». Sin embargo, recordó que «el borrador de GPS sigue siendo un borrador y lo que hay que hacer es un reglamento sancionador». Para Roig, con esta medida habrá entre 120 y 130 vehículos «privados de dar servicio a nivel insular» y, desde Sant Antoni, Palerm expresó muy gráficamente que «eso son coches dando vueltas de un municipio a otro sin poder hacer nada», además de que «no garantiza que ese 15 por ciento vaya a acudir a los sitios donde hacen falta».

El mismo o similar desacuerdo había en la norma de que el taxi debe volver vacío para cargar en su municipio. Por ejemplo, desde Sant Josep, Rivas pensaba que cada municipio debe tener «preferencia» para cargar dentro de sus límites, mientras que el representante de los Corsaris, Serafín Costa, señaló que tendrán que hacerlo así y reconoció que «queda feo no recoger a la gente por la calle porque tienes que volver al municipio, pero, al mismo tiempo, hay municipios y, especialmente, algunas zonas dentro de ellos que quedan olvidadas». Roig dijo que había recomendado modificar este punto para que, cuando no hubiera gente ni taxis esperando en las paradas, se pudiera parar «y, si viene un taxi, te vas y ya está». En su opinión, la medida es un «retroceso» a la hora de dar servicio a los usuarios. Según insistió, se va a pasar «de interactuar entre los municipios al cien por cien a tener 120 o 130 vehículos que van a cruzarse entre ellos de vacío». Según explicó, puede darse el caso de que haya vehículos que salgan de Santa Eulária vacíos en dirección a sus municipios dejando «colgados» servicios de a pie y de GPS y viceversa, pues habrá vehículos que salgan de vacío desde Santa Eulària en dirección a sus municipios «escopeteados a cubrir o incluso a no cubrir servicios». Por este motivo, Roig consideró la medida «contraproducente a la interacción municipal». Lo más «grave» –añadió– es que, «incluso sin haber servicios pendientes, se puede dar el caso de que tengas que volver a tu municipio y dejes colgados servicios en otros».
Ni siquiera hubo consenso con los uniformes. Algunos representantes de taxistas los aceptan estoicamente. Tal es el caso de Santa Eulària. En este sentido, Roig dijo que, «si esa es la medida, adelante con ella». «Nada más que decir por nuestra parte», añadió. En el mismo caso se encontraba Toni Palerm, de Sant Antoni, ya que el Consell quiere que todos vayan uniformados. «A lo mejor nos dejan cambiar el color», añadió no sin cierta tristeza. Uno de los más enfadados era Serafín Costa, de Élite Corsaris. «Hemos pedido no llevar un polo blanco ni una camisa blanca, ya que no estamos en la oficina, sino cargando maletas; que, por favor, fuera de un color más oscuro», declaró.

A vueltas con Vila
Sobre la actualización de la orden de carga y descarga, desde Sant Josep, Rivas dijo que le parecía que «está bien como está», por lo que lo único que es necesario añadir es la actualización de las tarifas, algo que ya se aprobó. Roig pidió mejorar la herramienta del GPS para, a través de él, introducir mejoras y se pueda «agilizar la recogida de los viajeros». Por su parte, Palerm, de Sant Antoni, apuntó que «más o menos hay acuerdo» si sacamos de él a Ibiza, que «no quiere que entre nadie de fuera del municipio a cargar». Para Joan Marí, da lo mismo, porque «todo será papel mojado». «La orden de recogida que ha puesto sobre la mesa el conseller no servirá de nada sin un régimen sancionador», que, además, «tiene que pasar el filtro del Consell Consultiu». Para Marí, la orden de recogida expresa que el taxi es municipal excepto en aquellos puntos donde se han puesto de acuerdo los ayuntamientos para dejar que los taxis de ese municipio puedan trabajar allí. «Tan fácil como eso. Se trata de que los ayuntamientos digan ‘cuando haya demanda, vamos a autorizar que los taxis de cada municipio puedan cargar en ciertos lugares’. Si no, tendremos que ir al área de prestación conjunta», auguró.

¿Uno o más GPS?
Sin embargo, no parece una tarea tan fácil. Desde Élite Corsaris, Costa señaló que «se supone que va a ser un GPS único, pero no lo pone en ningún lado», por lo que, «si un municipio pide colocar tres GPS, puede hacerlo». En este sentido, Rivas dijo que, pese a que, en su momento, casi los «obligaron a poner un GPS único con promesas de subvención cuando había dos, ahora llega otro Ayuntamiento –en referencia a Vila– y suelta otro». Desde Sant Antoni, Palerm dijo ser partidario de la medida, pero recordó que hay que hacer una licitación pública que no sabe si se realizará. «Ya dijo el Consell una vez que no quería hacerlo», añadió.

En estos momentos, parece poco probable que la situación pueda resolverse antes de la llegada del verano, tal y como pretenden todos los protagonistas (taxistas, ayuntamientos y Consell) de este asunto, ya que, para empezar y como recordó Costa, de Élite Corsaris, «se hará un apaño, pero no es una solución, ya que, por lo visto, van a necesitar dos años en hacer un reglamento en condiciones». Costa confesó que se había pedido que, aparte de los ayuntamientos, los taxistas también participen, porque «no se puede hacer sin consultar al sector».

Medidas drásticas
Para el representante de la asociación de Santa Eulària, Toni Roig, sin embargo, la idea es que sí que esté todo preparado. Finalmente, Joan Marí estuvo de acuerdo con intentar sacar adelante las normas con el máximo consenso, pero señaló el ejemplo, respecto a los días libres del taxi, del Ayuntamiento de Vila: «¿Ha habido acuerdo con los días libres? No. Pues paro el taxi un día a la semana. El Consell tiene que hacer lo mismo con los ayuntamientos. ¿Ha habido consenso? Si lo consigues, muy bien, pero, si no, adelante, te guste o no».