Carmen Ferrer, antes de iniciarse el pleno telemático del pasado jueves. | DANIEL ESPINOSA

Hoy las calles de Santa Eulària deberían estar repletas de gente celebrando el Anem a Maig pero la pandemia del coronavirus ha hecho que este año no puedan desfilar los carros por la calle Sant Jaume y la fiesta se celebre de puertas para adentro. Unas fiestas que debía presidir Carmen Ferrer Torres (Santa Eulària, 1967), la primera alcaldesa de la historia del municipio. Ferrer atendió el pasado miércoles a Periódico de Ibiza y Formentera en el porche de su domicilio a través de una videoconferencia, un día antes que el pleno aprobara las primeras medidas económicas para paliar los efectos del coronavirus. El Ayuntamiento ha previsto medio millón de euros en ayudas para pagar alquileres y para pymes y autónomos. Asegura que los Servicios Sociales de Santa Eulària ayudan al triple de personas que antes de decretarse el estado de alarma. A pesar de la situación y de la incertidumbre en el sector turístico, Ferrer transmite un mensaje de optimismo de cara al futuro.

¿Qué le parece el plan de desescalada presentado por el presidente Sánchez? ¿Lo ve prudente o le gustaría que fuera más ambicioso, en el sentido de poder abrir antes?
—Lo que queremos todos es abrir cuanto antes mejor pero con la máxima seguridad para que no tengamos que dar pasos para atrás. Todos estamos con la prudencia para dejar esto atrás cuanto antes, pero siempre con seguridad.

Usted está muy vinculada profesionalmente al sector turístico y fue consellera insular de Turisme hace dos legislaturas. ¿Vendrán turistas este verano?
—Depende de muchos factores pero creo que no tenemos que bajar los brazos e intentar que si no vienen turistas no sea porque nosotros no lo hemos intentado. Tenemos que hacer todos los esfuerzos posibles para que haya temporada este verano. Sabemos todos que la temporada no podrá ser buena porque no ha empezado cuando tendría que haber empezado y dependemos de cuándo abran puertos y aeropuertos y que lo hagan con seguridad. Tenemos trabajar para que este verano tengamos temporada turística. No podemos bajar los brazos, hay que intentarlo.

Con los contactos que mantiene con el sector empresarial de Santa Eulària, ¿qué le piden? ¿Qué preocupaciones le manifiestan?
—Pues las que creo que todos tenemos: somos una isla muy dependiente de la estacionalidad y preocupan los mensajes que llegan de que no podremos abrir hasta finales de año. En cambio, anuncios como los de esta semana de que se inicia la apertura y la actividad dan una cierta esperanza pero el sector empresarial está muy preocupado porque pasa el tiempo y no se podrá abrir al ritmo que sería deseable. Hay preocupación por la continuidad de las empresas y de los puestos de trabajo.

¿Qué porcentaje de la planta hotelera de Santa Eulària estará abierta? ¿Valdrá la pena abrir para dos o tres meses de temporada?
—Es muy complicado hacer una previsión ahora. No depende sólo de nuestros puertos y aeropuertos sino de Europa, donde en los últimos días nos han enviado mensajes que no nos animan mucho. Desafortunadamente no depende de nuestras ganas ni de nuestros puertos o aeropuertos sino de cuándo puedan abrir nuestros mercados emisores. En lo que todos somos conscientes es que las cantidades serán reducidas. No podremos abrir pensando que vendrá mucha gente y los que vengan tendrán medidas de seguridad. El concepto de visita no puede ser el mismo. Hay que distinguir entre grandes y pequeños hoteleros. Los grandes son conscientes que no podrán llenarlo todo pero sí una parte.

El turismo de Santa Eulària está enfocado a un turista más familiar que el de otras zonas de la isla, donde es más preponderante el turismo de ocio nocturno. ¿Puede suponer una ventaja en esta situación en cuanto a la llegada de turistas?
—Claramente este coronavirus no es muy amigo de los encuentros con mucha gente y el mismo sector del ocio ya ha dicho lo complicado que será que tengan actividad este año. Al final, pero, lo importante es que la gente pueda llegar desde los mercados emisores. La clave es que nosotros podamos abrir nuestros puertos y aeropuertos y que desde los mercados emisores estén seguros y confíen en que pueden enviar a la gente de manera segura.

La crisis sanitaria ha provocado una crisis económica que ha dejado y dejará a mucha gente sin trabajo y, por lo tanto, sin ingresos. ¿Qué ha hecho el Ayuntamiento de Santa Eulària para no dejar caer a esta gente?
—Los primeros esfuerzos que dedicamos fue a los Servicios Sociales. Si el día 14 se declaró el estado de alarma, el día 15 ya teníamos un albergue montado con 10 camas que ahora es de 20 y está casi completo, con 18 o 19 personas cada día. Hemos duplicado la partida de Servicios Sociales, antes era de 160.000 euros y ahora es de 320.000 euros. Hemos montado un comedor social que reparte 60 menús a domicilio con la ayuda de empresas privadas a quienes les quiero agradecer su ayuda públicamente. Servicios Sociales ha estado al 100 % desde el inicio del estado de alarma.

De hecho, también hemos puesto en marcha un servicio telefónico paralelo a Servicios Sociales, que es Santa Eulària Ajuda, en el que trabajan once personas, para dar información de todas las ayudas que dan las administraciones a nivel de alquileres, de autónomos e incluso de los ERTE. Nos ha ayudado a filtrar también a la gente que realmente necesita de nuestros Servicios Sociales. Este servicio empezó el 14 de abril, el día 21 habíamos recibido ya 600 llamadas y a día de hoy hemos recibido alrededor de 800 peticiones de ayuda de cualquier tipo. También tenemos el Servicio de Orientación Familiar, que ha atendido a familias y jóvenes que han necesitado una atención diferente como la psicológica.

En Santa Eulària hemos hecho todo lo posible para no dejar a nadie desatendido. Mañana (por el pasado jueves) tenemos un pleno que servirá para aprobar unas medidas económicas que suponen 500.000 euros al mes que no cobraremos de tasas o cuotas además de 500.000 euros más para ayudas al alquiler y a pymes. Ya hemos desarrollado las bases, que están a punto de salir, para poder dar estas ayudas a gente que lo necesita inmediatamente. Esto supondrá sacrificar parte de nuestro presupuesto, proyectos que ahora no toca hacerlos, para ayudar a nuestra gente.

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¿A cuánta gente ayudaban los Servicios Sociales de Santa Eulària antes de la crisis y a cuánta ayudan ahora?
—Las cifras exactas no las sé pero las hemos triplicado. Febrero es el mes del año en el que históricamente más ayudas dábamos. Pues de febrero a ahora hemos triplicado las ayudas.

¿Se podrán hacer obras en Santa Eulària este verano? Otros ayuntamientos ya lo han aprobado.
—Sí. Mañana (por el jueves pasado) llevaremos a pleno que se puedan continuar las obras entre el 15 de mayo y el 15 de octubre. No tiene sentido que con el poco trabajo que hay tengan que pararse las obras.

¿A qué obras municipales ha afectado el estado de alarma?
—Ha afectado sobre todo la suspensión de plazos, que ha hecho que no pudiéramos continuar con el ritmo normal de concurso. En cuanto a las obras, justificando por temas de interés general y de urgencia, hemos podido reprender el carril bici entre s’Argamassa y es Canar, mejoras de calles de es Canar y obras de saneamiento. A pesar de esta suspensión de plazos, se intenta en la medida de lo posible avanzar en las licencias de obras privadas para cuando se termine el estado de alarma.

La residencia de Can Blai, que cuenta con muchos usuarios del municipio de Santa Eulària, ha registrados varios contagiados y algún fallecido por coronavirus. ¿Cómo ha vivido el ayuntamiento esta situación, a pesar de no ser una infraestructura municipal?
—Este virus ha afectado de lleno a la gente mayor y desde el Ayuntamiento de Santa Eulària nos han tenido siempre a su lado para lo que hiciera falta. En este caso fue la desinfección de la residencia pero si hubiera estado a nuestro alcance hacer otra cosa también lo hubiéramos hecho.

¿Cómo se ha comportado la gente de Santa Eulària durante el confinamiento?
—Creo que ha tenido un comportamiento ejemplar. La Policía también ha trabajado y la gente ha entendido que el triunfo colectivo ha sido posible gracias al esfuerzo individual. Llevamos muchas semanas confinados y se hace duro, pero el comportamiento ha sido ejemplar.

Con esta crisis vuelven a surgir las voces que reclaman que Ibiza no dependa tanto del turismo. ¿Es posible?
—Como economista te digo que cada uno se tiene que especializar en lo que puede hacer. Pero en estos momentos la realidad es la que es y nuestra agricultura y servicios dependen del turismo. Si nos pudiéramos especializar en otro sector que cree puestos de trabajo y competitividad, no te digo que no. Al final, el mundo se ha especializado y nuestra especialización creo que ha sido la adecuada y aquí estamos: nadie niega lo bien que se ha hecho.

Estas Festes de Maig serán especiales. ¿Qué programa de actividades han preparado?
—Son unas Festes de Maig a las que no estamos acostumbrados porque si estas fiestas se distinguen por algo es por celebrarlas en la calle. Hemos elaborado un programa de diez días en que se ha intentado mantener el espíritu de estas fiestas, aunque sea virtualmente. En la página web habrá la historia y fotos de los carros, exposición de plantas, entrevistas diarias con gente que hace muchos años que viene a Maig y qué supone para ellos estas fiestas, que son importantes no sólo para el pueblo de Santa Eulària sino para todo el municipio.

El domingo (hoy) se celebrará la misa y se pide que la gente salga a los balcones para brindar a la una del mediodía, después se emitirá un vídeo con los miembros de la Colla des Broll y, a continuación, también se invita a todo el mundo a cantar Bona nit, blanca roseta para demostrar que el espíritu de las fiestas está en la gente aunque no podamos estar todos juntos. También hay actos para los jóvenes por la noche y otros que se retransmitirán por la TEF. Una parte importante de nuestras fiestas es la entrega de la Medalla de Oro y los Premios Xarc.

Este año no otorgaremos premios Xarc, pero sí Medallas de Oro, que serán para los colectivos que durante el confinamiento han estado en primera línea: empezando por los sanitarios, cuerpos y fuerzas de seguridad, pequeño comercio, limpieza… Hemos hecho una selección de estos servicios esenciales que han permitido que nuestras vidas hayan sido tranquilas y seguras durante este confinamiento, haciendo especial hincapié a los servicios sanitarios y asistentes sociales que han estado al pie del cañón. Este virus nos ha dado un baño de realidad, nos ha hecho pasar de estar planeando una temporada fantástica a tenerlo todo cerrado. Lamentamos las vidas que se han perdido pero mi mensaje es de optimismo porque con trabajo saldremos de esta situación. No podemos bajar los brazos en esta guerra.