Decenas de personas se asoman a la ventana para disfrutar del recorrido de animación musical que protagonizan los payasos más queridos de la isla.

Las ventanas y los balcones se han convertido, durante estos días, en un espacio de puro entretenimiento. No sólo se utiliza esta pequeña parcela para aplaudir a los sanitarios o para protestar con caceroladas, también es la vía de escape y diversión de muchas familias confinadas.

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Ayer, decenas de niños, y no tan niños, se asomaron a las calles de Vila al ritmo de canciones inolvidables como Hakuna Matata. Durante cuatro horas, los más pequeños estuvieron acompañando a los payasos más queridos de la isla, Piruleto y Cachirulo, en un recorrido con animación. Ambos artistas, que hicieron el trayecto por separado, se desplazaron en un vehículo de Protección Civil. Uno de ellos salió desde la rotonda de Can Misses y el otro, desde Botafoc Ibiza.

Sin duda, una iniciativa solidaria que busca, además de entretener a todos los niños durante el encierro, agradecer el comportamiento ejemplar que están teniendo durante esta crisis sanitaria. Por su parte, la respuesta de los niños no se hizo esperar. A los enormes canturreos hay que sumar las palmas, los dibujos de arcoíris y los bailes de aquellos que se dieron cita ayer. Una imagen repleta de colorido e ilusión que no sólo consiguió llenar de esperanza y sueños las vacías calles, sino que también logró que los vecinos de Vila se pudiesen olvidar de la dura realidad durante ese breve instante.