Los sensores de calidad de aire y ruido se instalarán en 125 paradas de autobús de la isla.

El Consell quiere que los ciudadanos y turistas de la isla tengan información el próximo verano de la ocupación de las playas. En concreto de seis: Platja d’en Bossa, Ses Salines, Talamanca, Cala Gració, Santa Eulària y Benirrás. Son las playas en las que se instalará, de forma piloto, la tecnología para monitorizar el aforo y densidad de gente dentro del proyecto Smart Island de la isla de Ibiza.

Desde la Conselleria de Innovación de la institución insular se quiere solicitar a Red.es que priorice la puesta en marcha de este servicio. «Antes de marzo quizá hubiéramos puesto la prioridad en otro proyecto, pero como no sabemos qué pasará con la epidemia de coronavirus, si es necesario aplicar limitaciones de aforo en las playas esta herramienta será muy útil», explicó el conseller de Innovación, Javier Torres.

Para aplicar este control se instalarán en las playas cámaras conectadas a un servidor con un software que identifica la presencia de personas. Los ciudadanos tendrán acceso a esta información a través de una aplicación móvil en la que podrán ver el mapa de la playa con indicadores de densidad de gente en cada tramo a través de un código de colores y el número de personas total que hay. Con esta información, tanto residentes como turistas podrán ir directamente a las zonas de la playa menos masificadas o directamente decidir ir a otra playa con menor aglomeración.

Calidad del aire
Una de las novedades introducidas recientemente en el proyecto Smart Island, que todavía no se habían anunciado, es la incorporación de sensores de ruido y contaminación en 125 paradas de autobús.

Estos datos serán accesibles a través de una plataforma web y una aplicación móvil, pero también se podrán consultar en la propia parada de autobús a través de las pantallas led ya instaladas. Así, además de saber cuánto falta para que llegue el siguiente autobús, los ciudadanos podrán conocer qué niveles de dióxido de nitrógeno o de polvo hay en el aire.

Conocer estos niveles de contaminación puede servirles a las instituciones para diseñar estrategias para su reducción y a los ciudadanos para saber si las condiciones son adecuadas, por ejemplo, para practicar ejercicio.

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La llegada ocasional de polvo del Sahara es uno de los problemas habituales de exceso de particulas en suspensión en Ibiza, que supone picos de PM10 y PM2,5, partículas de polvo en la atmosfera que pueden provocar problemas en las vías respiratorias.

Los sensores estarán instalados en paradas de toda la isla, por lo que los datos que ofrezcan permitirán elaborar un mapa de contaminación atmosférica y acústica.

Smart Island
El proyecto Smart Island de la isla de Ibiza, cuya redacción comenzó la pasada legislatura, supondrá interconectar espacios mediante TIC (Tecnologías de Información y Comunicación) para gestionar y prestar servicios. Podrá conocerse el estado de las aguas en la costa a través de boyas ecológicas, saber de antemano dónde hay aparcamiento o detectar antes el foco de un incendio mediante cámaras de calor, entre otras.

El actual ejecutivo terminó de definir las líneas del proyecto y reformuló algunos puntos contando con los técnicos de la institución para darle una mayor utilidad práctica, según explicó el conseller.

El plan está prácticamente redactado, según informan desde el Consell. De su ejecución y licitación se encargará la entidad pública Red.es, adscrita al Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que prevé licitar el proyecto a finales de 2020.

Red.es se encargará del mantenimiento de estas instalaciones durante cinco años y tras este plazo será el Consell quien asuma el cuidado de las infraestructuras.