Imagen de archivo de una furgoneta de Cruz Roja con alimentos.

El número de unidades familiares que ha solicitado ayuda para alimentos en Cruz Roja Ibiza desde que empezó la crisis del Covid-19 se ha quintuplicado, según confirmaron sus responsables, quienes añadieron que atienden a 520 unidades, unos 1.350 beneficiarios en total.

La mayoría de actividades que se desarrollan habitualmente en la sede ibicenca han sido paralizadas, incrementándose la atención telefónica a los mayores de la isla, con unos 800 usuarios de este servicio. En cuanto al reparto de alimentos, el programa ha crecido a marchas forzadas, admitieron.

Así, según explicó la coordinadora Mary Castaño, se tuvo que modificar el método de reparto debido a las circunstancias y con el objetivo de evitar aglomeraciones en la sede. Desde hace unas semanas, los alimentos se reparten a domicilio «para que la gente pueda respetar al máximo el confinamiento».

Un total de 48 personas pernoctan en estos momentos en el albergue provisional puesto en marcha en Ibiza para acoger a personas sin hogar. Su capacidad máxima es de 54 usuarios y ha llegado a asistir a 80 ciudadanos.

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«Ha sido una labor más complicada, si cabe, porque las circunstancias requerían de unas medidas excepcionales», ha afirmado Castaño.

El Consell d’Eivssa puso en marcha el pasado 21 de marzo este albergue en el pabellón polideportivo de Sa Blanca Dona. Gestionado por Cruz Roja, el espacio atiende a personas sin techo mientras dure el estado de alarma. A partir de la tercera noche, según la entidad solidaria, el espacio ha estado «siempre lleno».

El albergue está situado en la pista central de la instalación, con espacios separados para hombres y mujeres, servicio de comedor y duchas.

Desde hace unas semanas, se ha iniciado un trabajo a nivel individual con cada usuario, contactando desde Cruz Roja con familiares y estudiando las circunstancias de cada uno. «Se empiezan a hacer salidas, pero siempre supervisadas», añadió.