Este es el ambiente que impera en los comercios chinos e italianos, dos países afectados por el coronavirus, que apuntan a la temporada baja como principal motivo de su caída de ventas. | MARCELO SASTRE

Las enfermedades no entienden de nacionalidades o lugares de procedencia. Puede que estas tengan su origen en un punto geográfico determinado y posteriormente se expandan a otras zonas, pero ningún ser vivo está totalmente inmunizado.

Entre 1918 y 1920, más de 40 millones de personas murieron por una patología conocida como la Gripe Española y aunque no tuviera su origen en España, se le otorgó ese nombre porque fue uno de los países donde la prensa no sufrió la censura de la I Guerra Mundial y pudo abordar el problema.

A Ibiza, como ciudad turística, ha llegado una de las ‘pandemias’ contemporáneas: La temporada baja. Al menos esto es lo que se desprende, al hablar con la mayoría de los ciudadanos chinos que residen en la isla, sobre cómo está afectando el coronavirus a los negocios en los que trabajan o de los que son propietarios.

«Mi familia está toda aquí y no hemos tenido ningún tipo de problema, pero es una cosa normal, todo el mundo está afectado no sólo China. Las ventas bajaron un poco estos días, pero no sé si es por esto o porque ha sido enero y febrero que es más tranquilo. No creo que haya sido por el coronavirus, será por el turismo», comentó Wang, jefe de unos grandes de almacenes.

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Winyan regenta una tienda de ropa en el centro de Ibiza y, al igual que su compatriota, «no ha notado» que le haya afectado en las ventas. «Desde enero hasta ahora, las ventas han bajado, pero es por estos meses porque comparado con el año pasado son parecidas», recalcó el comerciante.

Preguntado por si ha notado que el coronavirus haya desatado alguna actitud racista hacia la población china, Winyan contó que «la gente le sigue tratando como siempre». «También, como no ha llegado todavía a Ibiza no ha pasado nada, pero si luego sale algún caso no sé», apuntó.

El caso de Leon es diferente. Él trabaja en un restaurante de Es Pratet y afirma que sus ventas han bajado con respecto al año pasado. «Creo que ha sido motivado por el coronavirus y también porque son los meses más flojos, las dos cosas juntas», señaló.

El restaurador incidió en que la gente no tiene que tener miedo y puede seguir yendo a comer a su establecimiento «sin problemas», porque «ahora ya es un problema mundial, no sólo de una parte de China».

En Europa, el país que ha registrado más casos ha sido Italia. Carla es propietaria de una cafetería y según comenta «aquí es como si nada hubiera pasado, todo sigue igual, sin ningún cambio y esperemos que todo siga así». Ella tiene familia en el norte de Italia y según explicó, «por suerte, se encuentra bien», aunque por lo que le han contado «hay un poco de psicosis, la gente tiene miedo, corre a comprar y no encuentran mascarillas».