Imagen de un aula vacía. | Reuters

Unos 165.000 alumnos de enseñanzas no universitarias (incluidas escoletas) y unos 15.000 de la UIB dejarán de asistir a clase el próximo lunes y durante 15 días.

Ésta es una de las principales medidas del período de «contención reforzada» que anunció ayer la presidenta del Govern, Francina Armengol, tras el Consell de Govern celebrado por la tarde. Asimismo, los viajes de estudios se supenden durante dos meses.

Los profesores sí deberán acudir a los centros y, desde allí, organizarse para que la actividad docente pueda desarrollarse durante esas dos semanas, principalmente a través de herramientas telemáticas, y que los alumnos puedan seguir trabajando en sus domicilios. La presidenta expresó su preocupación por aquellos alumnos que, en este curso, deberán presentarse a las pruebas de selectividad, si bien hizo un llamamiento a que no cunda la angustia por esta circunstancia, en la confianza de que la suspensión temporal de las clases presenciales se limitará a esas dos semanas, aunque también reconoció que podría reducirse o ampliarse en función de la evolución de la propagación del coronavirus.

Ya por la mañana, sin tener todavía decidido el cierre de los colegios, antes de la comparecencia del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, la Conselleria d’Educació había hecho llegar a los centros un escrito en el que consideraba oportuno que colegios e institutos decidieran qué herramientas y mecanismos se utilizarían en caso de suspenderse las clases para hacer llegar a los alumnos el trabajo que deberían realizar en sus casas. Asimismo, los centros debían establecer la manera de hacer el seguimiento y la evaluación de estas actividades en los domicilios.

Tanto la presidenta como el conseller d’Educació, Martí March, reconocieron que no todos los alumnos seguirán el mismo nivel de cumplimiento de las tareas encomendadas durante estas dos semanas, bien sea por no disponer de dispositivos telemáticos adecuados para ello o por no poner el interés necesario. En este sentido, March apeló a la responsabilidad de las familias. Armengol admitió que «todo este proceso será muy complicado para docentes, alumnos y familias. Es una decisión difícil. Costará mucho implantar un sistema efectivo durante estos 15 días, pero habrá que hacer el esfuerzo y confiamos en la profesionalidad de los docentes».

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Precisamente, la Conselleria d’Educació hará llegar, hoy mismo, unas instrucciones a los centros para garantizar unos contenidos mínimos de trabajo para estos 15 días. Si hay algún centro que necesite medidas más específicas, recibirá instrucciones más detalladas y siempre podrá contactar con el inspector educativo.

Por su parte, la UIB ya anunció oficialmente ayer por la tarde la suspensión de la actividad docente presencial durante dos semanas. Precisamente, la Universitat aprobó ayer un protocolo de actuación ante la alerta sanitaria por el coronavirus, que ya prevé el mantenimiento de las obligaciones del personal docente e investigador, y del personal de administración y servicios.

En esta línea, los docentes e investigadores reforzarán la tutorización de los estudiantes a través del Aula Digital de la UIB.

Por la mañana, la Universitat ya había suspendido temporalmente las prácticas clínicas en entornos hospitalarios y sanitarios «para evitar situaciones innecesarias de riesgo». Esta medida afectaba principalmente a los estudiantes de Enfermería, Fisioterapia y Medicina.

También en la mañana de ayer, el sindicato USO, mayoritario en la enseñanza concertada, había pedido abiertamente «el cierre de los centros educativos como consecuencia del incremento de los casos de coronavirus registrados en Balears».

Otros sindicatos reclamaron «claridad» ante la incertidumbre que se estaba creando a lo largo del día entre familias, alumnos y docentes respecto a la posibilidad del cierre de los centros educativos.