El alcalde, Rafa Ruiz, flanqueado por Rosa Rubio y José María Prats durante la presentación de 13 agentes en prácticas.

La explosión de la pandemia del Coronavirus y la gestión que está realizando Vila de la seguridad laboral en servicios esenciales ha agudizado la crisis abierta entre el gobierno de Rafa Ruiz y la Policía Local de la capital de la isla, ahondando las diferencias entre los responsables políticos, mandos y plantilla de la Policía Municipal.

La «temeraria ocultación» del positivo de una agente al resto de la plantilla y la falta de unos test que sí se han hecho al resto de cuerpos de la isla «son la gota que ha colmado el vaso», apuntan varios agentes de la Policía Local de Vila.

Tal y como avanzó ayer Periódico de Ibiza y Formentera, la ocultación de este positivo puede llegar a los tribunales. «No es de recibo que tras más de 40 días desde el decreto del estado de alarma y cerca de un mes desde la confirmación del positivo de una compañera, Vila no haya tomado medidas al respecto para garantizar la seguridad de sus policías», indica un agente que denuncia el «abandono y ninguneo» por parte de los responsables políticos y de los mandos.

Varios frentes abiertos
La cronología de los encontronazos entre la plantilla de la Policía Local de Ibiza y el equipo de gobierno viene de lejos. «Los motivos son diversos, pero al final la realidad es que a día de hoy la plantilla se ha reducido a 83 agentes y de ellos solo 60 están en la calle para cubrir tres turnos. Además, de aquí a final de año se jubilarán ocho compañeros -dos en mayo, otros tantos en junio y el resto tras el verano-. Y el agujero podría ser más grandes porque la actitud de Vila ha provocado una fuga de agentes», apuntan los agentes consultados. De hecho, media docena tenía previsto marcharse a otros municipios como Sant Josep o Sant Antoni, pero al explotar la pandemia se frenaron los traslados.

Entre los motivos de conflicto también se encuentra el plus de ampliación de jornada que cobraron en la recta final de 2019 tras alcanzar un acuerdo. Los agentes trabajan 16 días más al año en forma de refuerzos para paliar la carencia de efectivos, pero desde enero, «coincidiendo con el regreso de Estefanía Torres, Vila dejó de abonarlo». Desde los sindicatos apuntan que la edil de Recursos Humanos «vuelve a ser de facto» la responsable de Policía, aunque Rosa Rubio figure como responsable del área.

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En este tránsito también se produjo la renuncia de Antonio Cardona como jefe de la Policía Local, el 12 de febrero, cuando no se había cumplido ni un año de su nombramiento.

Desde el Ayuntamiento alegaron motivos personales, pero desde la plantilla apuntaron a las diferencias con Rubio.

Tras la marcha de Cardona, el jefe accidental pasó a ser el inspector José María Prats. «En cuestión de meses la plantilla puede quedar reducida a menos de 70 agentes, una cifra insostenible y ridícula si se compara con Calviá, municipio que con los mismos habitantes tiene 180 agentes», concluyen.

EL APUNTE

Denunciaron la carencia de EPIs al principio y ahora la falta de test

La representación sindical ha mantenido varios contactos con responsables municipales y lamentan que todavía no haya nada concreto sobre la realización de test. «En la última reunión -celebrada el viernes- nos apuntaron que ya habían adquirido una partida de test, mascarillas FPP2, guantes y gel antiséptico, pero la realidad es que hasta el jueves no se llevó a cabo una desinfección en profundidad del retén», lamentaron. Los agentes entienden que los sanitarios son prioritarios pero apuntan que, tras detectarse un contagio en la plantilla, Vila debería haberlo comunicado y tomado medidas de seguridad.