El mercadillo de Sant Jordi, durante esta mañana. | Tomás S. Venzalá / Periódico de Ibiza

El tradicional mercadillo de Sant Jordi reabrió sus puertas ayer, uniéndose así a la ‘nueva normalidad’. Con un ambiente tranquilo pero sin falta de clientes a pesar de las altas temperaturas, los vendedores regresaron al trabajo tras varios meses sin poder ejercer su labor en este clásico evento de la isla al tiempo que se abrió una ventana de ocio más para turistas y residentes.

Camisetas, pareos, adornos, libros, zapatillas y hasta un difusor de ambientador de segunda mano, entre otros artículos, se pueden hallar en el recinto situado junto al hipódromo. Hay prácticamente de todo y cada sábado, de 09.00 a 15.00 horas, se puede acceder a este peculiar rastro.

Desde primera hora se dejó ver gente en el mercadillo. «Las personas tenían ganas ya de que abriera Sant Jordi y, como es un mercado muy de la isla, vendrá gente seguramente», comentó Pedro Sellés desde su puesto, donde posaba con una sonrisa. «Estamos contentos porque llevábamos muchos meses parados y teníamos ganas de hacer algo aunque sepamos que va a ser floja la cosa», añadió.

Créditos: Arguiñe Escandón.

Animada y feliz se veía también a Daniela Cosarín en su quiosco de ropa. «Estamos contentos de volver a esta ‘nueva normalidad’ y tenemos buenas expectativas», indicó. Además, destacó el respeto de todos en cuanto a las medidas de seguridad: «Toda la gente va con mascarilla y se tomaron las medidas necesarias como la distancia entre los puestos».

 Teresa Tapia se mostró optimista de cara al futuro: «Supongo que, como todos los veranos, vamos a llegar a la normalidad y esto va a funcionar como siempre». «La verdad es que teníamos muchas ganas de empezar ya», afirmó desde su puesto de venta de zapatillas deportivas mientras un grupo de niñas echaban el ojo sobre un calzado de color rosa al tiempo que una señora mayor se probaba un pareo a escasos metros. Si en la variedad está el gusto, el gusto está en Sant Jordi.