Los dos bloques de apartamentos en una imagen antigua. | Susana RT

Según explicaron varios vecinos, la comunidad ya habría reunido más de 100.000 euros para hacer las reparaciones necesarias en el edificio. Uno de los puntos principales de la reparación prevista era un antiguo restaurante que lleva cerrado años y que se encuentra en mal estado, justo en la esquina en la que se encuentra la escalera desalojado. Su propietario había dejado a deber una gran cantidad de dinero a la comunidad de vecinos, además de no hacerse cargo del mantenimiento del local.

Los trabajos debían llevarse a cabo en mayo y la comunidad de vecinos ya tenía los informes técnicos y jurídicos, realizados por un arquitecto y un abogado, contratados por la comunidad de vecinos, para poner en marcha las obras. La crisis sanitaria detuvo su puesta en marcha.

Según defienden los residentes en estos apartamentos, en los informes estaría sustentada jurídicamente la posibilidad de realizar obras de mantenimiento del edificio, sin ninguna modificación en la estructura o la fachada, a pesar de tratarse de una construcción que se encuentra fuera de ordenación.

El arquitecto que preparaba los trabajos marcó con pintura los problemas existentes en la fachada que requerían arreglo, unas marcas que se pueden observar por todo el exterior y que los vecinos critican por haber dejado un aspecto peor que el que realmente tiene el bloque.

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De los años 60

Los propios vecinos cuentan que los apartamentos Don Pepe se habrían construido para dar un espacio vacacional a los pilotos de Iberia en los años 60. Cabe señalar que este extremo no se ha podido verificar.

El edificio se hizo en un primero momento con piscina y pista de tenis. Incluso se habría proyectado una zona de embarcadero que finalmente no se llegó a construir.

El complejo incorporó con el tiempo la discoteca Don Pepe.

En anuncios en la prensa ibicenca de finales de los años 60 se ofrecen visitas al complejo turístico «en la playa de Es Codolá» con autobús gratuito desde el Bar Es Mulins. La estancia de fin de semana en un apartamento para cinco personas costaba 340 pesetas.