Comerciantes con carteles reivindicativos en el pleno de ayer. | Arguiñe Escandón

La sesión del Pleno celebrado ayer en el Ayuntamiento de Eivissa fue atípica. No solo por tratarse de un pleno semipresencial, en el que se distribuyó a los concejales por todos los rincones del salón de plenos para mantener las medidas sanitarias de distanciamiento (algunos asistieron de forma telemática), sino porque tuvo público. Siete comerciantes de la Marina, Eivissa Centre y el Eixample acudieron a plantear sus quejas respecto a la movilidad y la iniciativa municipal Eivissa Oberta.

El pleno no dio mucho de sí. La aprobación de algunas modificaciones presupuestarias que aparentemente eran de mero trámite dieron lugar a algún debate y la oposición también planteó críticas respecto a Eivissa Oberta, una iniciativa que concluyó con el estado de alarma.

Comerciantes
Empezando por el final, concluido el turno de ruegos y preguntas de los concejales llegó el turno de palabra para el público. La primera en intervenir fue María Encarnación Planells, presidenta de la Asociación de Comerciantes de Eivissa Centre. «Nosotros no somos políticos y hemos tenido que venir a veros porque no estamos recibiendo contestación de las instituciones», criticó.

El grueso de sus críticas fueron dirigidas a la iniciativa Eivissa Oberta. Una de las medidas que se emprendieron para facilitar el aparcamiento fue la de facilitar bonos de aparcamiento entre los comerciantes para repartir a sus clientes, 50 por negocio. «Cincuenta tiques de parking por establecimiento, no hacen nada», consideró Planells.

Desde su punto de vista las iniciativas para fomentar la movilidad peatonal en la ciudad son positivas, pero deben ir precedidas de la creación de aparcamiento, servicio público de transporte dentro de la ciudad y la ampliación de aceras. «No simplemente pintar unas rayas y cerrar».

El alcalde de Vila, Rafael Ruiz, aseguró ser consciente de que los empresarios lo están pasando mal, «quizás sea el peor momento para los comercios de la ciudad». Indicó que desde el equipo de gobierno se tomaba nota de que la medida fuera considerada como una amenaza para la subsistencia de los negocios. «Intentaremos mejorarlo».

Por otra parte recordó que el Consistorio va a poner en marcha una línea de ayudas a pequeñas y medianas empresas por valor de 1,2 millones de euros en colaboración con el Consell y el Govern balear.

Por otra parte aseguró que él, personalmente, se ocuparía de que se contestara a cualquier petición ciudadana.

En segundo lugar intervino un comerciante de la Marina. En su caso remontó a hace cinco años los problemas en el barrio. «Posiblemente el 60% de locales está en traspaso o venta», afirmó. «Ustedes tienen una responsabilidad muy grande, que es mantener el movimiento económico en la sociedad», consideró, «y lo han hecho muy mal».

Su principal queja era respecto al proyecto de peatonalización del barrio de la Marina, de la que «nadie está en contra, el problema es la forma en la que se ha hecho». «Es muy serio lo que gestionan, hay familias por medio», espetó en tono indignado.
Ruiz respondió que desde su punto de vista el coche no da garantías al comercio.

«Cualquier peatonalización que se haga reactiva el comercio. Aquí entran otros factores: que el barrio no tiene vecinos, que hay una gentrificación exagerada, que los precios del alquiler son exagerados».

Confesó que era posible que alguna decisión municipal podía haber condicionado esta situación, sin embargo recordó que actualmente no estaba habilitada la zona Acire en la Marina. «Igualmente, diálogo máximo», concluyó.

Finalmente intervino una comerciante de la avenida Isidor Macabich que reclamó la vuelta a esta avenida de las paradas de autobuses.

Desde el equipo de gobierno indicaron que la medida de retirar las paradas de la zona se había tomado a petición de los vecinos, dado el ruido que provocaban. «El descanso de los vecinos donde usted tiene el negocio también es importante para este Ayuntamiento», afirmó Ruiz, que valoró que había un conflicto de intereses pero que el Consistorio había decidido pacificar la zona.