La presidenta del Govern celebró ayer una nueva reunión con los presidentes de los consells insulares. | CAIB

El presidente del Consell d’Eivissa, Vicent Marí, había convocado el miércoles a las 17 horas a los agentes sociales, patronal y sindicatos, para continuar con las negociaciones que habían arrancado una semana antes. El lunes ya se habían reunido. Su objetivo de la semana era plantarse el jueves en la reunión con Francina Armengol con muchas de las propuestas del acuerdo por la dinamización económica consensuadas. El día antes se había reunido con PSOE y Podemos por separado. Sabía que no llegaba a tiempo de presentarse con el acuerdo 100% armado.

Una llamada de Presidencia aborta los planes. Armengol convoca a los presidentes a una reunión a la misma hora. El mensaje es claro: Ibiza y Menorca cumplen con los criterios establecidos por Sanidad para arrancar el 4 (ayer) la fase 1 de la desescalada. La presidenta de Consell de Menorca, Susana Mora, no titubea. De hecho, había sido un chasco que el martes el Consejo de Ministros no incluyera esa isla en el pelotón de cabeza, junto a Formentera, La Graciosa, El Hierro y La Gomera.

Vicent Marí no contaba con ello. Pide tiempo antes de responder. Quería conocer la opinión de su equipo de gobierno, de los alcaldes y de los agentes sociales antes de dar un paso en falso. Le pareció una buena idea por el alivio a la población local, por los empresarios, por el mensaje a los mercados y porque da cierta ventaja empezar antes para acabar antes que otros destinos, entre ellos Mallorca.

Miércoles y jueves
De las 18.30 hasta el comunicado de las 22.15 del miércoles, ronda de llamadas y videoconferencias. Hay unanimidad. Ibiza quiere entrar y así se lo transmite el Consell a Presidencia.

El jueves, el Govern envía la propuesta a La Moncloa. Marí presupone que Francina Armengol ha tenido la operación atada en todo momento. No es propio de una política experta como ella adentrarse innecesariamente en aventuras que pueden acabar mal.
Antes, Presidencia llama jueves a las 11.30 pidiendo un informe para ayer. Se entrega a antes de las 12.30, con algunos minutos de retraso. Alea jacta est. Una vez tomada la decisión, se pone en marcha la maquinaria como si la decisión fuera firme. Rueda de prensa del presidente. Luego otra reunión con ayuntamientos, Govern y consells de Ibiza y Menorca para dar un poco de luz ante la falta de orden publicada en el BOE.

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También hubo sendas reuniones con el Govern para tratar sobre transportes, acudió Javier Torres, y sobre sectores productivos, en la que intervino Salvador Losa.

Internamente, se articuló un grupo de trabajo con salud laboral para analizar los servicios que debían abrirse y en qué condiciones. También se elabora un plan de comunicación para que empresas y ciudadanos sepan a qué atenerse.

La coordinación de las fuerzas y cuerpos de seguridad se intensifica. El viernes por la noche, Vicent Marí, habla con el comandante de la Guardia Civil, Enrique Gómez. Convencido de que la fase 1 empezaría el lunes. El director insular de Turismo, Juan Miguel Costa, también había despachado con él. Al igual que Vicente Roig y Carolina Escandell durante jueves y viernes en varias ocasiones.

Sábado y domingo
El sábado amanece sin noticias. El gobierno insular se traga el Aló Presidente sin tener noticias de Palma ni de Madrid. Al finalizar la intervención, Marí recibe una llamada de Iago Negueruela para planificar el día 11 y otra de Pilar Costa en la que confirma el chasco. «Me llevé una decepción, la verdad», confiesa Marí. «La ventaja es que tenemos el trabajo hecho», se consuela.

El domingo, Armengol se reúne con Sánchez en el marco de una nueva conferencia de presidentes y abre la puerta a que Ibiza y Menorca entren antes del próximo lunes.
Nunca lo reconocerán, pero todo apunta a que ni el ministro de Sanidad, Salvador Illa, ni la vicepresidenta encargada de la desescalada, Teresa Ribera, ni el comité de expertos que asesora al Gobierno en la materia tuvieron tiempo de analizar la documentación enviada por Baleares porque su objetivo era publicar el domingo las órdenes ministeriales que tanto se hicieron esperar. La prueba es que Pedro Simón ni se había mirado los papeles ayer por la mañana.