Vista general de la depuradora de Santa Eulària. | ARCHIVO

La Conselleria de Medio Ambiente y Territorio ha informado este viernes de que el 55% del agua residual municipal que llega a las depuradoras de Baleares supera los límites de salinización que marca la normativa por lo tanto esta situación impide su reutilización para usos agrícolas.

En una nota de prensa, la Conselleria ha explicado que es una de las principales conclusiones de un estudio de la Agencia Balear del Agua y la Calidad Ambiental (Abaqua) que abarca el periodo 2016-2019.

La agencia pública del Govern, dependiente de la Conselleria de Medio Ambiente, ha analizado la salinidad de las aguas residuales mediante la conductividad eléctrica que, en el caso del agua, aumenta con la concentración de sales.

Por islas, Ibiza, con un 70,6% de media en los cuatro ejercicios analizados, es la que presenta un mayor porcentaje de agua residual con exceso de salinidad seguida de Menorca (57,7%), Mallorca (39,15%) y Formentera (32,85%).

El comportamiento de la menor de las Pitiusas, no obstante, es muy desigual y los indicadores de la isla, donde Abaqua solo gestiona una desaladora, presenta grandes oscilaciones que van desde dos años donde se cumple perfectamente a un incumplimiento del 80% en 2019.

El caso de Ibiza, en cambio, es más homogéneo y los resultados demuestran la existencia de una gran problemática de salinidad en las aguas residuales municipales. A la vez, se observa una ligera tendencia hacia un mayor cumplimiento de los parámetros establecidos por el Plan Hidrológico de las Illes Balears (PHIB) a medida que avanzan los años.

En Menorca, en cambio, se observa una tendencia en el sentido contrario, hacia un mayor incumplimiento pese a que siempre en unos términos menores que los de Ibiza. En Mallorca, por su parte, se observa una tendencia más estable en el periodo estudiado.

El conseller de Medio Ambiente y Territorio, Miquel Mir, ha pedido a los municipios que, en el marco del Pacto por el Agua, tomen las medidas necesarias para revertir esta situación, ya que la salinización tiene lugar en el alcantarillado municipal.

En este sentido, ha recordado que las depuradoras no están destinadas a la desalinización del agua residual y, por tanto, la salinidad del agua residual de alcantarillado no es eliminada y sale prácticamente en la misma concentración en el agua depurada.

Mir ha recordado que una de las principales consecuencias de este exceso de salinización es la imposibilidad de reutilizar estas aguas para usos agrícolas y que esta es, precisamente, una de las principales demandas de los municipios en lo que refiere a la gestión del ciclo del agua.

En este sentido, ha recordado también que la responsabilidad de promover instalaciones de tratamiento terciario recae siempre en el interesado, ya sean las administraciones públicas como entidades privadas, y no en Abaqua.

La salinidad de las aguas residuales municipales puede estar relacionada con el mal estado del alcantarillado especialmente en el caso de las redes situadas cerca de la costa donde el agua salada subterránea se ha podido infiltras a través de fisuras.

Puntualmente, también se puede atribuir a vertederos ilegales de salmuera de desaladoras privadas en la red de saneamiento municipal o bien de vertidos de aguas residuales industriales.