Una nueva realidad ha llegado de momento para quedarse en ‘les escoletes d’estiu’ de todos los municipos de la isla. | DANIEL ESPINOSA

Calor, nervios, ilusión, muchas hojas que rellenar, abrazos y besos en la distancia y sobre todo muchas mascarillas entre los padres y madres y geles hidroalcohólicos y termómetros para controlar la temperatura en las puertas. Esto fue solo un pequeño resumen de lo que ayer se pudo ver durante el primer día de la apertura de las escoletes d’estiu en el municipio de Santa Eulària.

Algo que en el caso de la que se impartirá en el colegio S’Olivera de Puig d’en Valls provocó algún que otro lío que afortunadamente fue solucionado con celeridad y eficacia por el equipo de ocho monitoras que dirige Marina Juan. «Está siendo un poco difícil porque es el primer día, porque aún hay muchos padres que tienen que rellenar consentimientos e información, y porque si por lo general cuesta separarse de los niños, imagínate ahora que llevan tres meses sin salir de casa», explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera la propia Juan a primera hora de la mañana.

Este año todo será muy distinto a lo habitual por la irrupción del coronavirus. Todo ha cambiado mucho y de hecho, según explicó Marina Juan, el Ayuntamiento de Santa Eulària para intentar evitar aglomeraciones y grupos grandes de niños ha abierto dos escoletes en la zona de Puig d’en Valls. «Normalmente nos vamos turnando, un año en un cole y otro año en otro, pero este verano para intentar que los pequeños tengan el menor contacto posible entre ellos, habrá 73 en S’Olivera y 83 en el de Puig d’en Valls».

Precisamente esta división en grupos es una de las grandes novedades. Se han creado, según Juan y para seguir las indicaciones de las autoridades sanitarias, «grupos burbuja distribuidos por años de nacimiento» y todos están convenientemente aislados del resto. En el caso de la escoleta d’estiu del colegio de S’Olivera habrá cuatro grupos, uno para los niños y niñas nacidos en 2016, otro para los de 2015 y otros dos para los de 2014. Todos ellos coordinados y controlados por ocho monitoras, además de una directora, lo que supone un ratio de 10 alumnos por monitor. Se trata, según Marina Juan, de una cifra inferior a la de otros años cuando había una media de 15 alumnos por pequeño.

Cambio en las actividades

En esta escoleta los pequeños van desde las 07,45 horas – cuyos padres han contratado el servicio de matinera – hasta las 14.00 horas aunque hay servicio de comedor que se prolonga hasta las 16.00 horas. Marina Juan explicó ayer a Periódico de Ibiza y Formentera que debido a las normas de seguridad impuestas para evitar la propagación del coronavirus «todas las monitoras que están con los pequeños así como el personal del centro van en todo momento con mascarilla» y que a los niños se les insiste mucho en el tema de la limpieza de manos.

Además, han cambiado mucho las actividades con respecto a las que se imparten en años anteriores. «Se ha pasado, por ejemplo, del pilla pilla en el que se tocan o se chocan la mano a alternativas que nos hemos tenido que inventar en esta edición para intentar que el contacto entre ellos sea el mínimo posible».

Lo mismo sucede con algunas actividades muy queridas como las horas de piscina, las excursiones o las horas de baile y canto para preparar los espectáculos de fin de temporada en el que siempre se hace mucho hincapié en que los niños y niñas se relacionen con otros de distintas edades. Un espectáculo que, por cierto y según confirmó, Marina Juan, este año tampoco se hará poniendo el broche a unas escoletes de estiu muy diferentes.