Una mujer recoge alimentos en compañía de una de las voluntarias. | DANIEL ESPINOSA

«Había gente haciendo cola desde las 10 de la noche». El vecino de Ibiza que se hace llamar Cristóbal y su equipo de voluntarios estrenaron ayer un nuevo local para repartir alimentos y productos de primera necesidad a los más desfavorecidos. Más de un centenar de personas pasaron en este primer día por el establecimiento situado en el número 23 de la calle Archiduque Luis Salvador.

Cristóbal está siendo uno de los protagonistas de esta crisis sociosanitaria provocada por la COVID-19. Ya con todos los papeles en regla, sigue realizando esa labor solidaria que está ayudando a cientos de familias. Ayer comenzó su jornada a las tres de la mañana. «Fui a repartir turnos de cita para que la gente no tuviese que esperar en la calle durante toda la noche. Además, como nos cambiamos de sitio también tuve que ir varias veces al otro local para avisar a algunos que estaban haciendo cola allí».

Este buen samaritano está viendo con sus propios ojos cómo la crisis va a afectando a diferentes familias. «Antes del coronavirus ayudábamos a personas sin techo, pero ahora muchos de los que vienen lo hacen con buena ropa. No es ninguna broma lo que estamos viviendo. Han venido antiguos compañeros de trabajo. Gente que ha estado toda su vida trabajando y que ahora se ven en una situación muy complicada sin ingresos en sus casas. Les ves las caras y no saben qué hacer», aseguró. Además, piensa que el futuro será negro. «Lo peor está por venir, no sé cómo vamos a llegar al invierno», se estremeció.

Citas previas
Pero no todo son malas noticias, también hay gente solidaria que le está ayudando a realizar esta obra caritativa. Un empresario se ofreció a pagar el nuevo local, de momento ya ha depositado los tres primeros meses. Además, les ha ofrecido a Cristóbal y su equipo un local en la zona de Platja d’en Bossa. «Estamos muy agradecidos y en el futuro quizás lo utilicemos para montar un comedor social», explicó Cristóbal.

En cuanto al nuevo local de la calle Archiduque, también permitirá una mejor organización. A partir de la próxima semana, los voluntarios repartirán citas las tardes del jueves, viernes y sábado para que la gente no tenga que hacer tantas horas de cola. «Ves que muchos padres de familia están aquí desde las 10 de la noche para ser los primeros y poder coger leche y pañales», confesó Cristóbal.

Además, también han recibido una donación de dos ordenadores y una impresora. Cristóbal utilizará estos equipos para ayudar a hacer curriculums a la gente que lo necesite, también para ayudar hacer trámites burocráticos a los que no se defiendan con las nuevas tecnologías y utilizar la impresora para que puedan imprimir los documentos que sean necesarios cuando tengan que presentar estancias o los mismos curriculums vitae.