El amianto está muy presente en muchas construcciones de la isla desde los años 70 del pasado siglo. | DANIEL ESPINOSA

El amianto, también conocido como uralita por el nombre comercial del fabricante que lo popularizó en España, es un material muy perjudicial para la salud. Puede, en el peor de los casos, provocar cáncer de pulmón, mesotelioma o fibrósis pulmonar y de hecho, su producción está prohíbida en España desde 2002.

Sin embargo, un estudio de 2018 demostró que en nuestro país aún quedan más de 2,6 toneladas de ese material. La isla de Ibiza no es una excepción y solo hay que darse una vuelta por polígonos industriales, casas de campo, bloques de edificios o talleres para comprobar que el amianto sigue muy presente. Es habitual encontrarlo en aislamientos, calderas, cubiertas, tejados, recubrimientos, desagües, tuberías de alcantarillado, cisternas o cuadros eléctricos. Algo muy preocupante ya que, según muchos expertos, puede seguir matando hasta 2040.

«Ibiza tiene un problema serio con el amianto», aseguró ayer a Periódico de Ibiza y Formentera Toni Marí, responsable de Vestalia, una empresa que se ha convertido en un referente a nivel balear en trabajos de desamiantado. «Llevamos 12 años trabajando y tenemos mucha experiencia pero queda mucho trabajo por hacer en la isla porque hay miles y miles de kilos de amianto, sobre todo en las cubiertas de los polígonos industriales, y eso es porque la gente se ha acostumbrado a verlo sin ser consciente del peligro que puede generar para su propia salud».

De hecho, Marí explicó que no se suelen quitar de los tejados, las tuberías o los depósitos hasta que no están estropeados y eso es muy peligroso porque también hay que tener en cuenta que este material tiene una vida útil de unos 40 años. «Cuando se rompe o se desmonta y cuando cumple un determinado tiempo de vida el amianto expulsa una serie de fibras que quedan en el aire contaminado y que acaban siendo inhaladas por los que están por allí sin que se den cuenta de que están jugando con su salud y con la de los que tienen alrededor», lamentó el experto de Vestalia.

De hecho, la Asociación de Víctimas del Amianto (AVIDA) ya alertó hace un par de años que «una hebra de amianto, aumentada mil veces, únicamente se ve un poquito más grande que un cabello humano y por ello, y debido a su pequeño tamaño, pueden permanecer en el aire durante mucho tiempo pudiendo respirarse constantemente sin percibirlo».

Y es más. Según la Asociación de Afectados por el Amianto de Cataluña, «en España se calcula que han muerto ya 40.000 personas por estar expuestos a él y de aquí al 2030 pueden ser otras 40.000 más». Incluso, algunas fuentes cifran en 1.900 al año las muertes causadas en España por este «asesino silencioso».

Complicado y caro de retirar
Una de las principales causas de que siga muy presente en la isla de Ibiza es que, como explicó a Periódico de Ibiza y Formentera Hazel Morgan, presidenta de Amics de la Terra, «para los particulares es muy complicado y costoso económicamente retirarlo sin ayuda».
Según Morgan «hay que comprar una bolsa especial y hacerte con un equipo que te garantice no correr riesgos para la salud y eso al final sale muy caro». Por ello, desde la asociación ecologista llevan tiempo pidiendo «que los ayuntamientos o el Consell d’Eivissa lancen una línea de ayudas para subvencionar a los particulares la retirada de amianto de sus viviendas».

Mientras, para las empresas que decidan dar el paso tampoco resulta sencillo. Según José Antonio Pérez Linero, técnico de Medio Ambiente de la Planta de Reciclaje Ca Na Negreta, «lo primero que hay que hacer es ponerse en contacto con alguna empresa inscritas en el Registro de empresas con riesgo de amianto (RERA) para que haga el trabajo».

Según Toni Marí éstas tienen que elaborar y remitir un plan de trabajo a la Conselleria de Treball del Govern balear. Es un documento «muy exhaustivo y documentado» en el que, entre otras cosas se tiene que especificar «el tipo de amianto y cómo se presenta, la extensión de las instalaciones, la duración del trabajo, especificaciones relativas a asilamientos o herramientas, medidas de seguridad a adoptar tanto dentro del centro de trabajo como en los profesionales que realizarán la eliminación del residuo y la profesionalización y cualificación de las personas que realizarán los procesos de desamiantado».

Una vez que el plan ha sido aprobado, la empresa tiene que enviar un documento de aviso previo indicando la fecha en que se va a llevar a cabo el desamiantado con un plazo de cinco días. Éste se lleva a cabo, según José Antonio Pérez Linero, con guantes, trajes y mascarillas FFP3 especiales «que impidan que las partículas o fibras de amianto presentes en el ambiente puedan penetrar llegando hasta la piel del trabajador donde quedan adheridas». Por ello, es fundamental que después se duchen hasta tres veces.

Se envían a la Península
Cuando se retira el amianto y se almacena y envasa en embalajes sellados y etiquetados, se puede guardar de forma temporal durante seis meses.

Normalmente, como es en el caso de Vestalia y Ca Na Negreta, se envía en vehículos habilitados especiales que también se tienen que limpiar y desinfectar cuando termina su recorrido. Su destino es la Península, a lugares como Huelva, Cataluña o Cartagena, donde hay centros homologados ya que en Baleares no hay ninguno.

Mientras, en el caso de los particulares, tienen que tener en cuenta que depositar amianto en verterderos no autorizados o dejarlo en la naturaleza se considera un delito ecológico y es penalizado con multas e incluso penas de cárcel.

EL APUNTE

El Plan de Residuos del Govern quiere eliminarlo en 2025

El nuevo Plan Sectorial de Residuos Peligrosos que aprobó en marzo de este año el Govern prevé que todo el amianto sea eliminado de edificios públicos y privados antes de 2025. La idea es comenzar por los edificios públicos y después se realizará un estudios sobre los privados que lo contengan. Sin embargo, según ha podido saber este periódico, este estudio todavía no ha comenzado y de momento el plan se está desarrollando de manera bastante lenta. Tanto que, como el lunes informó Periódico de Ibiza y Formentera la Consellería de Educació no se plantea retirar este verano los trozos de uralita que aún quedan en el IES Sa Blanca Dona, IES Isidor Macabich y CEIP Buscastell, acumulando así dos años de retraso.