Erick Ger, el primer apellido es de su madre Silvia, es uno de los 104 bebés que han nacido en el Hospital Can Misses desde que empezó el confinamiento.

El Hospital Can Misses ha registrado 103 partos y 104 nacimientos, uno de ellos un gemelar, desde que empezó el confinamiento, desde el pasado 18 de marzo hasta ayer. De estos 103 partos, 10 han sido por cesárea, es decir que el índice de cesáreas en este período ha sido del 9,7%, un porcentaje muy inferior del 15% recomendado por la Organización del Mundial de la Salud. Otros 21 partos han sido instrumentales, es decir que en el momento del expulsivo se requiere de la utilización de instrumental.

La actividad del Servicio de Ginecología y Obstetricia, como en el resto del hospital, está marcada por el coronavirus, hay más consultas telefónicas, se espacian los horarios de las citas presenciales para evitar contacto entre pacientes, nuevos protocolos y medidas de higiene más estrictas en este escenario en el que la vida sigue y con ellos los nacimientos.

El servicio se ha adaptado a estas circunstancias con una serie de medidas organizativas. «Tenemos actividad mixta con Atención Primaria, matronas, y ha habido que adaptar el circuito: comunicándonos mucho por teléfono, haciendo telemedicina, abriendo líneas telefónicas con las matronas del centro de salud para resolver pequeñas dudas, también se ha abierto otra línea telefónica para cuando hay que consultar en el hospital», explica el jefe del Servicio de Ginecología y Obstetricia de Can Misses, el doctor Rodolfo Moreno.

Hasta el momento no se ha tenido ningún caso de contagio. A las gestantes se le hace la prueba del Covid-19 en la semana 39 de gestación y ninguno ha salido positivo, «pero estamos preparados para un posible caso, las noticias son tranquilizadoras, pero todo puede cambiar de la noche a la mañana», apunta Moreno.

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Ecografías de la gestación
Las ecografías específicas durante la gestación se hacen normalmente, aunque se le pregunta previamente por teléfono si tiene sintomatología y se mantiene la visita del primer trimestre del embarazo. «No ha cambiado mucho y tenemos la suerte de que la infección no ha tenido incidencia en mujeres en gestación, mejor que mejor». También se contempla que el padre pueda estar en el parto. En las consultas, personal y pacientes llevan mascarilla y los profesionales, además, van protegidos con bata y guantes. También se dispone de botes de hidroalcohol para lavar frecuentemente las superficies Si una mujer es sospechosa de una infección, al comunicarlo previamente por teléfono, se trata de aplazar la cita, si no es imprescindible. «Alguna paciente al venir a Paritorio ha dicho que tenía algún síntoma relacionado y hemos tomado las medidas, pero no se ha confirmado», precisa.

Con el coronavirus se han restringido técnicas de humanización como la cesárea con contacto, el 8% de las cesáreas, los partos en el agua, que representa el 2%, y el óxido nitroso.

Unos de los temores de las futuras mamás es si hay más posibilidades de contagio. «No tienen más riesgo de pillar el virus, que la población en general», apunta Moreno. Asegura que es «poco probable» que afecte al feto en la denominada transmisión vertical, «no se ha demostrado virus en el líquido amniótico, ni en el cordón, ni la placenta ni en la leche materna». Tampoco ocultan su preocupación por parir en mitad de esta crisis, pero Moreno asegura que con la labor de las matronas y las explicaciones de los profesionales «se tranquilizan bastante».

El parto de Silvia
Una de ellas ha sido Silvia Ger, que hace una semana tuvo a su primer hijo, Erick Ger, en Can Misses. El niño nació el 15 tras un parto inducido. Silvia recuerda que «tenía mucho miedo, los días antes escuchaba noticias de otras comunidades que los padres no podían entrar y que había madres que las separaban de sus bebé». Tres días antes de la fecha programada del parto le hicieron la prueba del Covid-19 «me angustié, me dijeron que si daba positivo estaría sola, pero íbamos muy informados y llevábamos nuestro plan de parto». Su parto fue largo, ingresó el día 14 y Erick nació a las 12,39 horas del día siguiente en presencia de su padre Christian. Asegura que «la matrona Rocío y la doula Juli han sido básicas para que viviéramos el parto de una manera muy bonita; nos han ayudado mucho y tengo buenos recuerdos de las fases de preinducción e inducción. Estábamos solos en la habitación y nos molestaron muy poco, el personal muy atento».

Del Paritorio tiene un recuerdo «más frío, me pusieron la epidural y las últimas horas fueron más duras, tuvo que venir la ginecologa para utilizar instrumental», pero su recuerdo en general del parto «es muy bonito, con dolor, pero cuando estás en plena faena no te acuerdas del coronavirus. No fue nada traumático. Respetaron lo que queríamos. Somos muy afortunados de tener una maternidad así», apostilla.