Preparativos en La Sirena. | MARCELO SASTRE

La gente sigue con incertidumbre cómo se van a desarrollar los acontecimientos en el futuro. Las tiendas y bares de la ciudad no son ajenos a esas dudas y sólo unos pocos estuvieron preparando ayer la reapertura –que, en el caso de los segundos, sólo incluirá las terrazas– después de dos meses sin trabajar a causa de la epidemia mundial de coronavirus.

Así, a media mañana, en Vara de Rey estaban en plena faena tiendas como Massimo Dutti y bares como el italiano La Bufalina. En muchos otros establecimientos no se veía a nadie. En la Plaza del Parque, sólo el bar Palco parecía estar preparándose para la guerra, aunque Anrea Torti no estaba seguro de poder hacerlo finalmente. En realidad, la inceridumbre también alcanza a los propietarios de estos locales, pues nadie sabe cómo reaccionará la gente cuando comience la fase 1 mañana: ¿se decidirá a salir o no?

Eso sí, los encargados de todos los establecimientos que estaban preparándose ayer y que fueron consultados por Periódico de Ibiza y Formentera aseguraron que cumplirían con las medidas de higiene y seguridad pertinente; eso es, los dos metros de distancia y el uso de mascarillas, geles y desinfectantes varios. Además, por supuesto, al 50 por ciento de ocupación solamente en la terraza y con las restricciones propias del interior. «Vamos a probar a ver qué sale, porque no tenemos ni idea», dijo Arianna Gambarelli, del bar Localito, en la plaza de la Constitución. Allí también se estaban preparando el Croissant Show (bar La Maravilla), donde Andre Quidu hace los cruasanes «y el público pone el espectáculo», e Il Deck (Italian Bistrot).

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En calles cercanas, mientras tanto –Miquel Caietá Soler o la de Pepe Sala–, apenas había movimiento. Eso sí, en la segunda de estas calles estaba ya en marcha para abrir el bar La Brasa, por el momento, como tantos otros y, a la espera de la reacción de la gente, sin reservas para la próxima semana.

El 30 por ciento en las tiendas

Ya por Bartomeu Roselló, las tiendas comerciales estaban listas para reducir el aforo al 30 por ciento, como en Stradivarius, donde, aparte de las medidas de seguridad, Alejandra Avuin recordó que «la gente tiene que poner de su parte». En Zara, por ejemplo, donde ya estaban trabajando por encargo, estaban a la espera de las mamparas y el resto de medidas de seguridad para decidir si abren mañana. En esta tienda, donde se realizará un control de accesos, sigue –como era la tónica general en todos los establecimientos– el mismo número de trabajadores, aunque se dividirán en dos turnos –cinco y cinco– a fin de seguir la pauta del aforo limitado. También Pull & Bear estaba preparándose para la faena.

En Ignasi Wallis, por contra, apenas se veía movimiento, pero eso no quitaba la ilusión de los propietarios de La Sirena, donde justo esaban recibiendo sus maparas para abrir mañana lunes.