El video muestra cómo recala el agua en la bata, es decir que no es impermeable.

Los delegados de prevención del Área de Salud han denunciado ante la Inspección de Trabajo que el personal no está protegido adecuadamente, ya que no se cumplen las medidas de prevención marcadas por la ley de Prevención de Riesgos Laborales ni se adoptan las medidas para evitarlo. Todos los sindicatos unanimamente, Sindicato Médico, Satse, USAE, CSI-F y CCOO, han presentado un escrito en el que señalan como responsables del incumplimiento a los órganos directivos del Ibsalut, concretamente al director general del Servei de Salud, Juli Fuster; a la gerente del Área de Salud, Carmen Santos; al presidente del comité de Seguridad y Salud del Área de Salud, Héctor Martín, y al presidente de la comisión técnica y de estudio de Prevención de Riesgos Laborales del Ibsalut, Gabriel Lladó.

Carmen Ortiz, del Satse, portavoz de los delegados de prevención, aseguró que el problema estriba en el protocolo del Ibsalut del pasado 15 de abril, cuyas instrucciones están basadas en el stock de material y ante la ausencia de equipos de protección individual propone, por ejemplo, que se recurra a mascarillas quirúrgicas «a sabiendas de que no se considera un EPI y no protege frente al coronavirus».

Hacen especial hincapié en la situación de los centros de salud, «que están abandonados desde que empezó la crisis sin elementos de protección, los que tienen se los han comprado, son elementos no reutilizables y supone un riesgo para los trabajadores y para los pacientes».

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Ante la postura de la Gerencia que ha negado la desprotección, Ortiz asegura que «la Gerencia miente o no sabe lo que le pasa a sus trabajadores; si miente me parece que sería muy grave en la realidad en la que estamos viviendo o que realmente desconoce lo que pasa». La portavoz dijo que ayer recibió una llamada de un centro de salud en el que «un médico y una enfermera tenían que ir a un domicilio y no tenían los EPIS para protegerse; en el centro de salud están atendiendo posiblemente a enfermos de COVID-19 y no tienen elementos de protección adecuados, algunos se los fabrican con bolsas de basura». Además, «si una empresa o un particular les dona uno, lo lavan y lo tienden en el centro de salud para ponerselo otra vez; cuando no son reutilizables, sino de usar y tirar», apostilla.

EL APUNTE

Buzos no impermeables y tallas pequeñas en el 061

El manual de instrucciones que denuncian los trabajadores recoge cómo se deben reutilizar mascarillas pero los delegados de prevención recuerdan que «la reutilización y esterIlización de material de un solo uso no está amparada por la normativa ni por la ciencia». Además, aseguran que «nadie certifica que las mascarillas autofiltratantes reutilizadas después de ser manipuladas por métodos de esterilización húmeda puedan seguir protegiendo a los sanitarios». Aluden a materiales retirados, como batas y buzos que no eran impermeables ni tampoco tenían protección biológica, mascarillas que no cumplen ninguna norma de calidad europea ni están homologadas y atuendos de tallas de pequeñas que no cubren al profesional o imposibilidad de tener polainas en determinados servicios de alto riesgo por trabajar en domicilios o la calle, como el 061. Aseguran que al personal le da «una falsa sensación de seguridad y se acaban contagiando porque no protegen adecuadamente».