Laura Furné, responsable de Llongueras, tiene lista de espera en su peluquería del centro de Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

Ayer muchas peluqueras, peluqueros y clientes lucían una sonrisa de oreja a oreja escondida por la mascarilla obligatoria de protección. Y es que tras muchas semanas cerradas ayer con la puesta en marcha de la fase cero del desconfinamiento contra el coronavirus decretada por el Gobierno pudieron abrir siempre que fuera con cita previa.

La situación en todas era de gran satisfacción aunque también son conscientes de que han tenido y tendrán que hacer un gran esfuerzo para adecuarse a esta nueva situación. Por ejemplo, Laura Furné, responsable de la peluquería Llongueras en el centro de Ibiza, explicó a Periódico de Ibiza y Formentera que sus clientes tienen que cumplir unas estrictas normas de higiene. «Todo el material que empleamos, es desechable, desde las mascarillas, a las batas o a los guantes y aunque el cliente lo traiga de su casa, se tiene que poner el que aquí le damos y cuando salga de la peluquería tirarlo a la basura».

En este caso Laura ha tenido que comprar todo ella misma y, aunque ha supuesto una inversión importante, cree que merece la pena «porque no queda más remedio que adaptarse a los nuevos tiempos». De momento, a ella, al igual que a otras muchas le está yendo bastante bien porque son muchas las citas que tienen cerradas ya. «No nos podemos quejar porque en mi caso tengo lista de espera y eso es porque la gente tenía muchas ganas de cortarse el pelo o darse color».

Lo mismo que Paquita Ribas, dueña de la Peluquería Jana, en la plaza de Sa Colomina de Ibiza. En el escaso tiempo que podemos hablar con ella y mientras atiende a una clienta no para de sonar su teléfono para pedir cita. «He abierto hoy por primera vez y tengo una semana por delante muy intensa, con clientes cada hora, hasta el punto de que hasta la semana que viene cuando ya pueda atender a más personas, no libraré ni un solo día, trabajando de lunes a domingo», aseguró con una gran sonrisa.

La misma sonrisa la tenía Mercedes Córdoba, la responsable de D’Laury, un salón peluquería situado en la calle Vicent Serra i Orvay. «Estoy muy emocionada de volver a ver a los clientes porque después de algo más de tres años aquí muchos son casi como de la familia y porque todas vienen con mucha alegría para que las dejemos guapas y se vayan mucho más contentas».

Noticias relacionadas

Pesimismo en muchas tiendas
Y mientras las peluquerías recuperaban su actividad normal otras tiendas que no pueden trabajar con cita previa daban los últimos retoques para abrir sus puertas. Lo harán, si todo va bien, a partir del próximo lunes 11 de mayo.

A pesar de ello, siempre hay algún valiente como Leo, el dueño de la tienda de pinturas y material de construcción JC Rubio en Vicent Serra i Orvay. Él es un clásico de la zona ya que lleva más de treinta años dando servicio a los ibicencos. Sin embargo, asegura con una gran sonrisa que nunca había vivido algo parecido. «Hoy está siendo un buen día porque hay un goteo constante de clientes ya que con tanto tiempo libre se ve que hay ganas de hacer reformas o trabajos en casa, pero tanto tiempo cerrada la tienda nos ha pasado factura y al ver cómo está todo de parado no sabemos cómo podremos salir adelante».

Este pesimismo también se podía notar en otros comercios preparados para abrir. Por ejemplo, la dueña de una boutique de la avenida Isidor Macabich, mostró su desconfianza ante los meses venideros. «Abriré porque tengo que dar salida al género pero no tengo claro que vaya a resultarnos rentable y veo el futuro bastante negro». Lo mismo que otra tienda de ropa infantil, justo enfrente. «Lo tenemos ya todo preparado pero no sabemos si la gente va a tener dinero o ganas para acercarse a nosotros, a un género que no es de primera necesidad, y por eso estamos preocupadas con el futuro de la tienda y de otras muchas más pequeñas de la zona».

«Abrir para cerrar»
Por su parte, José Javier Marí Noguera, presidente de la Asociación de Comerciantes de la patronal Pimeef, explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que hay algunas tiendas de ropa «que tienen intención de abrir para dar salida a su género y cerrar porque no podrán hacer frente a todos los gastos sin tener apenas ingresos».

Otras, según Marí, afrontarán las aperturas «con mucha cautela, midiendo muchos los gastos y con menos empleados hasta que empiece a recuperarse parte de la movilidad en torno al mes de julio». En este sentido, cree que aún hace más difícil todo «la falta de información por parte del Gobierno central sobre los protocolos a seguir, las medidas de seguridad a implantar o, simplemente, como será el día a día».