Andrés Palacios, en su consulta de Dermatología del Hospital Can Misses.

Hoy se celebra el Día Europeo de Prevención de Cáncer de Piel, uno de los más comunes. En Balears hay una alta incidencia de cáncer cutáneo, aunque el jefe del Servicio de Dermatología de Can Misses, el doctor Andrés Palacios, recuerda que la mayoría se pueden resolver por una cirugía o tratamientos como la terapia fotodinámica. «Lo más importante es la prevención, tanto a nivel de protección solar, un uso racional de sol, la autoexploración y control por parte del médico de cabecera o el dermatólogo», subraya. También incide en el retraso del diagnóstico en el confinamiento por el miedo a los pacientes a salir a la calle y el cierre de los centros de salud.

—¿Cómo se va a celebrar el Día Europeo de Prevención de Cáncer de Piel en plena desescalada?
—Va a ser diferente. Otros años había una campaña promovida por la Academia Española de Dermatología, la campaña euromelanoma, que ponía a disposición de la población una página web para que consulten gratuitamente y se veían tanto en consultas públicas como en privadas. Este año se ha anulado porque no podemos ver a pacientes de forma presencial como nos gustaría. En principio seguimos transmitiendo las mismas ideas a la población, a nivel de redes sociales y campañas publicitarias, de cómo evitar la exposición solar en las horas centrales del día, desde las once de la mañana a las cuatro de la tarde, evitar sobre todo las quemaduras solares en la infancia y la juventud, porque sabemos que el 80% de la radiación solar que recibe nuestro cuerpo antes de los 18 años y eso es lo que tenemos intentar evitar. Siempre que estemos expuestos al sol hay que utilizar cremas de protección solar de factor 50 y protecciones físicas, como gorras, sombreros. Hay que tomar el sol con sentido común, porque el sol tiene cosas muy positivas: nos broncea, ayuda en la producción de vitamina D, básica para nuestro organismo, y aumenta o mejora nuestro ánimo psicológico porque en días soleados estamos más contentos que los nublados y lluviosos. El sol es muy positivo pero tomándolo con moderación.

—¿Qué prevalencia de cáncer de piel hay en las Pitiusas?
—En Balears, en toda la cuenca mediterránea, tenemos una tasa de cáncer cutáneo más elevada que en otras partes de España por varios motivos. Hay más días de sol, unos 300 al año, y una parte importante de la población tiene la piel clara, ya sea porque son extranjeros que viven aquí o ibicencos y españoles que también la tienen. El cáncer de piel no depende sólo de la exposición de sol sino del tipo de piel. No tiene el mismo riesgo de tener un cáncer de piel una persona de piel morena o negra que una persona de ojos claros, pecosa, lo que llamamos fototipos claros. Por este motivo, la incidencia de cáncer cutáneo es mayor en la isla. Para que se haga una idea, en el Área de Salud intervenimos entre 750 y 800 casos al año de cáncer cutáneo.

La mayoría de ellos, por suerte, son carcinoma basocelular, el tumor cutáneo más frecuente que tiene por general un pronóstico muy bueno y se cura con cirugía la mayoría de veces o en ocasiones con otro tipo de tratamientos, como la terapia fotodinámica o con cremas en domicilios, etcétera. Luego hay otro tipo de tumores cutáneos más pequeños y más nos preocupa, el que tenemos más respeto y miedo, que es el melanoma. En las Pitiusas hay diagnosticados unos 25 o 30 al año. Son tumores que potencialmente pueden ser muy graves porque pueden conducir a la muerte del paciente, eso sucede cuando hace metástasis. Es un tumor que gracias al diagnóstico precoz se cura la mayoría con cirugía. En algunos casos tenemos que dar tratamientos más intensivos, como la inmunoterapia, que se lleva utilizando diez años en España. Cuando no existía, los pacientes que tenían metástasis tenían un pronóstico muy malo. Hoy en día, por suerte, se puede controlar a los pacientes con este tratamiento, no todos porque, por desgracia, algunos fallecen. La ventaja del melanoma es un tumor que se ve, como todos los de la piel, y por lo tanto se puede diagnosticar precozmente.

A los pacientes les decimos que se autoexploren y si ven algún lunar que cambia de forma, tamaño, color, crece de forma rápida o sangra de manera espontánea que lo consulte con su médico de cabecera para que lo remita al dermatólogo si lo considera necesario. Es una gran ventaja que se vea el cáncer de piel, otros como pulmón, estómago o páncreas cuando dan la cara es muy tarde. Es importante concienciar a la población de que el cáncer de piel se puede diagnosticar de forma precoz y eso indica un pronóstico excelente en la mayoría de los casos. Insistimos mucho en revisarse la piel para ver que no tenga ningún lunar que cumpla estas características, como asimetría, bordes irregulares, diferentes colores, que crezca de forma rápida o sea de un diámetro superior a 6 milímetros, el abc del melanoma.

—¿Cómo han estado atendiendo a los pacientes durante el confinamiento?
—Lo que hemos hecho ha sido revisar las primeras visitas pendientes y si veíamos que había una lesión tumoral cutánea lo citábamos, aunque estuviéramos en el confinamiento. Hemos estado viendo pacientes. Es verdad que en las dos primeras semanas del confinamiento hemos visto muchos menos, pero sí que hemos ido aumentado en los meses de abril y mayo. Actualmente estamos en un 75% de visitas presenciales. Si veíamos por los papeles que nos mandaba el médico de cabecera que había una lesión sospechosa, lo citábamos.

También tenemos una herramienta muy útil que usamos desde hace muchos años, que es la teledermatología, que consiste que el médico de Atención Primaria u otro del Servei de Salut haga una foto del paciente, nos envía una pequeña nota en la historia clínica y con eso lo citamos. Eso es muy útil para los tumores cutáneos. También debe saber la gente que en estos meses de confinamiento ha habido un retraso en diagnósticos, pero no por nuestra parte, sino porque muchos pacientes de edad avanzada, muchos son de 80 años, tenían miedo a ir al médico y en estos dos o tres meses hemos visto tumores de mayor tamaño de lo que vemos habitualmente.

—¿Le han dicho los pacientes que tenían miedo de ir al médico?
—Ha sido multifactorial. En primer lugar, pacientes que tenían miedo a ir al médico y, por otra parte, se han restringido mucho las citas y en muchas ocasiones no se han podido ver como toca, pero creo que ha sido más el factor miedo, por parte de pacientes mayores, de salir de casa, de ir al centro de salud o de venir al hospital. Eso lo entiendo. Hemos visto casos que no nos hubiera gustado ver, como tumores que han crecido de forma rápida y eso no es lo habitual. Hemos visto más tumores de crecimiento rápido en estos dos meses que en el resto del año y seguramente está influenciado claramente por el confinamiento.

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—¿Sigue pasando esto?
—Ahora ya no, vemos en torno a un 70% de los pacientes y llegaremos a un 75% en julio. Hemos ampliado la teledermatología en los meses duros del confinamiento atendiendo a 25 pacientes al día. Ahora vemos una media entre 50 o 60 consultas por imágenes cada semana. Es una herramienta muy útil que usábamos hace años pero ahora la hemos ampliado y fomentado más con Atención Primaria.

—¿Cómo se hace si los centros de salud aún no están abiertos?
—Muchas de las consultas de teledermatología últimamente son fotos que se hace el paciente y la envía a su médico de Primaria. Hay mucha colaboración entre el médico y su paciente. No son fotos de calidad como puede hacer el médico o la enfermera, pero algo nos ayuda. Hay estudios en marcha por el confinamiento sobre qué va a pasar este año en cuanto al pronóstico del melanoma. Veremos si los melanomas que se diagnostican el segundo semestre de 2020 serán de peor pronóstico en comparación con el mismo periodo de 2019. Nuestra impresión es que sí, que hay un pequeño retraso en el diagnóstico de esta enfermedad por culpa del confinamiento y eso no lo digo yo, sino muchos dermatólogos españoles y europeos.

—¿Han llegado a atender a pacientes COVID-19 desde Dermatología?
—En los días más duros de la pandemia cuando había muchos pacientes ingresados nos hicieron consultas prácticamente diarias desde la planta de Medicina Interna y también de pacientes de Primaria con lesiones cutáneas y con clínica de COVID-19. Participamos en un estudio publicado en la revista British Journal of Dermatology en la segunda quincena de mayo. Era un estudio promovido por la Asociación Española de Dermatología que se denomina Covid Piel y participaron principalmente centros de Madrid y de Barcelona, donde había más problemas, pero todas las provincias participamos aportando algún caso, entre ellos Can Misses. Este estudio es hasta ahora el más grande publicado sobre la afectación cutánea en pacientes con coronavirus y ha tenido mucha repercusión a nivel científico.

—¿Qué tipo de erupciones cutáneas tienen los pacientes COVID-19?
—Hay diferentes tipos de lesiones. Una que llamaba la atención era similar a los sabañones, que se veían en un a época en la que no tocaba porque son más de invierno, cuando hace mucho frío. Se veían sobre todo en pacientes jóvenes y niños que habían pasado la enfermedad y posteriormente tenían esas lesiones. Otras eran tipo urticarias, como unas alergias, psoriasis, eczemas. Había muchos tipos de lesiones, como necrosis, isquemia, en los dedos de los pies. Se intento predecir si esas lesiones de la piel podían predecir si la enfermedad iba a ser más o menos grave, pero aún no hay resultados.

—¿Cree que el uso de la mascarilla puede ser contraproducente para la piel?
—Estamos viendo lesiones producidas las mascarillas, igual que vimos lesiones por el uso y abuso del gel hidroalcohólico o la limpieza de manos. Sobre todo al principio cuando había un poco más de histeria vimos muchos eccemas de manos. De hecho, en el Área de Salud hicimos una guía para los trabajadores. En cuanto a las mascarillas, por su uso continuo, vemos más lesiones de tipo acné en la zona de la boca o eccemas que han empeorado.

—¿Qué recomiendan los dermatólogos porque la mascarilla es obligatoria?
—Hay que llevarla cuando no se pueda guardar la distancia de seguridad en sitios cerrados. Cuando llegues a casa te la tienes que quitar e hidratarte bien la piel. En el caso de que tenga dermatitis se puede tratar con cremas hidratantes con un poco de corticoides o si tiene acné con antibióticos, que le puede orientar el médico de cabecera o el dermatólogo.

—¿Han aumentado entonces la actividad de Dermatología por el confinamiento?
—Ha aumentado en todos los sentidos, porque hemos visto más tumores de mayor tamaño, que ha requerido más trabajo a nivel quirúrgico, también las dermatitis de manos y mascarillas. Los médicos hemos cambiado nuestra forma de trabajar, hacer muchas llamadas y estar pendientes de los pacientes. Ha sido un poco agotador a nivel físico y psicológico, pero para eso estamos aquí.

—Este mes muchos residentes están aprovechando para ir a la playa ya que no hay turistas en las playas. ¿Cree que la gente se está relajando con la protección solar?
—Un poco sí. Los residentes de Ibiza que se dedican a la hostelería y tienen tiempo libre, ya sea por un ERTE, y las playas están vacías, irán más, yo el primero. Pero mis consejos son que hay que intentar evitar las horas centrales del día porque luego vienen las quemaduras solares y lo peor, el cáncer cutáneo. El sol produce cosas buenas y malas, las malas son los tumores y el envejecimiento cutáneo. Una persona que toma el sol tendrá muchas más arrugas al ser mayor que una que no lo hace. Al cáncer cutáneo no le tiene mucho miedo la gente, pero a tener arrugas, igual sí.