Entrada principal de la comisaría de la Policía Nacional en Ibiza. | DANIEL ESPINOSA

Golpe policial a una trama de ciberdelincuentes que ha estafado más de 2.400.000 de euros a empresas y particulares de múltiples países, con dos vecinas de Ibiza entre los 16 investigados, once de ellos detenidos. A todos los investigados se les acusa de sendos delitos de estafa, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal.

Según informaron ayer fuentes policiales, las investigaciones apuntan a que realizaban fraudes a través de las nuevas tecnologías valiéndose de métodos de ingeniería social. Así, los agentes de la Policía Nacional especializados han detectado más de 150 cuentas bancarias de las que se habrían valido para defraudar a empresas situadas en Italia, República Checa, Estados Unidos, Líbano, China, Kazajistán o Países Bajos.

Las mismas fuentes apuntaron que los integrantes de esta trama utilizaban técnicas de phishing y la conocida como «estafa del CEO», que consiste en engañar a un empleado de alto rango de una empresa mediante un correo que simula ser de su jefe -CEO, presidente o director-, en el que se pide realizar una supuesta operación financiera confidencial y urgente, que sin embargo tiene por destinatario a los timadores.

La investigación comenzó a mediados del 2018 cuando los agentes recibieron diversa información a través de denuncias que, gracias a la eficaz coordinación internacional, determinó la existencia de un grupo organizado de ciberdelincuentes especializados en dos modalidades de fraude: el phishing y la estafa del CEO.

‘Hombres de paja’ y ‘mulas’

Los investigadores estudiaron los diversos medios de cobro empleados por los ciberdelincuentes, detectando más de 150 cuentas bancarias que constituían una compleja red de intermediarios y ‘mulas’. De ellos se valdría la organización para ocultar el origen fraudulento del dinero obtenido y, además, dificultar así la identificación de los destinatarios finales de las cantidades adquiridas de manera ilícita.

Los agentes verificaron la existencia de víctimas de estas estafas, tanto empresas como particulares, ubicados en Italia, República Checa, Estados Unidos, Líbano, China, Kazajistán y Países Bajos, entre otros, siendo el total de dinero defraudado superior a los 2,4 millones de euros.

Las múltiples gestiones y comprobaciones permitieron la identificación de un total de 16 personas, con dos de ellas en Ibiza, una en Palma, otra en Maspalomas (Islas Canarias) y el grueso, 12, en Valencia.