Kiosco 62, preparándose ayer para abrir sus puertas hoy.

Este lunes Formentera dará un nuevo paso en el proceso de desescalada y pasará a fase 3. Será la única isla de Baleares que avance hasta la siguiente fase, pero ello poco o nada se notará en los negocios turísticos que se mantienen a la espera de ver cómo evoluciona todo. Como reconoce la gerente de la Pequeña y Mediana Empresa de Formentera (PIMEF), Lidia Álvarez, «hasta que no llegue la orden ministerial que determine exactamente lo que sí y lo que no, todo es incertidumbre. La experiencia nos ha enseñado a esperar al papel». La cautela se traslada a los socios de PIMEF ya que, según Álvarez, «los establecimientos de todo el año ya abrieron en la fase 1 y los que se dedican al turismo no lo van a hacer sin turistas». Según ha sondeado este rotativo con varios propietarios de hostelería y restauración, la mayoría se plantea la posible apertura en julio o como muy pronto «para Sant Joan».

Hoy está previsto que se publique la orden ministerial que determinará qué se puede hacer y qué no en fase 3. La consellera de Presidencia y portavoz del Govern, Pilar Costa, manifestó ayer que volverán a insistir este fin de semana en que haya movilidad entre islas pese a que Mallorca, Menorca e Ibiza se mantengan una semana más en fase 2 y Formentera avance hasta la fase 3 a partir del lunes. «Defendemos que estamos en una disposición más que suficiente para que haya movilidad entre islas. Los datos asistenciales son positivos», expresó Costa, quien aclaró que, por el momento, los vecinos de Formentera no podrán moverse libremente a Ibiza y el resto de islas. «No pueden moverse entre islas aunque estén en fase 3, excepto por motivos laborales o temas sanitarios o de urgencia de cuidar a algún familiar», apuntó Costa. Sobre si el hecho de que la pitiusa menor pudiera ser el territorio elegido para desarrollar una prueba piloto de llegada de turistas ya que es la isla que más avanza en la desescalada en Baleares, Costa precisó que para ello sería necesario que se permitiera la movilidad entre islas debido a que Ibiza tiene el aeropuerto.

Hoteleros
El presidente de la patronal hotelera en Formentera, Vicent Tur, apunta en el mismo sentido «principios de julio» como la fecha para abrir al público. Para poner en marcha las infraestructuras hoteleras, además de su propio mantenimiento y los costes asociados, Tur incide en «el factor humano que debe ser tenido muy en cuenta a la hora de tomar decisiones en las que no podemos jugar con el pan del personal». De momento, muchas de esas personas están cubiertas con un ERTE y también se trata de aprovechar las bonificaciones.

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Los hoteleros formenterers tienen claro que van a abrir «un año con los establecimientos cerrados es muy mala publicidad y hay que mirar hacia el futuro y pensar ya en 2021». Según Tur, «la gente está mostrando una gran inquietud por venir a Formentera, lo notamos. Pero la gran incertidumbre que se ha ido generando durante esta crisis sanitaria lo está condicionando todo».

El portavoz de la Federación Hotelera se muestra muy crítico con algunos anuncios hechos por el gobierno central en materia turística: «El anuncio de la cuarentena para turistas generó muchas cancelaciones. La falta de claridad de las autoridades turísticas ha provocado que, en origen, muchos turoperadores y organismos competentes hayan desaconsejado España». Para Tur, «está claro que ha habido personas al frente que desconocen el sector y que cada vez que abren la boca hacen daño al turismo. Debemos exigir responsabilidad en los cargos públicos».

Kioscos de playa
Por otra parte, el Consell de Formentera aprobó este pasado jueves en comisión de gobierno la apertura de los kioscos de playa, que deberán adaptarse a los protocolos sanitarios del sector de la hostelería. Por el momento, dos chiringuitos de Migjorn han mostrado sus intenciones de abrir el lunes, mientras que el resto lo hará de forma escalonada. Uno de los primeros en poner en marcha este servicio es Paco Herraiz, concesionario del kiosco 62 de Migjorn, que tiene previsto abrir hoy sus puertas y es consciente de que sólo tendrá público local ante la falta de turistas en la isla. El protocolo sanitario que seguirá es el mismo que se ha elaborado para los restaurantes desde el Instituto para la Calidad Turística (ICTE). En su caso, irá más allá y hará test rápidos semanales a sus trabajadores «para comprobar que todo va bien».