Vicente Marí, durante la entrevista.

El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, aseguró ayer que habrá que tomar medidas «drásticas», propias de una «economía de guerra», ante una «situación nueva» para la ciudadanía.

En una entrevista para el programa Bona Nit Pitiüses (BNP) en la Televisió d’Eivissa y Formentera (TEF), en la que participaron el director de Periódico de Ibiza y Formentera, Agustí Sintes, y la directora de TEF y de Editorial y Audiovisuales del grupo, Sonia Escribano, Marí indicó que la institución está «en contacto permanente» con el resto de Consells y el Govern balear y que, por el momento, está habiendo una «buena coordinación». No obstante, Marí subrayó que por quien más apoyado se ha sentido es por los ciudadanos ibicencos, quienes pidieron el cierre del puerto y del aeropuerto y así se les había transmitido al Gobierno central y al Govern autonómico.

Preguntado sobre si la de este año será una «temporada perdida», el presidente del Consell d’Eivissa restó importancia a ese supuesto y respondió que «lo que toca ahora es evitar contagios», si es preciso imponiendo «medidas más duras». Además, Marí mencionó la necesidad de ayudar a aquellas personas que sufran un Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE). «Todo lo demás es secundario», añadió el dirigente ibicenco.

En clave económica, Marí también concretó que, aparte de la ayuda proporcionada por el Gobierno central, las instituciones se están planteando la posibilidad de bonificar a las empresas y de aplazar los impuestos correspondientes a empresas, familias y particulares para «poder paliar los efectos de la crisis y reactivar la economía».

El máximo dirigente del Consell d’Eivissa desveló que, para ayudar a las personas sin techo, se ha habilitado una zona en el colegio Sa Blanca Dona. Además, aseguró que tanto la Cruz Roja como el sector hotelero le han ofrecido plazas para alojar a los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional, así como a los componentes del Ejército, que fuera necesario desplazar a Balears para ayudar a contener la epidemia de coronavirus.

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En este sentido, Marí confirmó que se realizarán mediciones de temperatura y se tendrán que rellenar formularios con información detallada por parte de los pasajeros que quieran entrar en Balears. Todo ello, indicó, con el objetivo de «tener el máximo control posible sobre las entradas y las salidas», tanto en el puerto como en el aeropuerto.

En este sentido, el presidente del Consell d’Eivissa apuntó que, aunque, hasta ahora, los contagios han venido de fuera, es previsible que se produzcan más; de ahí la necesidad de los controles.

Imposible cerrarlo al cien por cien

Por su parte, Ferrer destacó que, de momento, no se ha producido ningún contagio en Formentera y aseguró que el puerto no se puede cerrar al cien por cien porque hay que garantizar que lleguen los productos básicos y por la especifidad de la isla, cuyos habitantes necesitan con frecuencia acceder a los servicios sanitarios de Ibiza.

La presidenta del Consell de Formentera indicó que, de momento, también se prohíben los barcos privados. Sobre el objetivo de salvar la temporada, Ferrer respondió que todo dependerá mucho de lo que hagan otros países, ya que se trata de una epidemia global. Finalmente, alabó el paquete de primeras medidas tomadas por el Gobierno central, pero abogó por seguir trabajando en «medidas específicas».