Iago Negueruela y Llorenç Pou, ayer, durante la comparecencia de prensa.

Las Pitiusas serán las islas que sufran un mayor impacto este año debido a la crisis sanitaria. El escenario que estima más probable el Govern supondrá una reducción del Producto Interior Bruto (PIB) de Baleares en un 31,6%, que en Ibiza y Formentera podría llegar al 36,5%.

La reducción de la demanda turística es el principal factor en la ecuación. Se estima que Baleares dejará de ingresar por este concepto en torno a 5.800 millones de euros, un 19,6% del PIB. El impacto será mayor en las Pitiusas, dado que el peso del turismo también es mayor. Una realidad que desde el Govern balear indican que se tendrá en cuenta a la hora de solicitar ayudas tanto al Gobierno como a la Unión Europea.

«Si hablamos de planes de impulso al turismo y de protección del sector turístico, del mismo modo que pedimos al Gobierno una especial atención a los territorios insulares, también habrá que hacer esa misma traslación a la situación particular de cada isla», señaló ayer el conseller de Modelo Económico, Turismo y Trabajo, Iago Negueruela, en la comparecencia para dar cuenta de los escenarios económicos con los que trabaja el Govern como consecuencia de la crisis sanitaria y la situación de los ERTE en las islas.

La menor demanda turística es uno de los tres factores que ha estimado el Govern en sus modelos. Según detalló el director general de Modelo Económico y Ocupación, Llorenç Pou, los otros dos aspectos son el consumo y la inversión de las empresas. El impacto económico de la crisis sanitaria del COVID-19, considerando estos tres factores, alcanzaría los 9.273,9 millones de euros. En cuanto a su repercusión en el empleo sería de una pérdida de la ocupación del 29,2%, se perderían 147.732 empleos.

Tres escenarios
El Govern estima que si el confinamiento se prolonga hasta el 26 de abril, la pérdida acumulada del PIB sería del 3,8%, mientras que si llegara hasta el 15 de mayo sería del 6,1%. Unas perdidas que Negueruela recalcó que compensa la aplicación de ERTE y la consecuente prestación por desempleo para los trabajadores que alcanzarían en torno al 1% del PIB entre marzo y abril.

Tras el final del confinamiento se valoran tres escenarios que corresponden a tres niveles diferentes de gravedad. El que se considera más probable es el intermedio, según el que el sector turístico reiniciaría su actividad en el mes de agosto. Dentro de ese escenario se estima que la disminución de la inversión de las empresas supondría un descenso del 6,3% del PIB, la caída del consumo supondría un 1,9% y la menor demanda turística un 19,6%. Si a estos elemento se suman las pérdidas durante el confinamiento del 3,8% tendríamos el 31,6% total.

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Pou recalcó que estas cifras son estimaciones máximas que no tienen en cuenta las posibles medidas económicas que se emprendan una vez que concluya el confinamiento.
Negueruela reivindicó la necesidad de un plan específico de ayudas para las Baleares que nazca desde el gobierno central y que tenga en cuenta «las características específicas del tejido productivo y el hecho insular». El conseller defendió la necesidad de un abanico de mecanismos que incluya «protección para las personas y liquidez para las empresas que permita limitar las pérdidas y la caída del PIB».

En este sentido, recordó que el turismo fue uno de los motores de la recuperación económica tras la crisis de 2008, motivo por el cual «este sector tiene que recuperar ahora el apoyo del gobierno central».

Indicó que se está trabajando con las patronales y los agentes sociales para pactar las medidas a solicitar al Gobierno entre las que no se descarta solicitar ayudas que faciliten las conexiones del turismo nacional. «Es de justicia que si una persona se puede desplazar a Valencia con una línea de AVE que ha tenido un coste enorme sufragado por el Estado, [...] también se garantice en esta situación esa movilidad a los territorios insulares», ejemplificó.

ERTE
Negueruela indicó que hasta el momento se han recibido unas 18.000 solicitudes de ERTE en toda Baleares que «garantizan que 158.000 trabajadores puedan beneficiarse de una prestación». Agradeció el esfuerzo que realizan las empresas y que hayan confiado en este mecanismo puesto a su alcance que les permite un ahorro en nóminas y cotizaciones sin tener que destruir empleo.

Hasta el momento se han resuelto en torno a 4.200 ERTE. El conseller indicó que la plantilla dedicada a esta tarea se había aumentado de 30 a 150 personas que han trabajado todos los días desde el inicio del confinamiento.

Apuntó que el porcentaje de aprobación de ERTE estaba por encima del 95% y que se trabajaba con las empresas estrechamente para facilitar este trámite si se cumplía con los requisitos para aplicarlo

Respecto a las prestaciones para los trabajadores, recordó que se recibirán con efecto retroactivo desde el primer día del ERTE y que se está trabajando con el SEPE para que puedan cobrarse lo antes posible.