Elena Torres, en una gala de Onda Cero en la que recibió el premio a la investigación. | (c) Sergio G. Canizares

Mari Carmen Gutiérrez perdió a su hija Elena hace 8 años a causa del cáncer. A pesar de que hicieron todo lo que estuvo en su mano para salvarle la vida, la respuesta de los facultativos, «si lo hubiésemos detectado antes, podríamos haberla curado», se grabó en su cabeza. Esta burgalesa afincada en Ibiza desde hace casi 40 años lo tuvo claro y decidió actuar y emprender algún tipo de acción que disolviese esas palabras. «Si no hay investigación que permita detectar en estadios primarios esta enfermedad, muchas veces no hay solución y es ahí donde tenemos que invertir todas nuestras energía», dice. Esa fue la premisa que la llevó junto con su marido, Alberto Torres, a ser la primera pequeña empresa de España en financiar uno de los grandes proyectos de investigación del CSIC, en el marco de ‘Confuturo’.

En su caso, tenían claro que querían sufragar un estudio para atajar el cáncer de mama y la investigadora escogida fue la brasileña Priscila Monteiro Kosaka. «Ella estaba trabajando en el campo de la biotecnología para lograr que, mediante nanosensores, se pudiese detectar el cáncer en estados primarios, antes de que se formen los tumores, mediante un análisis de sangre», explica Mari Carmen Gutiérrez. «Se le acababa la financiación y en tres meses tenía que volverse a su país», rememora la presidenta de la Asociación Elena Torres, «así que apostamos por su proyecto, que a día de hoy se encuentra ya en la segunda fase, con unos resultados tan prometedores que han entrado a financiarlo distintas empresas para poder tener más recursos y avanzar más rápido».

De aquel primer acuerdo con el Hotel Aguas de Ibiza, propiedad del matrimonio, nació la Asociación Elena Torres por la Investigación para la Detección Precoz del Cáncer, «porque mucha gente nos quería apoyar y le quisimos poner el nombre de nuestra hija como homenaje a ella». El proyecto de Priscila Monteiro Kosaka se financió durante sus primeros tres años con los 150.000 euros que logró recaudar esta Asociación y hoy continúa imparable con pruebas en pacientes reales en varios hospitales y con galardones tan destacados como la prestigiosa beca Ferro que le fue concedida a finales de 2019. «Esta beca, valorada en 80.000 euros, ha puesto de manifiesto la valía de este proyecto, que servirá para detectar otros tipos de cáncer como el de pulmón, y para seguir avanzando en este proyecto que esperamos que dentro de muy poco vea la luz», sentencia Gutiérrez.
«Lo que más nos ha frustrado durante la crisis del COVID-19 es que Priscila ha tenido que parar su proyecto. Ella es de esas personas que trabaja los siete días de la semana y no entendemos que durante la fase 0 se permitiese trabajar a otras industrias y no a los investigadores», matiza la presidenta de la Asociación Elena Torres.

«Esta situación ha puesto, además, más de manifiesto que nunca, que no se puede dejar de lado la investigación y que los gobierno deben apoyar a nuestros investigadores que en muchos casos deben irse fuera para continuar con su trabajo», lamenta Mari Carmen Gutiérrez. «Hemos escuchado cientos de veces la frase «fuga de cerebros» sin inmutarnos y hemos visto cómo se cerraban centros como el CIPF donde llegaron a trabajar 258 mentes a las que cortaron el grifo», agrega. «Ahora estamos en manos de las farmacéuticas privadas, de que descubran una cura o una vacuna para el COVID-19, y de que la distribuyan y la cobren como estimen conveniente, cuando si hubiésemos tenido un buen tejido en I+D y hubiésemos invertido durante años en este sector tan olvidado, como Alemania o Estados Unidos, estaríamos más seguros y mejor protegidos», afirma la presidenta de la Asociación.

«Nosotros solamente éramos unos padres destrozados que nos rebelamos contra el sistema y quisimos cambiar algo, y la sociedad ibicenca se ha volcado con nosotros para poder culminar el proyecto de Priscila, pero hay muchísimas mentes brillantes y grandes ideas apagadas que necesitan que se invierta en ellas para salvarnos la vida», relata Mari Carmen Gutiérrez.

Crítica
Antes de la crisis del COVID-19, la Asociación Elena Torres pidió al Govern balear que le otorgase la declaración de Interés General, solicitud que fue rechazada porque se excluye la investigación de este calificativo, algo que para Mari Carmen Gutiérrez pone de manifiesto qué significa para las administraciones este sector. «Esperemos que todo lo que está pasando les haga cambiar de opinión y valoren la importancia para una sociedad de las mentes que la componen», apunta.

«La palabra epidemia, viene del griego epi, sobre, y demos, el pueblo, y precisamente eso es lo que deben hacer los gobiernos, estar sobre el pueblo, con nosotros, unidos y defendiendo las vidas y la seguridad de todos, en vez de hacer solo política para justificar sus puestos», reflexiona Mari Carmen Gutiérrez.

Sobre cómo afrontará esta ‘nueva normalidad’ la Asociación Elena Torres, que recauda cada año 50.000 euros con distintas cenas o comidas benéficas y actividades solidarias tales como el calendario de Eroski o su gran rifa de Navidad, Mari Carmen Gutiérrez avanza que seguirán en la misma línea y que, además, «nos centraremos en las ventas de ropa nueva y de segunda mano en nuestra tienda solidaria, que acabábamos de inaugurar cuando comenzó la crisis y para la que hemos recibido estas semanas colecciones maravillosas de diseñadores como Charo Ruiz o Vintage Ibiza, de Arias o de las tiendas de Ushuaïa y Blue Marlin».

Ele Ibiza, la tienda solidaria de esta asociación, ubicada en la calle Vicente Serra y Orvay, número 14 de Ibiza, reabrirá sus puertas con todas las medidas de seguridad pertinentes el próximo 1 de junio. «Se trata de prendas de todo tipo y para todas las edades, donadas a nuestra Asociación, y que se venderán a precios que rondan los 20 euros, cuyos beneficios irán destinados de forma íntegra al proyecto de investigación para la detección precoz del cáncer que lideramos», afirma Gutiérrez. «Además, también están a la venta las camisetas que hemos creado como colección cápsula al amparo de nuestra propia marca, «Ele Ibiza», y que son maravillosas», concluye Gutiérrez.

Ele Ibiza estará abierta desde el 1 de junio de lunes a viernes de 10.30 a 13.30 horas y de 17.00 a 20.00 horas, y los sábados en horario de la mañana para seguir apoyando un proyecto más de actualidad que nunca.