La caldera de biomasa instalada en las piscinas municipales de Sant Josep en 2014 ha permitido pasar de un consumo anual de gasoil que oscilaba entre los 65.000 y los 70.000 litros anuales a los 8.000 anuales de media que representa esta tecnología, mucho más limpia a efectos ambientales.

Según informó el Ayuntamiento de Sant Josep, desde su puesta en marcha, el consumo de gasoil ha representado entre los 7.000 y los 9.500 litros al año, con una media de 8.000 litros anuales, lo que representa un descenso del 88,6 % en el consumo de gasoil anual. La climatización de la piscina con una caldera de biomasa ha permitido ahorrar, además, la emisión a la atmósfera de cerca de 170.000 kilos al año de CO2 procedentes de fuentes no renovables. «Esto es así porque a raíz de la implantación de esta tecnología, más limpia, se ha reducido una media de 23.000 kilos al año la aportación de CO2 de fuentes no renovables cuando antes representaban 190.000 kilos al año, una caída del 87,9 %», explicaron desde el Consistorio.

Estos resultados, según precisaron, superan las previsiones que tenían cuando anunciaron esta medida, que era reducir un 70 % los gases de efecto invernadero. Otros objetivos que se perseguían son la reducción de la dependencia de combustibles fósiles y el aumento de la autosuficiencia energética del municipio.

El Consistorio tiene previsto, además, conectar esta caldera también al campo de fútbol de Sant Josep, por lo que se podrán dejar de utilizar las de gasoil en estas instalaciones. Esta actuación tendrá un coste de 35.000 euros, precisaron desde el Consistorio.