El programa arranca el próximo día 22 con la mitad de usuarios, 180, según confirmaron desde la organización.

Un Mar de Posibilidades’, el programa social impulsado por el Club Náutico Ibiza, ha presentado su 17ª Edición en un encuentro virtual en el que se han dado a conocer las novedades de este ejercicio en el que se establecerán nuevos protocolos sanitarios destinados a garantizar la seguridad de sus usuarios y voluntarios en el marco de la crisis del COVID-19.

Este programa, que nació en 2004 y que ha sido reconocido en ámbito nacional, arranca el próximo 22 de junio con la mitad de usuarios, 180, que se sumarán a esta iniciativa con el objetivo de «disfrutar de los beneficios del mar como cualquier otra persona», explica su director, Pedro Cárceles.

Así, para esta nueva edición se han establecido diversos protocolos sanitarios destinados a preservar la seguridad, tales como la creación de grupos reducidos de usuarios que provengan siempre de una misma asociación y que, según ha afirmado Cárceles, «ya hayan convivido previamente durante el confinamiento». En este sentido, también se verán reducidas las actividades que tendrán lugar únicamente por la mañana, de lunes a sábado, hasta el mes de septiembre. En esta línea las instalaciones de ‘Un Mar de Posibilidades’, ubicadas en la playa de Talamanca, tendrán un tratamiento especial y contarán con una desinfección diaria, cada tarde, con el fin de adoptar todas las medidas higiénicas necesarias. Asimismo se han instalado lavamanos en los dos vestuarios, mamparas en las duchas, así como taquillas para que cada usuario disponga de un espacio individualizado en el que dejar sus enseres. De la misma forma, y con el fin de garantizar la máxima seguridad, los trabajadores y voluntarios de ‘Un Mar de Posibilidades’, con la colaboración del centro de menores de Ibiza, aplicarán unos nuevos protocolos de actuación tanto en la recepción de usuarios como en el tratamiento de los mismos durante el desarrollo de este proyecto social con el fin de «realizar las diversas actividades deportivo-terapéuticas en el mar con protocolos y espacios seguros para nuestros usuarios», puntualiza Cárceles.
A este respecto, Cárceles subraya que «todas aquellas prácticas que requerían de un contacto directo, como la mesoterapia, se han suspendido y, aunque este año son la mitad de usuarios los que participan, entra con nosotros un nuevo grupo de salud mental que también quiere vivir un verano inolvidable en el mar», concluye.