«El campo de trigo seco ha sido como una especie de polvorín, una mecha rápida que ha llevado el fuego de un costado a otro en cuestión de minutos. La verdad es que se han vivido momentos de tensión». Así se expresaba ayer uno de los vecinos de Sant Antoni que a mediodía se encontraba en las inmediaciones del Lidl ubicado en la entrada del municipio.

Sant Antoni fue el escenario ayer del primer gran sobresalto de la temporada por un incendio que devoró casi cuatro hectáreas, 38.000 metros cuadrados de terreno agrícola, afectando a una caseta y obligando a desalojar como medida preventiva en torno a medio centenar de personas que se encontraban en las instalaciones del Lidl, ayer a mediodía.

La alarma saltaba a las 14.50 horas cuando las primeras llamas avanzaban a una velocidad de vértigo por un terreno agrícola localizado junto al margen derecho del acceso a Sant Antoni.

Hasta el escenario del incendio se movilizaban urgentemente varias patrullas de la Policía Local de Sant Antoni y Guardia Civil, así como dos dotaciones de bomberos, 15 brigadistas del Ibanat, cuatro agentes de Medio Ambiente (AMAs) y un técnico, personal de Emergencias y efectivos de Protección Civil.

Dadas las condiciones del fuego y la proximidad de las llamas a instalaciones como el Lidl y una casa, el Ibanat también movilizó a tres medios aéreos, dos aviones y un helicóptero que realizaron varias pasadas descargando sobre el escenario del aparatoso fuego.

Desalojo preventivo

Las llamas y la densa columna de humo generó una gran alarma, ya que era bien visible desde la distancia.

La Policía Local procedió al desalojo preventivo del hipermercado Lidl, en torno a medio centenar de personas, entre empleados y usuarios. Los desalojados permanecieron en una zona de seguridad acotada. «Estaba a punto de acabar la compra, tenía el carro lleno y nos pidieron que abandonásemos la tienda. Lo cierto es que lo hicieron de una forma muy ordenada», apuntó Maria Eulària Bonet, vecina del municipio.

Paralelamente se procedía al desalojo de una casa localizada junto a un vivero de palmeras. En la memoria de muchos de los presentes el incendio registrado en abril de 2018, un fuego similar que acabó prendiendo la cubierta de la superficie comercial tras se alcanzado por algunas de las pavesas que emanaron el incendio.

Hasta el escenario del suceso se desplazó el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, y la tercera teniente de alcalde y concejal de Gobernación, Neus Mateu.

El alcalde remarcó la coordinación y rápida intervención de los medios desplegados. «La actuación de todos los medios movilizados ha permitido controlar el avance de las llamas y evitar daños personales», apuntó Marcos Serra.

La actuación de los efectivos de emergencias permitió sofocar y controlar el fuego en cuestión de una hora. Posteriomente, bomberos e Ibanat refrescaron el terreno para evitar cualquier posible rebrote y pasadas las 19.00 horas permanecía en la zona un retén de guardia.

En un primer momento los bomberos desplazaron a una dotación de seis efectivos, que fue reforzada con otro bombero y un camión nodriza.

Una vez extinguido el fuego y perimetrada la zona incendiada, la superficie afectada se cifró en 3,8 hectáreas de terreno agrícola.

Las investigaciones apuntan a que el origen del fuego fue una quema de rastrojos que se descontroló en un día de altas temperaturas y en un terreno similar a un polvorín.