Cola de personas esperando para recibir la entrega de alimentos que realiza Cáritas cada miércoles y viernes, en su sede de la calle Felipe II de Vila.

«En los repartos de comida hemos notado un gran aumento de demanda. En Cruz Roja nos solemos mover en las mismas cifras y cuando llega la primavera o el verano y la gente accede a los puestos de trabajo estacionales, esta cifra disminuye».

Esta es la valoración que hizo ayer la coordinadora insular de Cruz Roja en Ibiza, Mary Castaño, de lo que han percibido en su organización, como consecuencia de la propagación de la pandemia del coronavirus a nivel mundial.

Percepción que también comparte su colega de Cáritas, Gustavo Gómez, ya que allí han visto «un aumento del número de personas» que están viniendo, tanto para el reparto de alimentos, como las personas que llaman y tienen «multinecesidades», para lo que se afanan en «intentar paliarlas de la mejor manera que pueden». Entre ambas organizaciones han visto como la cantidad de familias atendidas está cerca de doblarse desde que empezó la pandemia, al pasar de 175-190 a cerca de 330.

«La gente tiene necesidades de alimentos pero también se están expresando otras necesidades como las personas que hay muchas que no están trabajando, por lo que están teniendo algunos problemas, porque se les exige el pago del alquiler y otros tipos de pagos, y como no tienen trabajo no pueden hacer frente a estos gastos que tienen adquiridos», explicó Gómez.

Noticias relacionadas

Según detalló Castaño, en esta época del año debería haber «una disminución y un pequeño descenso a partir de ahora», pero lo que están viendo es «un aumento de la demanda [de alimentos]». «Es decir que la crisis sanitaria está acarreando una crisis social porque obviamente la situación de la gente ha empeorado», añadió la coordinadora de Cruz Roja.

En cuanto al perfil de personas que recurren a sus ayudas, ambas organizaciones no resaltan uno en particular, ya que es «hiperheterogéneo». «Se están viendo personas jóvenes que han venido preparándose para la temporada, tienen un origen familiar individual y se han quedado un poco colgadas, sin trabajo y sin los recursos económicos que esperaban sacar al empezar a trabajar pero es un perfil muy variado», indicó el responsable de Cáritas.

Gómez también aseguró que también están ayudando a personas que «nunca» había ido a Cáritas ni a otros servicios sociales porque «trabajaban en negro» y ahora se han quedado sin recursos.

Para los repartos de comida se han tenido que adaptar a las circunstancias que le marca la pandemia. En Cáritas de Vila mantienen el reparto habitual de alimentos que hacen cada miércoles y viernes, en el que las personas esperan «guardando un espacio», a que se les entreguen lotes de comestibles a través de una ventana, pero en Sant Antoni los acercan a aquellas personas que tienen limitaciones de movilidad.

Por su parte Cruz Roja ha implementado dos medidas, una que consiste en dar citas a las familias a determinadas horas para «minimizar las aglomeraciones» y a partir de la semana que viene harán el reparto a domicilio para «no fomentar el tránsito».