Algunas rastreadores, entre ellas Lucía Moreno Sancho, en su puesto de trabajo.

Un equipo compuesto por cuatro enfermeras rastreadoras empezó ayer a hacer un rastreo de los contactos estrechos de pacientes Covid de Ibiza y Formentera. Hasta ahora ha sido el personal de la central de coordinación COVID-19 de Palma, en colaboración con la Dirección General de Salud Pública, la que ha hecho esta búsqueda. El lunes se inició el rastreo de un nuevo caso leve, cuyo seguimiento lo hará el equipo de las enfermeras contratadas para montar un equipo. «De forma paulatina irán asumiendo el rastreo de los contactos estrechos de pacientes positivos con el apoyo de las de Palma y una vez que estén preparadas, el Área de Salud asumirá el rastreo de contacto estrecho de pacientes positivos», dijo ayer el subdirector de Enfermería de Primaria, Jean Philippe Baena. El equipo se empezó a formar la semana pasada con el personal de Mallorca.

Una de ellas es Lucía Moreno Sancho, una de las enfermeras rastreadoras que hace el estudio de contactos de los casos positivos de Balears, incluidos los de Ibiza y Formentera. Dos veces al día establece contacto telefónico con los contactos estrechos de cada positivo. Moreno forma parte del equipo de la central de coordinación COVID-19, que se montó al inicio del estado de alarma el pasado 14 de marzo. El estudio de contactos empezó con la entrada a la fase dos, el pasado 11 de mayo. El rastreo comienza con la comunicación de un caso positivo nuevo a través de una PCR, «se llama a esta persona, verificamos que se le ha confirmado que es un caso positivo y que le tenemos que iniciar un estudio de contactos, le preguntamos cómo se encuentra, si tiene sintomatología, si está aislado y también los nombres de los convivientes, con nombres, apellidos y teléfono», explica la enfermera.

Aislamiento
En el caso de que el positivo tenga síntomas, los contactos han de ser dos días antes de iniciar síntomas y hasta el día del aislamiento. En el caso de que no los tengan, son desde dos días antes de tener una PCR positiva. «Hay gente que se le hace casualmente una PCR, por el trabajo o porque le tienen que operar de la rodilla, se cree que es un mero trámite y sale positiva», precisa. Además de los convivientes, se busca todos los contactos estrechos a menos de dos metros de distancia durante más de 15 minutos. «Los convivientes son fáciles porque es la gente con la que vives, la dificultad radica en otras personas, le decimos que piensen con tranquilidad con quién han estado, si han tenido una reunión con amigos o si han estado cenando en una terraza», aclara. Las compras a supermercados no se contemplan como contacto estrecho, «salvo que te pongas a hablar con alguien más de 15 minutos y sin guardar la distancia».

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Moreno asegura que hay colaboración, «vas con mucho respeto y educación y siendo consciente de que nadie quiere ser un caso positivo, con los convivientes no hay problemas porque viven la situación, pero si han tenido una cena de amigos, le decimos si le sabe mal que llame a sus amigos y le explique que es positivo, que le llamaremos nosotros». En el caso de contactos laborales, se ponen en contacto con el servicio de prevención de la empresa que hace el seguimiento.

Cuando llaman a un contacto «la gran pregunta que hacen es por qué no se le hace una PCR, le decimos que se le hace si tienen síntomas, la gente no lo acaba de llevar bien porque quisieran tener una PCR después de 14 días aislados», apunta.

Vigilancia diaria
La vigilancia se hace llamando cada día, preguntando si han tenido fiebre por la mañana y por la tarde, si han desarrollado otros síntomas como tos, malestar general, diarrea, pérdida de olfato, alguna urticaria rara, cefalea no habitual; «cualquier mínimo síntoma es indicativo de hacer una PCR». En el caso de Ibiza, hay una vigilancia de los contactos de nueve casos positivos. El promedio general es una media de tres o cuatro contactos por cada casos. El trabajo de las enfermeras rastreadoras irá en aumento, «a medida que la gente vaya saliendo más, quede con más gente, no lleve mascarilla o no respete la distancia social, no se lave las manos lo que toca, el problema es el relax. Donde más se relaja es la distancia social, es muy difícil de mantener los dos metros de distancia».

El trabajo tiene un componente psicológico., «es complejo, requiere tiempo, una búsqueda muy activa, suavizar tensiones y preocupaciones. Hay que ir con calma, explicando las cosas con tranquilidad. No puedes correr, pues si lo haces y te equivocas quien puede sufrir las consecuencias es la persona positivo o el contacto; hay que ser muy delicada».