Cumbre del G7 En Biarritz. | DYLAN MARTINEZ / POOL - ANF MS -

«Esto es una locura. Creo que nuestros dirigentes han visto demasiadas series distópicas de televisión y se las han creído, obligándonos a confinarnos en nuestras casas durante más de un mes, para cuatro muertos de nada. Nunca me hubiese imaginado ver en la misma sala a Merkel, a Trudeau, a Trump, a Macron, a Conte, a Shinzo Abe, a Boris Johnson y al propio Sánchez ofreciendo una rueda de prensa común, y en varios idiomas, para anunciar la paralización internacional de toda actividad económica y social con el fin de frenar la supuesta amenaza que nos ponía en riesgo: el coronavirus. La verdad, hasta el nombre sonaba a risa. Yo no sé cómo nos lo creímos, pero les hicimos caso.

Volvimos de Fitur, a finales de enero, con el miedo cosido en el cuerpo, pensando que igual nos habíamos traído el bicho metido dentro porque habíamos estado con gente de todos los países en el Recinto Ferial de IFEMA, (ese mismo que prepararon acto seguido como un hospital de emergencia, casi de guerra, para que pudiese apoyar a la sanidad pública si fuese preciso). ¡Qué tontería! Ahora lo pienso y sonrío al evocar los escalofríos que tuve esos días.

Después, cuando China dio la voz de alarma real, todos, los cinco continentes, secundamos sus protocolos y nos quedamos metiditos en casa, rezando en todas las religiones que conocíamos, para no contaminarnos y poder seguir jugando otra partida en la vida. ¡Pero si hasta nos dejaron sin manifestación del 8M porque juntar a tanta gente podría ser letal! Aún recuerdo cómo eché de menos el olor de los bares, los cafés al sol con mis amigas y los paseos invernales por la playa. ¡Todos añoramos, incluso, ir al trabajo y al gimnasio! ¡Todo eso para cuatro muertos de nada, muchos menos de los que provoca la gripe estacional cada año!

Nos volvimos todos unos paranoicos. Mi novio decía que tal vez el virus había sido lanzado por Alemania para que todos culpasen a Estados Unidos, a China o, incluso a Rusia, y a sus absurdas guerras comerciales, con el fin de lograr posicionarse de nuevo en la hegemonía mundial. Yo creo que la serie Hunters que vimos esos días le afectó un poco. Yo, por mi parte, estaba más en situación El Cuento de la Criada, temiendo que ante una bajada de la población, las mujeres fértiles fuésemos secuestradas para procrear ante fanáticos vestidos de rojo y de verde y comencé a hacer deporte en casa por si debía practicar la huida.

Noticias relacionadas

Lo cierto es que ya no sabremos nunca qué podría haber ocurrido y la realidad es que ahora empezar la temporada en pleno mes de abril será duro y no creo que deje tantos beneficios como la pasada.

Al final todo lo que decían de este coronavirus, que era la pandemia del siglo, que contagiaría al 70 % de la población, que mataría al 10 % y que se llevaría por delante a personas de todas las edades y razas volando por todo el mundo, no han sido más que pamplinas. Ni ha sumido a nuestro planeta en una situación propia de una tercera Guerra Mundial, ni ha exterminado a los más débiles, ni nada de nada, pero, como dice mi padre…, ¿y si por no atajarlo a tiempo y no actuar como se hizo, él o nosotros hubiésemos también muerto?».

Hoy esta Bitácora es más una distopía que nunca. Ojalá fuese una historia real y no hubiésemos permitido manifestaciones multitudinarias, grandes eventos o partidos de liga, ni hubiésemos actuado tan tarde. Ahora ya no sirve de nada buscar culpables.

Hacer política de esta debacle es mezquino, porque ninguno supimos mirar como tocaba, actuar a tiempo y ser valientes. Aun así, hubiese sido maravilloso que toda esta locura hubiese provocado cuatro muertos de nada. Hubiese sido maravilloso haberles podido escribir esta bitácora hace dos meses.