Llegada de los pasajeros de uno de los vuelos programados ayer desde Barcelona. | DANIEL ESPINOSA

Siete vuelos comerciales con más de un millar de viajeros a bordo llegan diariamente desde Barcelona al aeropuerto de Ibiza. El dato no iría más allá, si no fuera por el creciente número de brotes que se está registrando en el área metropolitana de Barcelona y en otros puntos de Cataluña sin que se lleve a cabo ningún control sanitario en los aeropuertos de origen o destino. El incremento de casos, en toda España, pone en cuestión la necesidad de restablecer estos controles.

En la ciudad de Barcelona se ha triplicado el número de infectados por COVID-19 de la primera a la segunda semana de julio. Entre el 29 de junio y el 5 de julio se registraron 164 casos positivos confirmados por PCR, mientras que la semana del 6 al 12 de julio fueron 458 los nuevos positivos. Los datos los dio ayer la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, en una comparecencia de prensa en la que calificó la situación de «preocupante», si bien subrayó que el nivel de contagios de la ciudad condal «no es equiparable al de Lleida y otras zonas de el Segrià».

La alcaldesa se mostró sobre todo preocupada porque el dato refleja que el dispositivo de rastreo de casos creado por la Generalitat Catalana es «insuficiente». Actualmente son 120 los rastreadores para controlar todos los brotes de Cataluña que trabajan en turnos de 40 personas. En Barcelona hay detectados 24 brotes que afectan principalmente a personas jóvenes o de mediana edad «asintomáticos o con síntomas leves», según indicó Colau.

A la situación de Barcelona hay que sumar la de Hospitalet de Llobregat, integrado en el área metropolitana de Barcelona. La alcaldesa de la localidad barcelonesa, Núria Marín, informaba el pasado fin de semana de que el número de casos activos es tres veces superior al que había dado a conocer la conselleria catalana de Salud, más de 300 en lugar de 100.

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En este caso, al igual que en Barcelona, los infectados son principalmente personas de entre 20 y 50 años asintomática o con síntomas leves cuyos contagios se han producido en reuniones familiares o de amigos.

Ada Colau informó de que en la jornada de hoy hay prevista una reunión de la comisión mixta de seguimiento de la epidemia de COVID-19 entre la conselleria de Salut y el Ayuntamiento de Barcelona, en la que se había solicitado también la presencia del Ayuntamiento de Hospitalet de Llobregat, para valorar la efectividad del sistema de rastreo en el área metropolitana de Barcelona.

Con un sistema de rastreo puesto en duda, podrían llegar desde Barcelona cerca de 10.000 viajeros en una semana sin que se les haga ningún tipo de control sanitario.

Tanto Iberia como Ryanair, las dos compañías aéreas que vuelan entre Barcelona e Ibiza, envían a los viajeros un formulario de control sanitario, pero este no se solicita ni se recoge. Los controles en puertos y aeropuertos a pasajeros nacionales dejaron de llevarse a cabo el pasado 2 de julio cuando entró en vigor la resolución que establece la obligatoriedad de estos controles para pasajeros que viajen desde el extranjero y lleguen a través de puertos y aeropuertos.

La consellera de Salut del Govern balear, Patricia Gómez, valoró que la recuperación de estos controles es algo que «se deberá valorar», si bien recordó que el establecimiento de estos controles en puertos y aeropuertos es competencia estatal.